Cientos de miles de ciudadanos de Arabia Saudita han sido
educados en las mejores universidades del extranjero y no hacen nada, necesitan
que venga el Estado Islámico o Al Qaeda
y los azote por inútiles y vagos, obviamente tienen que decapitar al 100 % de los clérigos y a los
6000 príncipes
Menos petróleo y una generación cosmopolita y educada en el extranjero, ¿hacia dónde va Arabia Saudita?
http://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-38962039
Lyse
Doucet
Jefa
de corresponsables extranjeros
16
febrero 2017
Una mujer
saudí aborda un auto en la parte traseraDerechos de autor de la imagenAFP
En Arabia
Saudita las mujeres tienen prohibido conducir, algo que esperan que pronto
cambie.
Pregunta
sobre el cambio en Arabia Saudita.
Antes la
respuesta era: ya llegará a este reino conservador, a su manera y en sus
propios tiempos.
Era otra
forma de decir que tardará muchísimo o capaz nunca ocurra.
Pero hoy en
día, en Arabia Saudita el cambio se mide en meses.
"Le
aposté a un colega que la prohibición de que las mujeres conduzcan será
levantada en los primeros seis meses de este año y él apostó que ocurrirá en el
segundo semestre", me dijo una exitosa empresaria saudita mientras
almorzábamos en la capital, Riad.
"Pero
ahora pienso que ocurrirá a comienzos del año próximo y solo aplicará para
mujeres mayores de 40 años", agregó.
Esa es una
predicción que uno también escucha en los círculos reales de Riad. Algunos
incluso dicen que las mujeres más jóvenes pronto también podrán conducir.
El cambio en
todos los frentes es aun lento y cauteloso en una cultura en la que autoridades religiosas ultraconservadoras ostentan gran
influencia, y muchos sauditas quieren aferrarse a sus viejas costumbres.
Una torre de
petróleo en Shaybah
Las
ventas de petróleo y gas proveen a Arabia Saudita del 90% de sus ingresos.
Pero lo que
está forzando a los líderes sauditas y a la sociedad a acelerar el paso es un
cambio de fortuna dramático en el principal productor de petróleo del mundo.
La caída en
los precios mundiales del oro negro redujo a la mitad sus ingresos hace algunos
años y ahora obliga al país a tomar decisiones y hacer cambios difíciles en
muchas áreas de la vida.
Cómo Arabia
Saudita quiere acabar con su dependencia del petróleo con el mayor fondo
soberano del mundo
"Ha sido un avión de un solo motor por décadas", es
como explica John Sfakianakis, del Centro de Investigaciones del Golfo, la
realidad de un país cuyos ingresos dependen en un 90% del petróleo y el gas.
"Ahora necesita
motores múltiples".
La solución
de las autoridades: un nuevo plan maestro, presentado con gran algarabía el año
pasado, que lleva el título grandilocuente de "Visión 2030".
Tiene el
visto bueno del vice príncipe heredero Mohammad Bin
Salman, de 31 años, quien diseñó el ambicioso proyecto con un grupo de
asesores extranjeros muy bien remunerados.
Bin Salman y quienes lo rodean saben
que algún día los pozos de petróleo se secarán e incluso antes de eso, la
mayoría de las personas estará conduciendo autos eléctricos.
"Es
absolutamente necesario alcanzar la Visión 2030 y nuestros objetivos",
dijo el poderoso ministro del Petróleo, Khalid al-Falih.
Un anuncio
de la Derechos de autor de la imagenREUTERS
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caption
La llamada
"Visión 2030" espera impulsar el crecimiento del sector privado en
Arabia Saudita.
Ex
presidente ejecutivo de la estatal Aramco -la empresa de petróleo más grande
del mundo-, Al-Falih incluso se vio en la necesidad
de diversificar su cargo. Ahora es ministro de Energía, Industria y Recursos
Minerales.
"Si
alcanzamos todos los objetivos para 2030, si logramos algunos en 2025, otros en
2030, otros en 2035, ya veremos", explicó, haciendo referencia a las
estrictas metas que impone el plan maestro para cada ministerio.
Según el
editor y escritor Khaled Maeena, está empezando a emerger un nuevo sentido de responsabilidad.
"Todo el mundo,
ministros, burócratas, andan muy cautelosos, cuidándose las espaldas para no
cometer errores", afirmó.
Los que
están más arriba deben "liderar a través del ejemplo", agregó.
Los
generosos salarios y beneficios en puestos gubernamentales han sido recortados. Se espera que el sector privado se
convierta en uno de los principales motores de crecimiento.
Sin
embargo, la cosa viene lenta.
Estudiantes
de Arabia Saudita en una claseDerechos de autor de la imagenAFP
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caption
Dos tercios
de la población de Arabia Saudita tiene 30 años de edad o menos,
"En
este momento no estamos contratando personal", me dijo un empresario que
controla un vasto conglomerado de compañías. "Y no le vamos a vender al
gobierno a menos que estemos seguros de que nos pagarán por nuestra
mercancía".
"Es
improbable que Visión 2030 alcance su destino en 2030", señaló un analista
escéptico cuando consulté su opinión. Como la mayoría de los sauditas críticos,
me pidió que no use su nombre.
"Pero
al menos hay una visión y esta vez hay pasos prácticos sobre cómo
lograrlo", agregó, en referencia a planes pasados que nunca llegaron a
nada.
"Estamos
en la Tierra de la Fantasía", opinó otro consultor incluso más crítico.
