Los
profesores universitarios de Texas ya no podrán desaprobar a sus alumnos (los
alumnos pueden portar armas legalmente en todas las aulas )
Texas
legaliza llevar armas en los campus universitarios
http://internacional.elpais.com/internacional/2016/08/02/estados_unidos/1470088872_477648.html
La medida
entra en vigor a 50 años del primer tiroteo masivo de EE UU, en una universidad
texana
SILVIA
AYUSO
Washington
2 AGO 2016 - 00:53 CEST
La ley que
permite portar armas ocultas en los campus universitarios entró en vigor este
lunes en Texas, que se convierte así en el octavo
Estado norteamericano que legaliza esta práctica en recintos universitarios. La
polémica normativa ha entrado en vigor en un día no menos controvertido, ya que
hoy se cumplen 50 años de la que es considerado el primer tiroteo masivo de la
historia reciente del país. Que tuvo lugar, precisamente, en una universidad
texana.
La torre de
Austin donde en 1966 se perpetró la primera matanza universitaria AP
El 1 de agosto de 1966, Charles Whitman, un estudiante de
ingeniería de 25 años, subió a lo más alto de la torre del reloj de la
Universidad de Texas en Austin y comenzó a disparar de forma indiscriminada. El
primer objetivo de este exmarine entrenado como francotirador fue una joven de
18 años y embarazada, a la que alcanzó en pleno vientre. Después, disparó al
cuello de su novio. Mientras los dos se desangraban en pleno campus, Whitman,
que previamente había asesinado a su esposa y a su madre, siguió disparando
durante hora y media hasta matar a un total de 16 personas y herir a más de 30
antes de que la policía lograra abatirlo. Medio siglo más tarde, Austin
conmemoraba este lunes el que se considera el primer tiroteo masivo no asociado
a un campo de batalla de la historia moderna de Estados Unidos con la
inauguración de un memorial para las víctimas de una masacre repetida
demasiadas veces desde entonces.
A esta
ceremonia tenía previsto acudir este lunes Claire Wilson James, la joven
embarazada de ocho meses que fue la primera víctima de Whitman. Ella
sobrevivió. No así su bebé no nato, que murió ese día, igual que su novio. La
mujer, que hoy tiene 68 años y nunca más pudo tener hijos, ha sido una de las
mayores críticas de la entrada en vigor de la ley sobre armas que permitirá
que, técnicamente, a la conmemoración de la masacre que marcó su vida y la de
tantos otros estudiantes y profesores medio siglo atrás puedan acudir
estudiantes armados como su agresor Whitman. “El campus debería ser un lugar
sagrado”, dijo Wilson James durante los debates de la normativa ahora
convertida en ley, recuerda The Washington Post.
La nueva
ley, que permite solo el uso de armas ocultas —sigue prohibida la exhibición
pública de pistolas y rifles en los campus— rige para todas las universidades
públicas. Las privadas tenían la opción de eximirse de su cumplimiento y así lo
han hecho todas salvo una, la Universidad Amberton de Garland.
En
todos los campus donde se aplica la ley, todo estudiante mayor de 21 años y con
licencia podrá llevar un arma oculta dentro de los campus universitarios, y
podrá entrar en ella en casi todos los lugares. La única prohibición generalizada rige para los
eventos deportivos. En algunas universidades, como la de Austin, aquellos
profesores que tengan un despacho privado podrán prohibir la entrada de un arma
en su oficina. Los que compartan espacio con otros educadores sin embargo no
podrán impedir que sus alumnos entren con un arma oculta. Otras universidades
vetarán también la entrada con un arma en los dormitorios. Por el contrario,
todas deberán permitir, de forma generalizada, su entrada en las aulas.
Y ahí reside
una de las principales resistencias de los críticos a esta normativa. Numerosos
profesores han manifestado su miedo a que el saber que algunos estudiantes
llevan un arma oculta puede provocar una represión de la libertad de expresión
en temas controvertidos como la religión o política, así como que se produzca
un aumento de la tasa de suicidios entre estudiantes, cita The New York Times.
Una profesora adjunta de Arte de la Universidad de North Texas explicaba así la
situación al Dallas Morning News: a lo largo de su carrera, ha sufrido
ocasiones en las que un estudiante le gritó, le apuntó agresivamente con el
dedo cerca de la cara o le acusó de algo falso. Si a esta situación tensa se
añade un arma de fuego cerca, cabe la duda de si las amenazas pasarán a algo
más grave. “No estoy diciendo que estos incidentes aumenten por esta ley, pero
la ansiedad asociada con ellos va a crecer, eso sin duda”, afirmó. El antiguo
decano de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Texas Frederick
Steiner, abandonó su puesto y se trasladó a la Universidad de Pensilvania
porque se oponía a permitir la entrada de armas en su campus.
EL FALSO
ARGUMENTO DE LAS ARMAS EN MANOS DE LOS “BUENOS” PARA FRENAR A LOS “MALOS”
Uno de los
últimos tiroteos múltiples que conmocionó a todo el país tuvo lugar en otra
ciudad texana, Dallas, hace menos de un mes, cuando un joven afroamericano mató
a cinco policías durante una protesta contra los abusos policiales antes de ser
abatido. Aunque varias personas portaban armas durante la manifestación —Texas
permite desde el 1 de enero portar un arma a la vista en la calle— ninguna de
ellas pudo o siquiera intentó enfrentarse al francotirador, echando por tierra
uno de los principales argumentos de los defensores de las armas —como el
candidato presidencial republicano, Donald Trump— que afirman que estas
aumentan la seguridad puesto que pueden ayudar a abatir al agresor. Las cifras
oficiales confirman la falsedad de este argumento. Según un estudio del FBI
sobre incidentes con tiradores entre 2000 y 2013, de 160 incidentes
registrados, solo uno de ellos acabó gracias a que un civil armado (que no era
ni un policía fuera de servicio ni un guarda de seguridad) se enfrentó a tiros
con el agresor. Por el contrario, en 21 casos fueron ciudadanos no armados los
que lograron parar al tirador.
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