Arabia
Saudita se dispone a estafar a los codiciosos inversionistas con la venta de
parte de su petrolera ARAMCO o estafarán
a los países bajo el domino de EEUU como Perú al que le dirán que son acciones triple
A y que inviertan el dinero de las AFP y
que no les den el 95 % a los jubilados como habían prometido (los mismos líderes árabes dijeron que la era
del petróleo está llegando a su fin , además
, por la masificación de los autos eléctricos por esto del calentamiento climático
, la revolución árabe que se está gestando tumbara a la monarquías feudales y desconocerá
la venta, además que si entra en guerra contra Irán cientos de miles de mísiles atravesaran el
golfo pérsico y caerán en las refinerías árabes. ) Por otro lado les están vendiendo los
derechos de explotación por décadas como si siempre los reyes van a estar en el poder, miren como cayo Kadafi en Libia o
cayó el muro de Berlín o se desintegro la URSS o como el petróleo cayo de US$ 140
a US$ 27 a principios del 2016, además Venezuela tiene el triple de reservas
que Arabia; tenga
en cuenta que J.P Morgan al igual que
Citigroup ; Goldman Sachs etc son los responsable del colapso de Wall Street y hubieran
quebrado si no fuera porque los rescato Obama y ninguno fue a la cárcel por
estafa
Aramco
le quita el sueño a Wall Street con la mayor salida a bolsa de la historia
http://lat.wsj.com/articles/SB12708137792228414899604582127312978780258?tesla=y
La oferta
pública del 5% de las acciones de Saudi Aramco podría generar comisiones de
hasta US$1.000 millones para los bancos de Wall Street. PHOTO: AGENCE
FRANCE-PRESSE/GETTY IMAGE
Por
MAUREEN
FARRELL
Y
NICOLAS PARASIE
martes,
14 de junio de 2016 0:02
EDT
La prevista
salida a bolsa del coloso petrolero Saudi Aramco ha desatado una carrera entre
los bancos por una participación en un acuerdo que podría generar US$1.000
millones en comisiones y ayudar a definir el éxito o el fracaso en Wall Street
en los años venideros.
Saudi
Aramco es por
prácticamente cualquier indicador una de las empresas más grandes del planeta.
El reino saudita ha dicho que Saudi Arabian Oil Co.,
como se le conoce formalmente, podría llegar a valer entre US$2 billones y US$3 billones (millones de millones)
cuando salga a bolsa; en su punto medio, esa cifra equivale al valor de mercado sumado de todas las otras compañías de
petróleo y gas que cotizan en bolsa en el mundo, según S&P Global Market
Intelligence.
La
perspectiva de un negocio que podría generar US$1.000 millones en honorarios
tiene a los banqueros de alto nivel en las instituciones financieras más
grandes del mundo corriendo a la sede de Aramco en Dhahran, una ciudad saudita
sobre la costa del Golfo Pérsico. Algunos han pasado horas esperando para
reunirse con el presidente ejecutivo de la firma, Amin
Nasser, o con el presidente, Khalid al-Falih, para escuchar que serían
recibidos por directivos de menor rango, según personas al tanto del proceso.
Uno de los
ejecutivos que logró reunirse hace poco con Nasser en uno de los edificios
blancos de la compañía dijo que éste se pasó una hora ensalzando la prometida
transformación económica de Arabia Saudita. Nasser
dejó en claro que para obtener un lugar en la mesa, los bancos deben estar
dispuestos a financiar grandes proyectos
de infraestructura destinados a romper la dependencia del petróleo de la
economía saudita, agregó la fuente.
Antes de
abandonar el complejo, que es vigilado por agentes de policía que llevan rifles
M-16, el banquero dijo que fue muy fotografiado por el equipo de relaciones
públicas de Aramco.
Saudi Aramco
se abstuvo de hacer comentarios para este artículo.
Amin Nasser,
presidente ejecutivo de Saudi Aramco, en la sede de la empresa. PHOTO: AGENCE
FRANCE-PRESSE/GETTY IMAGES
Se cree que
la recompensa por soportar tal escrutinio será enorme. El reino ha indicado que
podría poner en bolsa hasta 5% de Aramco, lo que significaría ganancias de
hasta US$150.000 millones, cotizando en varias bolsas internacionales. A ese
nivel, la emisión de acciones superaría con creces la oferta pública inicial de
Alibaba Group Holding Ltd. de US$25.000 millones
en 2014, como la mayor de la historia. Los beneficios para la reputación de los
bancos también podrían ser considerables.
“Esto dará a
los bancos ganadores una tremenda credibilidad en los mercados de energía para
todo tipo de transacciones”, dijo David Wessels, director de educación
ejecutiva de la escuela de negocios Wharton de la Universidad de Pensilvania y
ex consultor de McKinsey & Co. “Los bancos pondrán a equipos de sus mejores
empleados en esta transacción”.
