Tanzania
y Mozambique en África oriental apostaron fuertemente por el auge gasífero y
pidieron cuantiosos préstamos, pero Mozambique dilapido mucho dinero justo
cuando el gas comenzó a bajar y los 2 están en serios problemas. En Tanzania
debatieron 4 años en cuanto seria la coima y cuando firmaron todo estaba por los
suelos..
La
caída del gas posterga la transformación de África oriental
http://lat.wsj.com/articles/SB12654166221628624347004582105241069255660?tesla=y
Trabajadores
de la construcción en Maputo, Mozanbique. PHOTO: GRANT LEE NEUENBURG/REUTERS
Por
Matina
Stevis en Dar es Salaam, Tanzania, y
Patrick McGroarty en Pemba, Mozambique
viernes,
3 de junio de 2016 0:02
EDT
A lo largo
de la costa oriental de África, una región rica en recursos, la promesa de una
prosperidad basada en el gas natural se desvanece en un futuro incierto.
Cinco años
atrás, Tanzania y Mozambique eran aclamados como
dos de las fronteras de gas natural más prometedoras del mundo, perfectamente posicionadas para alimentar el auge industrial
de Asia.
Hoy, cuando
una prolongada caída de los precios del gas aplaza indefinidamente su
transformación económica, estas naciones pobres están pagando el precio de años
de inacción de sus gobiernos.
Funcionarios
de Tanzania dicen que pasará una década antes de
que esos recursos, estimados en 1.500 millones de pies
cúbicos de gas, puedan ser bombeados y vendidos, pero ejecutivos del
sector dicen que esa estimación es muy optimista.
Las empresas
de energía creen que frente a las costas de Mozambique
hay tres veces más gas que en el territorio del país. Pero la
producción, que teóricamente debía comenzar este año, no podrá empezar sino
hasta 2020.
“Hemos visto empresas
que no pueden cumplir con sus obligaciones debido a que los precios del
petróleo están tan bajos”, dijo James Mataragio, director general de la estatal
Tanzania Petroleum Development Corp. “Eso ha arrastrado todo hacia abajo. Es
duro”.
Recientemente,
los precios del gas se han recuperado un poco, junto con los de otras materias
primas. El jueves, el precio de un millón de unidades térmicas británicas de
gas natural fue aproximadamente de US$2,40,
bastante por encima del mínimo de marzo (US$1,64)
pero muy por debajo de los promedios de comienzos de
2014, de más de US$4.
Guardias de
seguridad patrullan cerca a barcos pesqueros de Empresa Mocambicana de Atum en
Mozambique. PHOTO: GRANT LEE NEUENBURG/REUTERS
En 2011,
cuando el gigante de servicios petroleros Halliburton
Co. llegó a Dar es Salaam en 2011, desplegó su logotipo a lo largo de un
edificio de lujo con espectaculares vistas al Océano Índico. Hace unos meses,
después de haber reducido sus operaciones, la firma mudó sus oficinas a la
primera planta de un discreto centro comercial.
Funcionarios
del gobierno dijeron que tienen entendido que Halliburton está suspendiendo la
mayoría de sus operaciones y que mantendrá en Tanzania una pequeña delegación
administrativa.
Una portavoz
de Halliburton, dijo que la empresa con sede central en Houston continúa
operando en el país, pero que ha “ajustado su negocio para que coincida con las
condiciones actuales del mercado y las necesidades de nuestros clientes”.
La legislación sobre petróleo y gas de Tanzania
permaneció estancada durante cuatro años antes de ser finalmente aprobada hace
unos meses, más de un año después del desplome del precio del gas.
Una
importante empresa de energía gastó cientos
de miles de dólares para reubicar personal especializado en Dar es Salaam
tres veces entre 2014 y 2015, sólo para terminar repatriándolos debido a que
los retrasos con la legislación les impedían empezar las labores, dijo un
empleado que pidió permanecer en el anonimato porque la empresa está nuevamente
en negociaciones con el gobierno.
En enero, el
presidente de Tanzania, John Magufuli, rompió un
estancamiento de un año para asegurar la entrega de un terreno para una planta
de gas licuado cerca de Dar es Salaam. En marzo,
Dodsal Group, con sede en Dubai, dijo que había
verificado nuevas reservas en tierra cerca de aquella ciudad por valor de US$8.000 millones a los precios del gas de hoy.
Mataragio
señaló que las negociaciones sobre la manera de construir y operar la terminal
con empresas como Exxon Mobil Corp., Royal Dutch Shell
PLC y Ophir Energy tomarían 18 meses. Representantes de la compañía
dijeron que podrían llevar tres años.
Ahmed Salim,
analista de la consultora Teneo Intelligence, elogió al presidente de Tanzania
por tratar de llevar los depósitos de gas al mercado lo más rápidamente
posible. “Pero la pregunta importante sigue siendo, ¿es demasiado poco,
demasiado tarde?”, dijo.