"¿Acaso
hay una burocracia que puede implementarlo y voluntad de parte de quienes
lideran para cambiar sus propias vidas?".
El joven
vice príncipe heredero que lidera el plan, quien es
visto como el hijo favorito del rey Salman, de 81 años, sabe que hay otra
fuerza que empuja para que haya cambios.
Dos tercios
de los sauditas tienen su edad o menos. Cientos
de miles de ellos, hombres y mujeres, fueron educados en las mejores
universidades occidentales, gracias a un programa de becas iniciado por el
anterior rey Abdullah.
Mujeres en
una librería de JeddahDerechos de autor de la imagenAFP
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caption
Muchos
jóvenes de Arabia Saudita tienen acceso a una educación en el extranjero.
Ahora
volvieron al país en busca de trabajo pero también de formas para pasar el fin
de semana, en una cultura austera donde incluso los cines están prohibidos.
Según las
reglas, los hombres solo pueden sentarse con mujeres si son parte de su
familia.
Pero incluso
desde mi última visita hace cerca de un año, se ven algunos cambios pequeños
pero significativos.
Ya no
deambula en las calles de la capital la Mutawa, la
famosa policía religiosa que se encargaba de "prevenir el vicio y
promover la virtud", y muchas veces era acusada de excesos de poder.
Su
desaparición se le atribuye al príncipe heredero.
Los
habitantes más ricos de Riad hablan con entusiasmo de los nuevos restaurantes
donde la distribución de asientos es menos estricta y se toca música.
Saudíes
comen en un restaurante de JeddahDerechos de autor de la imagenAFP
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Los
restaurantes de Arabia Saudita separan el espacio para los hombres del de las
mujeres.
"Necesitamos
ver mujeres conductoras y cines", insistió Waleed al-Saedan cuando nos
encontramos en el desierto, en uno de los pocos lugares públicos donde la vida
realmente toma ritmo.
Lo llaman
"golpear las dunas" y consiste en bajar por los costados de los
médanos con cuatriciclos y autos, una de las pocas actividades lícitas para los
amantes de la adrenalina.
Como suele
ocurrir, es generalmente una aventura reservada exclusivamente para hombres.
Pero una
nueva Autoridad General del Entretenimiento está cambiando las cosas.
A pesar de
su nombre tan serio, quienes lo conducen tienen el objetivo de traer un poco de
diversión a la vida de los sauditas, aunque con límites. Nadie está proponiendo
que haya bebidas y baile.
"Mi
misión es hacer feliz a la gente", señala el jefe de la Autoridad, Ahmed
al-Khatib, cuya expresión seria repentinamente se ilumina con una sonrisa.
Saudíes
disfrutan una tarde al aire libre
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caption
Muchos saudíes están emocionados por
la idea de tener más opciones de entretenimiento en un futuro cercano.
Ya hay
preparado un calendario con unos 80 eventos que van desde festivales de arte
hasta espectáculos con luces y conciertos de música en vivo, todo preparado e
implementado con mucho cuidado para evitar reacciones negativas que pudieran
poner en peligro el proyecto entero.
"Definitivamente
habrá cosas para las personas más abiertas y otras actividades para los más
conservadores", explicó, eligiendo sus palabras con cuidado.
Expandir las
libertades sociales no solo tiene que ver con proveer más diversión.
"Los
sauditas que vacacionan en el exterior gastan 70.000 millones de riyales
(US$19.000 millones)", lamenta un operador turístico que busca que sus compatriotas gasten más
tiempo y dinero en casa en vez de huir a lugares atractivos como Dubái o
Londres.
Cambios más
profundos como la reforma política, enfrentar el cuestionable historial de
derechos humanos o aflojar algunas de las prohibiciones que afectan la vida de
las mujeres no están entre los planes.
VIDEO:
"Mi padre deja estudiar a mi hermano en el extranjero, pero a mí no":
la lucha de mujeres en Arabia Saudita por acabar con la tutela masculina
Pero así
como la felicidad es parte de la agenda que se viene, también lo es el dolor.
Una
camioneta en una dunaDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
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Escalar las
dunas en vehículos todo terreno es uno de los deportes más populares de Medio
Oriente, pero en el que las mujeres no pueden participan.
Este es un
país en el que la gente siempre ha vivido con petróleo barato, sin impuestos, y
con agua y electricidad gratuita.
Ahora
los subsidios están siendo recortados y se introdujo un nuevo impuesto a la
venta. Si bien se
ayudará a las familias más pobres, los sauditas en general están teniendo que
hacer malabares con sus finanzas.
"Los
sauditas han dado demasiado por hecho por demasiado tiempo", afirmó Nadia
al-Hazza, una ingeniera que trabajaba en el sector de petróleo y gas, y ahora
ayuda a que las mujeres se involucren con la Visión 2030.
Saudíes en
un concierto en JeddahDerechos de autor de la imagenAFP
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caption
La policía
religiosa, que vigilaba la vida cotidiana de los saudíes, ya no tiene la
presencia de otros años en Arabia Saudita.
Comienza sus
presentaciones con una famosa frase del expresidente de Estados Unidos John F.
Kennedy: "No preguntes lo que tu país puede hacer por ti, sino lo que tú
puedes hacer por tu país".
Así que
ahora también se le está pidiendo a los sauditas que hagan más y de forma más
veloz, que nunca antes.
"Somos
como una tortuga sobre ruedas", dijo el observador político Hassan Yassin.
"Nos movemos de manera más rápida para tratar de
alcanzar las metas locales y las obligaciones del siglo XXI".
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