Los bancos
suscriptores suelen ganar comisiones de alrededor del 2%
sobre emisiones de más de US$10.000 millones, de acuerdo con el
proveedor de datos Dealogic.
Los
honorarios por privatizaciones tienden a ser más bajos, y se cree que Aramco
será un duro negociador. Pero incluso si el conjunto de comisiones se pacta en menos de 1%, algo posible según una fuente, de todos
modos sumaría hasta US$1.000 millones.
Hasta ahora,
sólo un reducido grupo de banqueros, consultores y abogados han participado
directamente en el proceso de salida a bolsa o en el Programa Nacional de
Transformación del gobierno, un plan relacionado que apunta a más que triplicar
los ingresos no petroleros de Arabia Saudita para 2020, según fuentes al tanto.
Entre ellos
se encuentran J.P. Morgan Chase & Co., cuya
relación con el reino se remonta ocho décadas; el ex banquero de Citigroup Inc. Michael Klein, que es considerado por
Arabia Saudita como una voz independiente capaz de ayudar a navegar el proceso;
consultores de McKinsey y Boston Consulting Group; y los abogados de la firma
White & Case LLP.
Hay grandes de
riesgos para aquellos que buscan hacerse con un pedazo de esta bonanza. No hay garantía de que habrá suficiente
demanda por parte de los inversionistas, especialmente si los sauditas,
famosos por su hermetismo, no proveen suficiente información.
Aramco
también podría, en última instancia, reducir sus ambiciones y hacer una
colocación relativamente modesta en la bolsa del país, dijo una fuente.
De cualquier
manera, los accionistas tienen pocas probabilidades de poseer directamente las
reservas de petróleo del reino, estimadas en 261.000 millones de barriles. En
cambio, se estima que el vehículo de inversión que cotizará en bolsa tendrá los derechos a largo
plazo para extraer el crudo, una estructura similar a la de otras
petroleras estatales.
El gobierno
saudita realiza la salida a bolsa como parte de un amplio plan para reducir su
dependencia del petróleo y recaudar fondos para diversificar la economía. El
reino se refirió a sus planes para reorientar su economía más allá del petróleo
recientemente.
El reino
también prepara la primera de lo que se cree será una serie de emisiones
internacionales de bonos, que podrían tener lugar a partir de julio y
recaudarían hasta US$15.000 millones, según fuentes al tanto. Los principales
bancos suscriptores de estas colocaciones correrían con ventaja para la salida
a bolsa, añadieron las fuentes.
Las
autoridades saudíes han indicado a los bancos que no han prestado dinero en el
reino que deberían considerar hacerlo, dijeron las personas.
Los
banqueros, a su vez, esperan que Aramco ofrezca detalles sobre los activos que
se incluirán en la salida a bolsa y que tal vez elija a un conjunto de bancos
suscriptores en los próximos meses. La compañía podría trabajar con más de una
docena de bancos, pero sólo seis o menos suscriptores principales, dijo una
fuente al tanto.
Se cree que J.P. Morgan será el suscriptor principal del
acuerdo, dijeron fuentes cercanas. El banco ha sido el principal prestamista o
formado parte de un equipo de bancos en casi todos los préstamos de Aramco,
según Dealogic. Se le conoce dentro de Arabia Saudita
como el “banco del reino”, y en los últimos meses jugó un papel
principal en la confección de un crédito de US$10.000 millones para el gobierno
saudita. La relación se remonta a la década de 1930, cuando el predecesor del
banco actual, Morgan Guaranty Trust Co., ayudó a las petroleras estadounidenses
a establecer y fortalecer sus operaciones en ese país.
El presidente ejecutivo de J.P. Morgan, James Dimon, no
ha viajado a Arabia Saudita desde finales del año pasado, pero se reúne
periódicamente con altos funcionarios en otros lugares o habla con ellos por
teléfono, dijeron fuentes al tanto. El director de banca corporativa y de
inversión de J.P. Morgan, Daniel Pinto, y su jefe de banca de inversión, Carlos
Hernández, viajan a Arabia Saudita con regularidad para reunirse con ejecutivos
de Aramco y miembros del gobierno para hablar sobre la salida a bolsa y otros
proyectos, dijeron las personas.
Citigroup,
Deutsche Bank AG y HSBC Holdings PLC participaron en el gran consorcio que extendió la línea de
crédito renovable por US$10.000 millones a Aramco en marzo de 2015.
Los
banqueros que trabajaron en proyectos en la región dudaron cuando surgieron los
primeros informes sobre una salida a bolsa en enero. Arabia Saudita ha
intentado diversificar su economía más allá del petróleo en el pasado, pero
suele abandonar estos esfuerzos vez que los precios se recuperan.
Cualquier
venta de acciones no se llevaría a cabo antes de un año y no hay garantía de
que suceda. De todos modos, el temor a perderse un negocio único es palpable en
Wall Street.
“Los bancos
harán hasta lo imposible por participar en este operación”, dijo Wessels, el
profesor de Wharton.
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