No obstante,
las perspectivas económicas de estos países siguen siendo relativamente
fuertes. El Fondo Monetario Internacional espera que el crecimiento en Mozambique y Tanzania supere 6% este año, el doble de
la tasa de crecimiento de sus vecinos. El ritmo de crecimiento, más lento que
el de los últimos años, refleja en parte los efectos de arrastre de los US$30.000 millones en inversión extranjera que llegó
en los pasados cinco años.
Tanzania
podría estar en mejores
condiciones para gestionar este período de espera. A diferencia de su vecino del sur, no se endeudó
a cuenta de futuros ingresos de gas. Su nuevo gobierno, además, está
recortando el gasto y luchando contra la corrupción. Y mientras se sientan las
bases de la industria del gas, las políticas públicas deberían apoyar el
desarrollo de otros sectores, como la agricultura.
Mozambique ha sido golpeado más duramente
porque el gobierno hizo grandes apuestas al auge gasífero, inversiones que
ahora están fracasando de forma espectacular.
Anticipando una
bonanza, el gobierno mozambiqueño tomó
prestado miles de millones de dólares. En 2014, cuando los precios del gas
comenzaron a caer, el país sufrió una caída de 20% en la inversión extranjera
directa, según datos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y
Desarrollo. Su relación deuda-Producto Interno Bruto
aumentó 30 puntos porcentuales en tres años al actual 87,4%.
En abril, el
FMI suspendió un plan de rescate para Mozambique después de que The Wall Street
Journal informara que el gobierno había ocultado préstamos de otras entidades
financieras y malgastado los fondos.
Parte del
dinero se gastó en buques especializados
para patrullar los yacimientos de gas costa afuera. La idea era devolver
los préstamos cuando llegaran los ingresos por la venta de gas, antes de que
nadie notara que se habían usado para otra cosa. Pero la caída de los precios
retrasó ese flujo de ingresos y los préstamos secretos no han sido pagados. Los
barcos comprados con ese dinero permanecen amarrados en el puerto de Maputo, la capital del país.
Puente
Kigamboni en Dar es Salaam, Tanzania. PHOTO: PAN SIWEI/ZUMA PRESS
Los
arrendamientos de las villas preferidas por los extranjeros se han derrumbado,
arrastrando consigo un reciente auge de la construcción. Red Sea Housing Services Co., empresa de bienes raíces basada
en Arabia Saudita, dijo que después de haber construido unos pocos
cientos de camas para trabajadores de la industria del gas, los planes de
construcción de viviendas más grandes, por valor de decenas de millones de
dólares, quedaron en lista de espera.
Las grandes
petroleras Anadarko Petroleum Corp. y Eni SpA
dicen que siguen comprometidas con sus planes de inversión en el país, pero sus
operaciones están detenidas.
Eni señaló
que su descubrimiento de nuevos yacimientos de gas en Mozambique “es uno de los
mayores en la historia de Eni y uno de sus principales proyectos en cartera”.
Pero la firma italiana añadió que estaba reduciendo su participación en el
proyecto como parte de una estrategia más amplia. “El petróleo y el gas se
recuperarán, pero es probable que esta sea una de las caídas más profundas que
he visto en mi vida”, dijo Mark Sumner, presidente para África de Red
Sea.
Anadarko
dijo que estaba “trabajando duro para poner en marcha una serie de acuerdos con
el gobierno, [que] proporcionarán la base para los acuerdos de venta
definitivos con los clientes de gas natural licuado” y que “está muy
comprometido con el desarrollo del proyecto.”
Bajo un sol
calcinante en Pemba, el puerto de Mozambique que
alguna vez se promocionó a sí mismo como un pueblo gasífero, algunas empresas
están quebrando.
“No hay
dinero en el mercado,” dijo Julio Sethy, que expandió su negocio de camiones
sólo para ver caer la demanda el año pasado, luego del derrumbe de la moneda de
Mozambique. “Estamos frente a una gran crisis económica”.
Celmira
da Silva, gobernadora de
la provincia que abarca la mayor parte de las ricas aguas
gasíferas de Mozambique, dijo que el derrumbe del gas es un desafío para
construir fábricas y modernizar las explotaciones de anacardo y de algodón, que
pueden ayudar a la región a capear futuras crisis.
“Sin otros
productos y exportaciones no vamos a ser capaces de proporcionar puestos de
trabajo a todos”, dijo da Silva.
John Fabian,
de 28 años, dejó el interior de Mozambique para estudiar economía. Hace unos
años consiguió un trabajo como cajero de banco en Pemba.
Pero ahora,
muchas empresas de esta otrora prometedora ciudad están cerrando sus puertas.
Fabian perdió su empleo en noviembre y desde entonces le ha costado mantener a
su esposa y a su hija de 3 años de edad.
“No hay
trabajo aquí”, dijo el hombre de 28 años, en una tarde reciente mientras pasaba
un rato en la playa. “Iría a cualquier lugar por un trabajo”.
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