Texas
sorprende al mundo: el emporio del petróleo en EEUU y sede de los republicanos
que no creen en el calentamiento climático producto de los combustibles fósiles,
resulta que es mas ecológico que muchos estados de EEUU y su producción de energía eólica es de un 16 % del total ,además los costos de la energía
solar han bajado 48% desde 2010 y 6% en 2015 (recuerde que la era del fin del petróleo
ya llego, no invierta en energías contaminantes a mediano plazo ).
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Texas
da la sorpresa en energía renovable
http://lat.wsj.com/articles/SB12537609621557413642904582282173416408562?tesla=y
Texas ha sumado más capacidad de
generación eólica que cualquier otro estado del país
Una granja
eólica en Colorado City, en el noroeste de Texas PHOTO: JEFFREY MILLER/MOMENT
EDITORIAL/GETTY IMAGES
Bill
Spindle y Rebecca Smith
lunes,
29 de agosto de 2016
19:30 EDT
SAN
ANTONIO—En una tempestuosa noche de febrero, el mercado de electricidad de
Texas marcó un hito. Casi la mitad de la energía que
alimentaba su red troncal procedía de las turbinas de viento, un nivel
inconcebible hace una década en un estado famoso por su largo romance con los combustibles fósiles.
Texas
mantiene su relación con los hidrocarburos, lo que desembocó en la innovadora
tecnología de la fracturación hidráulica. Pero una bonanza energética igual de sorprendente ha pasado prácticamente
inadvertida: el auge de los renovables.
Texas ha sumado más capacidad de
generación eólica que cualquier otro estado del país y las turbinas de viento
representaron en abril cerca del 16% de su capacidad de
generación eléctrica.
El estado
anticipa además un enorme aumento de la energía solar.
En medio de
un acalorado debate sobre el cambio climático entre los partidos políticos en
Estados Unidos, Texas ha seguido una estrategia que funciona bien dentro de su
red, basada en los principios del libre mercado. Los funcionarios de Texas
dicen que la energía eólica y solar desempeñará, casi con seguridad, un rol
significativo y creciente en el abastecimiento, aunque los subsidios que brinda
el gobierno federal disminuyan en los próximos años.
“Estamos en el tercer
capítulo de un libro con 50 capítulos”, dice Joel Mickey, director
de diseño y desarrollo de mercado del operador de la red eléctrica del estado,
el Consejo de Confiabilidad del Servicio Eléctrico de Texas, o Ercot por su
sigla en inglés.
PHOTO:
MATTHEW MAHON FOR THE WALL STREET JOURNAL
California
lidera la energía solar y ya tiene en actividad más sistemas generadores de electricidad que los que
Texas prevé instalar en los próximos cinco a diez años.
Nueva York contempla
obtener la mitad de su electricidad de fuentes que no generan emisiones
contaminantes de aquí a 2030.
Las
granjas eólicas
proveyeron casi un tercio de la electricidad que
consumió el estado de Iowa en 2015, el porcentaje más alto en EE.UU.
Texas es uno de los pocos estados predominantemente republicanos, cuyos
candidatos normalmente no creen en el cambio climático y defienden los
combustibles fósiles, en sumarse a la tendencia.
Esta es una
transformación no exenta de riesgos. En un inicio, el estado les cobró a los
usuarios del sistema eléctrico miles de millones de dólares para construir las
líneas de transmisión necesarias para trasladar electricidad desde el ventoso
oeste del estado a las ciudades. También se cometieron errores como parte de un
proceso de aprendizaje. La energía renovable sólo opera cuando sopla el viento
o brilla el sol. No se puede despachar cuando es más necesaria, sino que cuando
está disponible, lo que obligó a los responsables de la red eléctrica a
desarrollar la capacidad de anticipar los cambios del clima. Las tecnologías de almacenamiento de baterías aún tienen
camino que recorrer para ser más eficientes.
Tampoco hay
que olvidar los subsidios. Los proyectos eólicos reciben generosos fondos del
gobierno federal de EE.UU. cuando generan electricidad. Esto quiere decir que
durante las subastas, estas iniciativas hasta pueden pagarle al estado para que
compre su electricidad y seguir siendo rentables, lo que les otorga una ventaja
frente a los productores que usan fósiles.
A ciertos
detractores les preocupa que algunas eléctricas dejen de usar plantas de
combustibles fósiles de manera prematura, aunque algunas fuentes de energía
como el gas natural y el carbón podrían ser más baratas.
“¿Cómo mantenemos en
funcionamiento las grandes plantas si la energía eólica y solar han erosionado
la lógica económica al extremo de que las empresas las quieren cerrar?”, pregunta Travis Fisher, economista
del Instituto de Investigación de Energía, un centro de estudios conservador.
