La
sospechosa coincidencia entre la llegada humana y las extinciones
http://elpais.com/elpais/2015/12/11/ciencia/1449864956_562786.html?rel=epr
La expansión
de los 'Homo sapiens' está asociada a la
desaparición de grandes mamíferos, algo que no había sucedido con ninguno de
sus ancestros
La
sexta gran extinción está en marcha
DANIEL
MEDIAVILLA
12 DIC 2015 -
Algunos de
los animales que vivían en el norte de España durante la última edad de hielo y
que ya se han extinguido / MAURICIO ANTÓN
Hay una
lectura sobre el mito de la expulsión del paraíso que lo considera una metáfora
sobre el origen de la civilización. Los humanos, que vivían en armonía con la
naturaleza y disfrutando sin mayores pretensiones de lo que les ofrecía, se
pasaron de listos inventando la agricultura y acabaron trabajando de sol a sol
para vivir mucho peor que antes. En aquel mundo paradisíaco, donde según
algunos investigadores aún no habían prendido el machismo, la codicia o la
monogamia, los hombres tampoco eran una amenaza para los animales con los que
compartían la creación. Algunos
hallazgos paleontológicos, sin embargo, cuestionan la imagen cándida de
aquellos buenos salvajes.
Después de
su aparición en África, hace algo más de 100.000 años, los
Homo sapiens se lanzaron a la colonización del
planeta con un éxito sin precedentes. Junto a su tecnología o a los vestigios
de su cultura, los humanos dejaron tras de sí un rastro distintivo de la
especie. Hace unos 11.000 años, la llegada de los
sapiens a Norteamérica coincide con la desaparición de los mamuts, lo
mismo que había sucedido 20.000 años antes con los
canguros gigantes cuando nuestros antepasados comenzaron a poblar Australia.
En las islas Baleares, la cabra Myotragus balearicus, había
sobrevivido a todo tipo de visicitudes durante millones de años hasta que hace
5.000 llegaron los humanos, y la pauta se repite en otra isla del Mediterráneo,
Chipre, donde había hipopótamos y elefantes enanos
hasta hace 11.000 años, fecha de aparición de los sapiens.
La cabra
'Myotragus balearicus' sobrevivió millones de años hasta la llegada de los
humanos a las Baleares
“No niego que pueda
haber una influencia del clima, pero la intervención humana es un factor
decisivo en muchos casos”,
apunta Jesús
Rodríguez, investigador en paleoecología del CENIEH
(Centro Nacional de Investigación de la Evolución Humana), en Burgos.
“Lo más probable es que sea una concatenación de ambos”, añade. Según el
científico, si las extinciones de
grandes animales hubiesen sido provocadas por cambios globales en el medio se
habrían producido en la misma fecha y hay muchas oleadas de extinción que
coinciden con la llegada de los humanos.
“Las especies que hemos
visto extinguirse con la llegada de los humanos existían desde hacía cientos de
miles de años y habían sobrevivido a muchos cambios climáticos fuertes”, afirma Jan Van der Made,
investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC en Madrid. Sin
embargo, “de golpe y en poco tiempo empiezan a extinguirse sin que otros
animales entren a ocupar su lugar”, continúa. “Es posible que haya un
rinoceronte, por ejemplo, que desaparezca y sea sustituido por un competidor,
pero en este caso no viene nada, y eso ha de tener alguna explicación”.
Varias
especies de homínidos, algunos con una inteligencia notable, habían poblado el
mundo desde hacía cientos de miles de años, pero no se observa el mismo impacto
con la llegada de los Homo erectus o incluso los
neandertales.
La especie que iba a desarrollar el
arte y a la postre la civilización, resultó ser más letal que ninguno de sus
ancestros.
“Probablemente, aquellas especies no eran tan eficaces cazando, y también es
probable que viviesen en menores densidades de población”, sugiere Van der
Made.
En África se
produjo una coevolución de los homínidos y los grandes mamíferos que pudo
permitir su supervivencia
Junto al
desarrollo de nuevas tecnologías de caza, se debieron sumar otras habilidades.
Los Homo heidelbergensis, por ejemplo, ya
disponían de jabalinas hace alrededor de
400.000 años, y eso les daría la capacidad de matar a distancia que
compartían con los sapiens, pero no provocaron extinciones similares, recuerda
el científico del CSIC. La capacidad de organización proporcionada por un
cerebro que evolucionó para la comunicación con los congéneres y el lenguaje
debieron desempeñar un papel clave.
Uno de los
datos que cuestionan el papel de los humanos modernos en la aniquilación de grandes animales es que en África y Eurasia, donde
más tiempo vivieron los humanos, es precisamente donde sobrevivan los mayores
mamíferos del planeta y nunca se hayan producido estas extinciones. Sin
embargo, Rodríguez explica que precisamente esa convivencia puede estar detrás
de esa singularidad. “En África se produce una coevolución entre estos animales
y los homínidos durante millones de años. Se habían adaptado a sobrevivir a
estos depredadores”, asevera.
Además,
puede existir un segundo factor. “En áreas tropicales, la producción de
vegetación es mayor y eso permite que haya poblaciones más abundantes”,
cuenta el científico del CENIEH. Sin embargo, en el Ártico o en Norteamérica, al no ser la productividad tan elevada, los
tamaños de población son menores y los animales son más vulnerables. Por
último, remacha, “en África, el cambio climático también afecta a las
poblaciones, pero es de menor intensidad”.
En áreas tropicales, la mayor vegetación haría
más resistentes a los grandes mamíferos
La llegada
de la industria ha multiplicado la capacidad de los humanos para transformar su
entorno, pero muchos indicios sugieren que los daños colaterales de la
inteligencia sapiens no son nuevos. Algunos de los pueblos que sirven hoy como
modelo para tener una idea sobre el modo de vida de los humanos prehistóricos
sí viven en considerable equilibrio con su entorno. En opinión de Rodríguez,
esto no significa que los pueblos primitivos viviesen todos así sino más bien
que esa adaptación les permitió mantener su estilo de vida como cazadores
recolectores hasta ahora. “Si no, se habrían extinguido o se habrían hecho
agricultores”, plantea.
La
posibilidad de que la inteligencia de aquellos humanos les convirtiese ya en
una amenaza para otros animales de su entorno, puede tener una interpretación
pesimista, pero algunos científicos especializados en el estudio de la
naturaleza humana lo ven de un modo diferente. Para ellos, como dijo el
director del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Lepizig Michael
Tomasello en una entrevista reciente, mejorar la sociedad requiere que no
olvidemos "lo negativo de nuestra biología".
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