Bill Emmott: "Berlusconi puede salvar a Italia de caer en el extremismo"
Bill Emmott dirigía 'The Economist' cuando la revista declaró en su portada que Silvio Berlusconi no era "apto" para gobernar. El periodista mantiene la sentencia, pero le da un nuevo giro ante las elecciones del domingo.
Sin duda Bill Emmott debe de ser una de las personas más odiadas por Silvio Berlusconi. Este británico de 61 años fue director de la revista The Economistentre 1993 y 2006, estaba al frente de ese semanario cuando en 2001 publicó una famosa portada en la que declaraba a Berlusconi 'no apto' para gobernar Italia. Aquello enfureció tanto a El Caimán que se querelló contra The Economist. Perdió el juicio, pero en cambio ganó las elecciones generales de ese mismo año y se convirtió por segunda vez en primer ministro.
Emmott también es autor de dos libros sobre Italia en los que deja muy clara su opinión sobre Berlusconi y, junto a Annalisa Piras, realizó un documental sobre Italia titulado Novia en coma en el que analizaba las causas del declive del país transalpino, y que fue emitido por la cadena BBC. Sigue pensando que El Caimán es "no apto" para gobernar, pero considera en cambio que en las elecciones que Italia celebra el próximo domingo puede erigirse como "el salvador político" del país.
- ¿Qué tal anda su novia italiana?
- Está un poco mejor, está despertando del coma. Por fin entiende cuales son los problemas que sufre, pero aún no ha logrado un acuerdo claro sobre su diagnóstico y el tratamiento a seguir. Hace cinco años, cuando entró en coma, hubo elecciones generales en Italia y el partido que obtuvo más votos fue Cinco Estrellas, aunque no logró los suficientes como para poder formar un Gobierno. Y cinco años después, la situación es exactamente la misma: todo apunta a que el domingo el movimiento Cinco Estrellas será de nuevo el partido más votado, pero de nuevo no tendrá una mayoría suficiente en el Parlamento como para formar Gobierno, ni está claro si alguien la tendrá. Así que mi novia está bastante enfadada por lo mal que la tratan, por no tener claro su futuro.
- Su novia está flirteando con su viejo amante Silvio Berlusconi. ¿Es posible que la suerte de Italia pueda volver a estar de nuevo en manos del Caimán?
- Tras las elecciones lo más posible es que el Gobierno italiano quede en manos de una coalición y que en esa coalición Berlusconi juegue un papel importante detrás de la escena, entre bambalinas, porque como sabe no puede ser primer ministro ya que fue inhabilitado para ocupar cargos públicos tras ser condenado por un delito fiscal. Pero en mi opinión Berlusconi jugará un papel importante como "kingmaker" (hacedor de reyes), decidirá quién será el nuevo primer ministro. Tendrá una gran influencia política. Pero el que el propio Berlusconi no pueda ser primer ministro al menos es una buena noticia para mi novia.
- ¿Cómo explica que alguien condenado por fraude fiscal, inhabilitado, con una larga lista de escándalos a sus espaldas y famoso por el bunga-bunga pueda seguir jugando un papel importante en la política italiana?
- Berlusconi es rico, tiene tres cadenas de televisión e influencia en varios periódicos, tiene detrás una poderosa maquinaria de comunicación y de propaganda electoral. Y, a pesar de haber sido condenado e inhabilitado, a pesar de tener 81 años, no ha permitido que nadie se hiciera con el liderazgo de su partido, Forza Italia, que por otro lado es un partido personal, hecho su medida. Yo creo que Berlusconi nunca quiso dejar la política, es adicto a ella. Y a pesar de su inhabilitación, tiene herramientas suficientes como para seguir jugando un papel importante en la política. Cuando comenzó el declive de Matteo Renzi y del Partido Democrático [la formación de centro izquierda que gobierna en Italia desde hace cinco años], Berlusconi vio una oportunidad, una oportunidad de utilizar la que siempre ha sido su mayor habilidad política: su capacidad de formar coaliciones, ya sea a la derecha con el partido anti inmigrantes La Liga Norte o en el centro con un debilitado Partido Democrático (principal formación del centro-izquierda).
- Resulta también chocante que Berlusconi haya sido rehabilitado por Bruselas, cuando en 2011 le forzó a dimitir...
- Si de algún modo en Bruselas están contentos de hablar con él es porque saben que no va a ser primer ministro. Lo que realmente no quiere Europa es ver al frente del Gobierno de Italia a Cinco Estrellas, y también les da pavor la Liga Norte; de hecho es posible que les da más miedo la Liga que Cinco Estrellas. Así que cualquier cosa que se sitúe más en el centro resulta atractiva para Bruselas.
- ¿La coalición que lidera Berlusconi y que incluye a la Liga Norte puede obtener los votos necesarios para formar gobierno?
