En
los próximos 20 años el 45 % de los trabajos será automatizado sin embargo los nuevos
trabajos en la que laboraran las
personas medianamente instruidas no se inventan todavía . Por ANDY
KESSLER ingeniero optimista
Opinión:
Llegan los robots, démosles la bienvenida
http://lat.wsj.com/articles/SB11535868375454343769104582272193782236920?tesla=y
La
tecnología crea más trabajos de los que destruye y sustituye a los menos
productivos
PHOTO: GETTY
IMAGES
Por ANDY KESSLER
miércoles,
24 de agosto de 2016
19:52 EDT
¿Es hora de
hacer la venia ante nuestros amos, los robots? Con datos de un estudio de la
Universidad de Oxford, analistas de Morgan Stanley proyectaron la semana pasada
que en las próximas dos décadas casi la mitad de los
puestos de trabajo de Estados Unidos será reemplazada por robots. Tal
vez deberíamos levantar un muro.
¿Autos
que no necesitan conductor?
¿Meseros que no necesita sueldo o a quienes no
hay que darles propina?
¿Ropa
que se dobla sola?
¿Nos dirigimos hacia un futuro sin necesidad
de empleos?
Las señales
están allí, sin duda. Abundant Robotics, una empresa que salió del mismo
Instituto de Investigación de Stanford que nos trajo el ratón y la informática
en red,
ha
comenzado a probar un robot que recoge manzanas. Viñedos de la región de Napa están utilizando
sistemas de visión
para clasificar las uvas.
Según un
estudio de la Universidad de Stanford de 2013,
algunos robots en plantas fabriles cuestan ahora el
equivalente de unos US$4 por hora, y cada vez son
más baratos y mejores. Este mes, científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts hicieron una demostración
de un LIDAR (detector de rango y luz láser)
basado en un chip de silicio que funciona como un radar, pero tiene una resolución
mucho más alta, aunque cubre una distancia más corta.
El
Model S de Tesla utiliza
un sensor de radar y una cámara frontal
como medios de visión para el piloto automático instalado en sus vehículos
eléctricos. Ninguno de los dos, por desgracia, detectó un camión blanco
contra un cielo brillante antes de un choque que el 7 de mayo causó la muerte
de un conductor. LIDAR lo habría hecho.
Esa
tecnología en su estado actual puede llegar a costar hasta US$70.000. ¿El nuevo chip? Tal vez US$10. A ese
precio, probablemente van a ser parte del equipo estándar en todos los
vehículos nuevos, ya sean de conducción autónoma o no.
Y ahora tenemos robots que piensan.
Los editores
de la agencia de noticias Associated Press
proclaman que los robots escriben miles de artículos al
año para la empresa.
Así que ¿se
acabó? ¿Ganan los robots? Esto sin duda se ajusta a una cierta visión del mundo
de un estado de bienestar más grande e ingreso básico universal y otros
servicios que se hagan cargo de los trabajadores desplazados. Puede leer el
artículo titulado What Governments Can Do When Robots
Take Our Jobs (algo como Lo que pueden hacer los gobiernos cuando los
robots tomen el control) en el número del 26 de mayo de la revista Fortune.
Pero no nos
adelantemos. La arena de pronósticos está llena de sueños utópicos de ocio
destrozados. Acuérdese de las cúpulas geodésicas y de las pesadillas de Skynet
de ejércitos de robots itinerantes. Ambos son basura. En cambio, lo de ahora es
progreso.
La tecnología siempre crea más empleos
de los que destruye.
El presidente John F. Kennedy se preocupó sobre cómo “mantener el pleno empleo
en una época en la que la automatización… está sustituyendo a los personas”. El empleo era de 55 millones en 1962. Hoy es de 144 millones.
Hemos recorrido un largo camino.
