La Fed imprimirá otros US$ 4,000,000,000,000 más adicionales a los 4 billones (millón de millón que emitió inorgánicamente ) en la próxima recesión,
puesto que la tasa de interés parece que ya no subirá de 2 puntos , por lo menos hasta después
de la 1era guerra nuclear.
La
Fed comienza a aceptar que la economía de EE.UU. no volverá a ser la que era
http://lat.wsj.com/articles/SB10022681122321454484204582267424074292402?tesla=y
Funcionarios
de la Fed se reunirán en el Simposio de Política Económica de Jackson Hole esta
semana. PHOTO: JONATHAN CROSBY/REUTERS
Por
JON HILSENRATH
lunes,
22 de agosto de 2016
12:06 EDT
Durante gran
parte del período posterior a la crisis financiera, los funcionarios de la
Reserva Federal de Estados Unidos se aferraron a la creencia de que podían
volver a su vieja manera de hacer las cosas.
El
crecimiento podría reanudarse a un ritmo moderado, la
inflación anual subiría al 2% y las tasas de
interés se elevarían gradualmente desde casi cero hasta un nivel casi normal de 4% o más.
Mientras se
preparan para su retiro anual en Jackson Hole, estado de Wyoming, a partir del
martes, los funcionarios están llegando, tristemente, a la conclusión de que esas previsiones no van a cumplirse.
El crecimiento de la producción
parece estar atascado en un ritmo lento y la inflación es vulnerable a quedarse
corta respecto de la meta del banco central.
La Fed, a su vez, empieza a comprender que las tasas no van a volver a la normalidad y que va
a tener que cambiar la forma en que conduce la política monetaria y se enfrenta
a las recesiones.
“Las
nuevas realidades plantean retos importantes para la conducción de la política
monetaria”, dijo John Williams, presidente de la Fed de San Francisco,
en una nota de investigación sobre los cambios del escenario de política
monetaria publicada la semana pasada.
En este
mundo, las herramientas no convencionales utilizadas después de la crisis
financiera —incluyendo las compras de
bonos del Tesoro de larga maduración para reducir las tasas de interés a largo
plazo y garantizar tasas de corto plazo bajas en el futuro inmediato—
podrían ser reutilizadas cuando golpee otra recesión.
La cartera
de valores de la Fed, que actualmente llega a US$4,2
billones, podría crecer. Los impopulares pagos de interés a los bancos
por el dinero que tienen depositado en el banco central podrían persistir.
La nueva
normalidad, en definitiva, podría parecerse mucho a lo que la Fed ha venido
haciendo estos últimos años.
Esto no
quiere decir que la Fed no suba nuevamente las tasas de corto plazo en algún
momento de este año; muchos funcionarios esperan que eso ocurra. En diciembre, la Fed aumentó su tasa de referencia para
fondos federales —la tasa diaria de préstamos interbancarios— de casi cero en un cuarto de punto porcentual.
Pero sí
significa que, más allá de los próximos movimientos, no es probable que vuelva
a elevarla mucho más en los meses y años venideros.
“Probablemente no
tengamos una gran cantidad de [herramientas de] ajuste de política monetaria” disponibles en el futuro, dijo a Fox
Business Network William Dudley, presidente del Banco de la Reserva Federal de
Nueva York.
Debido a que
el crecimiento es lento y podría seguir así, y a que en consecuencia la
inflación es baja, la Fed ha revisado a la baja sus estimaciones de cuánto
podría subir el nivel de la tasa interbancaria en el largo plazo. La mayoría de los funcionarios cree que alcanzará 3% o menos.
Hace cuatro años, el consenso era 4% o más.
Una
tasa baja en tiempos normales puede poner a la Fed en un aprieto cuando llegue
la próxima recesión.
Durante las últimas cuatro recesiones desde la década de 1980, la Reserva
Federal recortó las tasas de corto plazo en 5 puntos
porcentuales o más en un esfuerzo para estimular el crecimiento al
promover el endeudamiento, el gasto y la inversión.
La próxima
vez que haya una recesión, la Fed no tendría ese margen de maniobra. Los
funcionarios deberán recurrir a otras herramientas para apoyar el crecimiento,
incluida la compra de bonos y las garantías de bajas tasas a futuro.
La última
ronda de compra de bonos de la Fed (conocida también como la flexibilización cuantitativa o QE, por sus siglas en
inglés), permitió a la institución aumentar sus tenencias de valores de US$2,6 billones a US$4,200 billones. Un análisis de
Standard & Poor’s halló que la tercera
ronda apoyó la creación de 1,9 millones de puestos de trabajo y ayudó a reducir
la tasa de desempleo en 1,3 puntos porcentuales. “Según esa medida, el QE3
funcionó”, concluyó S&P.
Los
funcionarios son aprehensivos a usar medidas más radicales. Williams dijo que
la Fed podría tener que considerar un aumento de su objetivo de inflación del 2% al 3%, una idea que todavía no ha ganado
tracción con muchos otros en el banco central.
Mientras
tanto, las tasas de interés negativas son vistas por muchos funcionarios de la
Fed como un último recurso que no han funcionado muy
bien en lugares como Japón.
Un artículo
de investigación de David Reifschneider, economista
sénior de la Fed, sostiene que la compra de bonos y las promesas de
bajas tasas deberían ser suficiente para que la Fed pueda manejar aun una
“recesión bastante severa” que lleve la tasa de desempleo al 10%. Ello
implicaría que la Fed amplíe su cartera de valores en US$2 billones y posiblemente US$4 billones más, según el análisis.
Aun así,
Reifschneider advierte que “nadie puede descartar la posibilidad de que en el
futuro haya circunstancias en las que la capacidad [de la Fed] para
proporcionar el grado deseado de acomodación utilizando estas herramientas esté
muy comprometida”.
El desafío
de la Fed va más allá de la gestión de otra recesión.
El tema de
la reunión de Jackson Hole es “diseñar marcos de política monetaria resilientes
para el futuro”. En su reunión de política monetaria del 26 y 27 de julio, los
funcionarios de la Fed escucharon las exposiciones especiales del personal de
la institución sobre temas relacionados.
Además del
reto de hacer frente a las recesiones, el tema son los cambios que es necesario
introducir en la política monetaria en un mundo de bajas tasas de interés.
Para
gestionar su amplio portafolio de valores y la abundancia de reservas que ha
colocado en el sistema bancario, la Fed ha lanzado nuevas herramientas, incluyendo el pago de intereses al dinero que recibe en
depósitos de los bancos. Los legisladores se han quejado a funcionarios
de la Fed de que estos pagos se parecen a un subsidio injusto para los grandes
bancos.
En este
nuevo mundo de la banca central, esta es otra de las características del
paisaje actual que podría no desaparecer en el futuro.
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