US$
250,000 de multa y 3 años de cárcel en EEUU a quien no registre su dron (ideal
para esparcir cianuro en la olla o granadas contra un antipático o equiparlas con cámaras de espionaje industrial
o cargarlos con antrax en el aire acondicionado del edificio o con polonio 210 en la cena de un diplomático,
o…, o… ,etc. O con gas sarín en túneles de guerrillas
)
Estados
Unidos controla la expansión lúdica de los drones
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/12/26/actualidad/1451132389_125673.html
El Gobierno
de Obama crea un sistema de registro de los aparatos no tripulados
Un mercado
creciente
JOAN
FAUS
Washington
26
DIC 2015
Un policía
belga pilota el primer dron de vigilancia usado por la policía de ese país. /
FRANCOIS LENOIR (REUTERS)
Los drones
son uno de los regalos más populares estas Navidades en Estados Unidos. Se
estima que se venderán unos 400.000 aparatos
pilotados a distancia, una quinta parte de las ventas anuales en el mundo. La
expansión inquieta al Gobierno de Barack Obama. Teme que los cielos se llenen
de drones sin control. Poco antes de estas fechas de frenesí comercial, ha
anunciado un reglamento para garantizar un uso seguro de los artefactos con
fines recreativos.
El ciudadano
estadounidense que tenga un dron de entre 250 gramos y
25 kilos comprado después del pasado lunes tendrá que registrarlo antes
de empezar a usarlo en el exterior, según la normativa de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus
siglas en inglés). Quienes ya tenían drones, tienen hasta febrero para
registrarlos. No comunicar los datos del artefacto y de contacto de su
propietario puede conllevar multas de hasta 250.000
dólares y tres años de cárcel.
Desde 2012,
la ley no requiere un permiso a quien opere con fines lúdicos un dron a menos de 121 metros de altura, siempre que
mantenga contacto visual con el aparato, y éste no vuele cerca de aeropuertos
ni sobrevuele eventos deportivos ni concentraciones de gente.
Ahora, la
FAA da un paso más con el sistema de registro, que se basa en las
recomendaciones de un panel de expertos, fabricantes y usuarios.
El objetivo
es saber cuántos drones recreativos hay aproximadamente en EE UU y educar a la
población para evitar usos inapropiados.
“No se equivoque: los
entusiastas de aparatos no tripulados son aviadores, y eso lleva aparejada una
gran cantidad de
responsabilidad”, dijo el secretario de Transporte,
Anthony Foxx, al revelar a mediados de diciembre el sistema de inscripción. Ese
tipo de aparatos existe casi desde el inicio de la aviación en el siglo XIX,
pero su uso, gracias al progreso tecnológico que ha reducido los precios, se ha
disparado en la última década.
Un
mercado creciente
La
Asociación Tecnológica de Consumidores, que representa a empresas del sector y participó en en el
panel impulsado por la FAA, aplaudió el sistema de registro pero pidió que no
haya duplicidades con las autoridades locales y criticó la tasa de cinco
dólares de inscripción -que se devolverá en el primer mes del sistema- porque
“desalentará” el cumplimiento de la normativa.
Esa
asociación prevé que los ingresos por ventas de drones en EE UU asciendan este
año a 105 millones de dólares, con un crecimiento interanual del 52%. La consultora Teal
estima que en todo el mundo los ingresos llegarán a 1.400 millones, casi el
doble que en 2014.
El sector
espera con expectación la normativa de la FAA, que se espera entre en vigor en
la primera mitad de 2016, que expandirá
el uso comercial de drones. Actualmente, solo se permite ese uso en casos
excepcionales. En febrero, la agencia divulgó una propuesta inicial que se
centraba en aparatos de hasta 25 kilos. Obligaba a los pilotos a tener al menos
17 años, recibir un certificado de conocimiento aéreo, mantener siempre
contacto visual con el aparato, y establecía límites de altura y velocidades.
Según el
Gobierno, la regulación beneficiaría a 7.000 empresas
en tres años. La Asociación Internacional de Vehículos No Pilotados
estima que se crearían en ese mismo período 70.000
puestos de trabajo con un impacto económico de 13.600 millones de dólares
El alcance
de la nueva iniciativa es limitado. El Gobierno no tiene capacidad de vigilar
por completo los cielos. El reglamento no evita que quien quiera hacer volar un
dron con malas intenciones decida simplemente no registrarlo. Y también choca
con realidades prácticas: si un dron colisionara con un avión comercial
quedaría destruido por completo, incluido su número de identificación, lo que
impediría a las autoridades determinar quién era el propietario.
La normativa
de la FAA, que se encarga de la seguridad aérea en todo el territorio de los
EE UU, sobre el registro de los drones,
contrasta con la casi inexistente sobre el control de armamento: de los 50 Estados solo nueve tienen leyes que
obligan a registrar -con exigencias muy diversas- armas de fuego, según un
recuento del Centro Legal para Prevenir la Violencia de las Armas.
La portavoz
de la FAA Alison Duquette evitó comentar, esgrimiendo confidencialidad sobre
“asuntos de seguridad”, si existe preocupación ante la posibilidad, y cómo
evitarla, de que un dron recreativo pueda utilizarse para atacar a la población
con explosivos o armas de fuego.
En una
tienda de telefonía en el centro de Washington, venden uno de los drones más
populares del mercado. Cuesta 249 dólares, tiene cuatro
hélices, puede alcanzar los 50 metros de altura, se pilota desde un
teléfono móvil y permite ver a tiempo real en el teléfono las imágenes que
graba el artefacto. Uno de los vendedores, que declina dar su nombre por
política de empresa, explica que hay una amplia divergencia de conocimiento
entre los clientes. “Algunos tienen mucha información sobre las reglas de uso,
pero otros simplemente buscan un juguete para sus hijos”, dice. La FAA
establece que si el propietario es menor de 13 años una persona mayor debe
registrar el dron.
La
proliferación de drones, cuyo precio en EE UU oscila
entre los 20 y los 30.000 dólares, expande posibilidades y peligros. Los
aparatos se han hecho especialmente populares para la
captura de imágenes. Hay grupos en la capital estadounidense que se
reúnen los fines de semana en parques para surcar juntos los cielos. Pero, al
mismo tiempo, no son inusuales las historias de artefactos cerca de
aeropuertos, estadios o incluso prisiones con fines de contrabando.
Nota del autor del blog : por
navidad le regalaron un dron a una sobrina,
tenía unos 10 cm x 10 cm y 4 hélices de cómo 3 cm de extremo a extremo y decía “
esto no es un juguete”
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