Esta vez no
será diferente. Las máquinas de vapor destruyeron empleos, es cierto, sobre
todo para los operadores de caballos, pero permitieron una explosión de
fábricas, puestos de trabajo nunca imaginados y la revolución industrial. Los
autos mataron a los tranvías, pero dieron lugar a cientos de millones de nuevos
puestos de trabajo. Las aspiradoras y lavadoras destruyeron empleos de
“ingeniería doméstica” (aunque nunca admitiré que aprendí a operarlas), pero
liberó a las mujeres para que entraran a la fuerza laboral mucho más
productiva. Las computadoras eliminaron puestos de trabajo para las personas
que usaban reglas y cortadores para diseñar revistas u hojas de cálculo
físicas. Ahora, los medios de comunicación y Wall Street no existen sin
Microsoft Office. En cada caso, la tecnología le dio herramientas sofisticadas
a los humanos, en lugar de reemplazarlos.
Incluso los trabajadores chinos no
deberían tenerle miedo a los robots. La llegada de la demanda mundial de productos manufacturados abrumará una
economía fabril carente de automatización. Los robots van a resolver
los problemas logísticos que amenazan a China.
En pocas
palabras, los empleos que los robots pueden sustituir no son buenos puestos de
trabajo en primer lugar. Como seres humanos, subimos los peldaños de la escala laboral de tareas aburridas y
mecánicas a las que requieren el uso del cerebro, que es lo que nos llevó a
la cima de la cadena alimenticia.
En cada
ciclo, el capital busca destruir empleos de baja
productividad. Como Lucille Ball envolviendo chocolates en una línea de
ensamblaje. O cajeros. Espere, los cajeros están hoy en día haciendo tareas
bancarias más sofisticadas mientras que la mera entrega de efectivo está a
cargo de los cajeros automáticos. Los agentes de viajes han desparecido, pero
los diseñadores de paquetes turísticos proliferan. Ciertamente, los servicios
serán los próximos en ser automatizados. Por ejemplo los médicos, abogados, banqueros de inversión... Por
favor.
Pero no es
cierto. McKinsey & Co. publicó una investigación el año pasado que sugiere que 45% de “las actividades que individuos realizan por un
sueldo se pueden automatizar” con el uso de la tecnología existente.
Pero, y aquí está el contraste, menos de
5% de las ocupaciones “pueden ser totalmente automatizadas”. Tal vez un
tercio o más de las actividades dentro de los trabajos se pueden automatizar.
Esa es la buena noticia. Los trabajadores están fortalecidos, no en riesgo de
ser desplazados.
Vendedores
con Google Maps,
agentes
inmobiliarios con panoramas en 3D de las viviendas,
carpinteros
con cintas de medir láser.
Médicos
que realizan cirugías asistidas mínimamente invasiva mediante robots. Plomeros con... de acuerdo, ellos
tienen el trabajo más seguro del mundo.
Sí, algunas
personas se quedan atrás. Pero a medida que la sociedad
prospera, podemos ayudarlas a ponerse al día.
Tenemos que
conseguir que nuestro sistema de educación sea adecuado, enseñar fundamentos de informática mucho antes y proporcionar
educación continua sobre cómo adaptarse a los cambios tecnológicos y adoptar
estas nuevas herramientas. Puedo pensar en una decena de cursos, además
de literatura francesa, para ayudar a los trabajadores desplazados. Algunos
incluso pueden ser dictados por robots.
Hacer más con menos es lo que impulsa
el progreso y la riqueza de la sociedad. Todos nos beneficiamos de la inversión en actividades de
mayor productividad, como inmunoterapia, aviones no
tripulados o incluso encontrar Pokémones (el entretenimiento también
puede llegar a ser más productivo). Todo eso va a crear nuevos y tal vez
incluso mejores puestos de trabajo.
Los robots
están llegando. No se preocupe, sea feliz. Es la senda del crecimiento y de
niveles de vida más altos. Como posdata, el actor Kenny Baker falleció
recientemente. Trabajó en las películas de Star Wars originales, el tipo debajo
del robot R2-D2 (Arturito). Un humano incrementando un robot. Pero eso es en
una galaxia muy, muy lejana y una ficción tan grande como la de robots que
roban todos nuestros trabajos.
— Andy Kessler, ex gestor de fondos de cobertura, es el
autor de Eat People, publicado en 2011.
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