Parte
de la cúpula castrense de Venezuela acepta como amo a EEUU, pero no afectara
intereses de los otros militares que han robado a más no poder (el autor dice que se han metamorfoseado como Mistic).
La
cúpula castrense se aleja de la ortodoxia chavista
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/12/09/actualidad/1449669130_751085.html
Los militares comunicaron a EE UU que
respetarían el resultado electoral
Elecciones
parlamentarias: La oposición venezolana consigue la mayoría
JUAN
JESÚS AZNAREZ
9
DIC 2015 –
Un grupo de
militares en un centro de votación el pasado domingo en Caracas. / MIGUEL
GUTIERREZ (EFE)
Hartos de
los corrosivos efectos de la crisis económica y el desgobierno en la sociedad y
en los cuartos de banderas, militares venezolanos
comunicaron a sus homólogos en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos que
respetarían los resultados electorales del domingo: no permitirían algaradas
bolivarianas si el oficialismo era derrotado, ni
secundarían las bravuconadas de Nicolás Maduro alentándolas.
Un
oficial del almirantazgo
filtró la noticia en las vísperas de la convocatoria a las urnas, durante una
recepción a la asistían personas susceptibles de publicar sus comentarios en la
prensa.
El marino
venezolano vino a decir que la vigencia política de Maduro
y Diosdado Cabellos, presidente de la Asamblea Nacional, había
concluido.
Los
tranquilizadores comentarios no solo respondían a la preocupación por la posibilidad de un baño de sangre en Venezuela si se
registraba un pucherazo y la oposición tomaba las calles para impedirlo. La aclaración del marino, el
alejamiento de la cúpula castrense de la ortodoxia chavista,
aparentemente irrestricta durante más de un decenio, se fraguó mucho antes de
las parlamentarias: es el resultado de un proceso de cocción lento, complejo,
con derivaciones familiares, internacionales, penales y mucho chaqueteo entre
la alta oficialidad y el generalato.
Las
denuncias de corrupción castrense, las comisiones y cuentas en el extranjero y
las presiones norteamericanas en distintos ámbitos de la sala de máquinas
militar no han sido ajenas al progresivo desenganche ideológico de los
uniformados.
El mundo se
pregunta cuál será el comportamiento de los cuartales durante el progresivo
desmoronamiento del régimen.
Salvo
que se presente una situación de preguerra civil en Venezuela, los militares se mantendrán como
observadores; negociarán con la oposición su autonomía, se atendrán a la
Constitución, y terminarán arreglándose entre ellos.
Respetarán un nuevo gobierno en la
medida en que el nuevo gobierno no se meta con ellos. Dentro de la institución irán
haciendo los ajustes necesarios para que
los que comulgan con la oposición vayan tomando posiciones en la pirámide de
mando pero garantizando en todo caso que lo pasado, pasado está, y no se
toca.
Los resultados electorales han dejado
a Maduro tocado del ala, sin apenas herramientas para seguir volando. Su salida es cuestión de meses y los
militares asumen su caducidad. El chavismo ha quedado grogui, tan derrotado y
humillado que no va ser factor beligerante más allá de que siga defendiendo sus
principios ante una audiencia, sus bases
electorales, que ya está cambiando la camiseta roja bolivariana por otra multicolor.
Esa audiencia, poco ideologizada, acostumbrada a los
subsidios, volverá a calzarse la roja si los nuevos gobernantes recortan
o anulan las ventajas sociales, en sanidad, educación, alimentación y vivienda,
que alcanzaron con el chavismo.
Todo indica
que el Ejército actuará como el camaleón, es
decir, se irá adaptando a la nueva situación y se
producirá un relevo paulatino en sus mandos pero sin vendettas porque entre bomberos no se pisa la
manguera. Es posible que surja algún recalcitrante, chavista o
antichavista, pero el corpus castrense se encargará de neutralizarlo. En las
instituciones armadas, el beneficio común se impone a las partes.
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