Las raíces
del auge de la energía renovable en Texas se remontan a 1999, cuando George W. Bush, entonces gobernador y con una
legislatura de mayoría republicana, reformó el mercado eléctrico.
La
liberalización acabó con el dominio de monopolios que controlaban la
generación, la transmisión y la distribución e introdujeron subastas
competitivas para la electricidad al por mayor.
El plan
desregulador, que Bush promulgó días antes de anunciar su candidatura a la Casa
Blanca, también incluyó un requisito de que los productores tuvieran al menos 2.000 megavatios de capacidad de
generación de energías renovables para 2009.
Texas
superó la meta en 2005.
El entonces gobernador Rick Perry, que también es republicano y crítico de la
intervención gubernamental, elevó el objetivo a más de
10.000 megavatios de capacidad renovable para 2025, un objetivo que se cumplió en 2011.
La capacidad
de energía renovable de Texas rondó los 19.000
megavatios en abril, según el Departamento de Energía de EE.UU.,
suficiente para alimentar a unos 4 millones de hogares.
Texas no
invocó el calentamiento global para promocionar el programa sino que trató la energía renovable como un
asunto que tenía que ver con las decisiones del consumidor, un generador de
empleos y una forma de invertir en las comunidades rurales.
Jimmy
Glotfelty, el asesor de Bush entre 1991 y 1994, cuenta que al haberse criado en
Midland, “donde el viento soplaba todo el tiempo”, el ex mandatario obtuvo de allí la idea de que la energía eólica podía ser un
enorme activo para el estado. “No era parte de una revolución ligada al
cambio climático, sino una convicción en el poder del libre mercado y los
emprendedores”.
Una reciente
encuesta realizada por la Coalición de Energía Limpia de Texas, un grupo sin
afiliación partidista que defiende el desarrollo del gas y de la energía
renovable, halló que pese al rechazo de las regulaciones ambientales orientadas
a reducir el uso del carbón, 85% de los texanos eran
partidarios de expandir las energías renovables mientras que el 9% se
oponía.
Los
residentes de Houston pueden elegir entre 107 planes de tarifas que ofrecen
entre 5% y 100% de electricidad renovable. En general,
están dispuestos a pagar un poco más para ser ecológicos. Reliant, una
de las principales eléctricas del estado, cobra 7,1
centavos por hora-kilovatio por un plan de energía 100% renovable y 5,9
centavos por uno que es 5% verde.
Los
subsidios federales deberían disminuir en los próximos años. Otra fuente
importante que ha impulsado el auge de los renovables ha sido la caída en los
costos de la tecnología solar y eólica. Los costos de
la energía solar han bajado 48% desde 2010 y 6% en 2015, según la Solar Energy Industries Association, una entidad que
representa al sector. Es probable que tales reducciones continúen conforme los
fabricantes de paneles solares logran economías de escala y nuevas tecnologías
disminuyen los costos y aumentan la eficiencia.
Los
residentes de Texas “quieren contar con una diversidad de recursos puesto que nadie sabe a dónde llegaran los precios del gas en el
futuro”, dijo Joel Cohn, de la firma de asesoría contable CohnReznick,
que trabaja en proyectos renovables.
Ercot,
el operador del sistema eléctrico del estado, prevé un crecimiento explosivo de
la energía solar. Un
análisis sugiere que la reciente renovación de beneficios tributarios podría
ayudar a generar hasta 19.000 megavatios de capacidad
solar dentro de 15 años, frente a los 500 megavatios actuales.
Los
proyectos eólicos generaron empleos en las comunidades rurales y ofrecieron a
los propietarios de tierras nuevas fuentes de ingresos. En el estado hay hoy
más de 100.000 personas que trabajan en proyectos de energía renovable, según
Workforce, el organismo encargada de la creación de empleos en el estado.
Dos sitios
en San Antonio operados por la eléctrica de la ciudad, CPS Energy, evidencian
el cambio. La planta de generación J.T. Deely está
cesando sus operaciones. A unos pocos kilómetros de distancia, la granja
solar Alamo 2 transforma los rayos del sol en energía eléctrica cerca de dos
barrios residenciales. “Es limpio. Es tranquilo. La gente quiere que este acá”, afirma
el desarrollador solar Randy Jenks. Cuando se completen todas las etapas, se
espera que la iniciativa genere 450 megavatios, más capacidad solar de la que
había en todo el estado hace un par de años.
Los
renovables siguen siendo una fracción del negocio de CPS, pero la empresa
espera que su participación crezca rápidamente. “El costo ha bajado al extremo
de que la gente puede ver el valor”, señala Cris Eugster, su director general
de operaciones.
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