Indicadores
apuntan a una mayor probabilidad de recesión en EE.UU.
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La
desaceleración en las ventas de automóviles es considerada una señal de
problemas económicos. PHOTO: RICHARD B. LEVINE/NEWSCOM/ZUMA PRESS
Por BEN LEUBSDORF
Actualizado
martes, 21 de junio de 2016
0:03 EDT
Los
desgarradores vuelcos que sacudieron a los mercados financieros a principios de
año ayudaron a invocar el espectro de una nueva recesión. Ahora, las señales de
advertencia están viniendo principalmente de la economía de Estados Unidos.
El
empleo, las ventas de automóviles y la inversión empresarial están perdiendo
fuerza, mientras que la producción industrial sigue siendo débil y
las ganancias corporativas continúan bajo presión.
Se trata de
signos clásicos de un bajón de la economía que no han pasado desapercibidos.
En una
encuesta realizada este mes por The Wall Street
Journal, una serie de economistas asigna una probabilidad de 21% a que EE.UU. entre
en recesión en 2017 frente al 10% de un año atrás. Algunos analistas
estiman que el riesgo es mayor.
Si esto
resulta ser el anticipo de una recesión u otra falsa alarma es una discusión
que puede tardar años en dirimirse. Temores similares han surgido en otras
oportunidades durante los siete años que acumula la presente expansión de la
economía estadounidense, para ser luego desechados. No obstante, numerosos
indicadores que apuntan a que existe una buena probabilidad de que una recesión
comience dentro de los próximos 18 meses.
“Como todo el mundo, puedo
ver nubes en el horizonte”, dijo el economista de la Universidad de Stanford Robert Hall. Sin embargo,
agregó, “nadie es muy bueno a la hora de predecir. Yo ni siquiera lo intento”.
Hall es el
presidente del comité de la Oficina Nacional de Investigación Económica
encargado de, en última instancia, confirmar la fecha de inicio de la próxima
recesión.
ENLARGE
Aunque la
economía estadounidense sigue creando puestos de trabajo, la reciente desaceleración de las contrataciones ha asustado
a algunos analistas.
Con un
crecimiento de apenas 38.000 puestos de trabajo, mayo fue el mes de menor
creación de empleo desde que la economía dejó de eliminar puestos de trabajo en
2010.
El
economista de Barclays Michael Gapen resaltó que, desde 1960, un ritmo de
contratación persistentemente más lento que el promedio de la recuperación
económica—como el que se ha visto en los últimos meses—, “fue seguido más veces
que no” por una recesión dentro de los siguientes nueve a 18 meses.
Los signos
de advertencia se extienden más allá del mercado laboral.
Economistas
de J.P. Morgan Chase han
estado evaluando las probabilidades de una recesión usando un modelo que
incorpora una gama de indicadores económicos, desde las expectativas de los
empresarios a las ventas de automóviles.
El modelo
marcaba hasta la semana pasada un 34% de probabilidad de recesión dentro de los siguientes 12
meses. La cifra cayó levemente frente al 36% de principios de mes,
pero supera con holgadamente el 21% de enero. Aumentos similares precedieron
las últimas tres recesiones.
Las ganancias trimestrales
interanuales de las empresas estadounidenses han ido disminuyendo desde finales
del año pasado,
según el Departamento de Comercio de EE.UU. Es una de las razones por las que
Joshua Shapiro, economista jefe de la consultora MFR Inc., ubica en 50% las probabilidades de una recesión el año que
viene en EE.UU.
“Es probable que la
persistente disminución de la rentabilidad y de los márgenes conduzca a una
agresiva reducción de costos, lo que debería afectar al mercado laboral y al gasto del consumidor, que es lo único que mantiene
a flote la economía”, aseveró. Su pronóstico asume una recesión en el segundo semestre de
2017, pero “podría ocurrir antes, sin duda”, señala.
El sector
fabril sigue siendo una fuente especial de debilidad. La producción industrial
en general, de acuerdo con el seguimiento que realiza la Reserva Federal, ha
disminuido en una base interanual durante los últimos nueve meses.
Gran parte
de la debilidad puede atribuirse a los efectos de los bajos
precios del petróleo y el alza del dólar, vientos en contra que pueden
comenzar a amainar en los próximos meses. Pero Jason Schenker, presidente de
Prestige Economics LLC, subraya que a partir de 1919 la producción industrial nunca ha caído
durante tanto tiempo sin que sea seguida por una recesión.
No hay
manera de saber con absoluta certeza si se avecina una recesión. Los retrasos
en la obtención de datos y las revisiones significan las crisis pueden ser difíciles
de identificar incluso después de haber comenzado. Asimismo, el aumento de la
preocupación no siempre se justifica.
En
septiembre de 2011, las probabilidades de recesión se dispararon a 33%, según
la encuesta de analistas privados de The Wall Street Journal. Pero la economía
siguió más o menos ilesa a pesar de una racha de contrataciones más débiles,
problemas políticos y turbulencias en los mercados financieros.
También hay
poderosas razones para esgrimir que lo más probable es que la expansión estadounidense
siga adelante.
La menor
creación de empleo registrada en mayo podría ser un caso aislado. Otros
indicadores del mercado laboral, como las solicitudes de desempleo, se
mantienen en niveles saludables.
Sostenido
por un mayor crecimiento de los salarios, el consumo ha estado creciendo a un
ritmo sólido después de la desaceleración en los primeros meses del año. La
presidenta de la Fed, Janet Yellen, citó recientemente el repunte en el gasto
de las familias como un “factor clave” en las expectativas del banco central
sobre la continuidad del crecimiento económico. De hecho, el crecimiento está
en camino de acelerarse este trimestre, después de seis meses flojos.
La
consultora Macroeconomic Advisers proyectó el viernes una expansión anualizada
de 2,7% del Producto Interno Bruto estadounidense en el segundo trimestre. En
otras palabras, EE.UU. todavía está muy lejos de los dos trimestres
consecutivos de crecimiento negativo considerados como la definición más básica
de una recesión.
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