- Sí, creo que puede conseguirlo, creo que puede obtener la mayoría parlamentaria. No es seguro, pero según los sondeos es muy poco lo que le falta para lograrlo. Podría haber un gobierno de centro-derecha y en ese caso lo más probable es que Berlusconi eligiera como primer ministro a alguien de su partido. En estos momentos es la opción que me parece que tiene más posibilidades.
- ¿Y qué ocurriría si la coalición de centro-derecha pudiera efectivamente gobernar pero la Liga Norte hubiese cosechado más votos que Forza Italia?
- Uf, en ese caso entraríamos en un nuevo escenario. Sería la Liga Norte la que elegiría al nuevo primer ministro y entraríamos en un nuevo mundo, porque la Liga del Norte defiende explícitamente una política anti-inmigración y es bastante euroescéptica. En base a las encuestas no es probable que ocurra, los sondeos muestran al partido de Berlusconi claramente por delante de la Liga. Pero también hemos aprendido a no tomarnos las encuestas demasiado en serio.
- En 2001 usted era el director de The Economist cuando esa revista publicó una famosa portada en la que declaraba a Berlusconi 'no apto' para gobernar. Ahora, sin embargo, habla de él como si pudiera ser el salvador político de Italia...
- Sí, es que Berlusconi está en la posición de salvar a Italia de caer en los extremismos de Cinco Estrellas o de la Liga del Norte. Sigo pensando que Berlusconi no es apto para gobernar. Pero sus posiciones son más moderadas que la de Di Maio (el candidato a primer ministro de Cinco Estrellas) y que las de Salvini (el líder de la Liga Norte, y Berlusconi puede ser determinante para formar una coalición que pueda gobernar. Y dado que él mismo no puede ser primer ministro, sería una especie de director en la sombra, y en ese papel no creo que pueda ser muy dañino.
- Hasta Eugenio Scalfari, fundador del diario La Repubblica e histórico enemigo de Berlusconi, dice que prefiere al Caimán antes que a Di Maio.
- Sí, en gran medida porque sabe que Berlusconi no puede ser primer ministro. Aunque tendrá capacidad de influencia, estará decididamente en una posición de mayor debilidad que si fuera el primer ministro. Además los sondeos le dan entre el 15 y el 18% de los votos, mientras que en 2001, en 2006, en 2008 y en 2011 conseguía el 25%, incluso más. Es por todo eso por lo que la posición de Berlusconi es ahora mucho más débil que en el pasado, y es por eso por lo que Scalfari y otros prefieren a un Berlusconi influyente que sirva de freno a Cinco Estrellas, que puede sacar entre el 28 y el 30% de los votos.
- ¿Usted personalmente prefiere a Silvio Berlusconi manejando los hilos en la sombra antes que a Luigi Di Maio como primer ministro?
- Depende. Si Di Maio fuera primer ministro de un Gobierno con una mayoría débil e inestable, no me resultaría muy atractivo. Si nadie tuviera los escaños para poder gobernar y se pusiera en pie una gran coalición con el Partido Democrático (la más importante formación del centro-izquierda) como principal partido y el apoyo de un Berlusconi con influencia, esa opción me parecería más estable y más atractiva.
- Todo apunta a que el centro-izquierda será el gran perdedor de estas elecciones. ¿Cuál ha sido el principal error que ha cometido Matteo Renzi para dilapidar la enorme popularidad de la que gozaba hace sólo tres años?
- Creo que su principal problema es que no quiere, no sabe hacer equipo. Pretende hacerlo todo él, no deja espacio a los colaboradores, se ha comportado más como un jefe de Estado que como un primer ministro. Y otro error crucial que cometió fue no convocar elecciones generales cuando realmente era popular y tenía un ambicioso programa de reformas, porque seguramente las habría ganado con una mayoría holgada y podría haber implementado esas reformas con mayor facilidad. En lugar de eso decidió gobernar en coalición, lo que le obligaba a negociar cada medida que quería aprobar, y a que todo fuera muy despacio. Gastó su popularidad y su capital político, porque además la economía italiana sigue sin despegar, la tasa de paro sigue siendo alta y la mayoría de la gente no ha visto mejoras.
- En su último libro, "El destino de Occidente: la batalla para salvar la idea política con más éxito del mundo", usted analiza las amenazas, muchas veces auto-infligidas, que arriesgan con acabar con el modelo occidental. ¿Cuáles son esas amenazas?
- Por Occidente yo entiendo una sociedad abierta: abierta al comercio, a los mercados, al flujo de ideas, de interacciones de todo tipo; abierta a que nuevas personas se sumen a las élites, abierta a la movilidad poblacional. Y también es una sociedad igualitaria en la que sus ciudadanos tienen los mismos derechos al amparo de la ley y de una democracia. Ese modelo -que no sólo se encuentra en Europa o en Estados Unidos sino también en Japón, en Taiwán, en Canadá o en Corea del Sur- ahora está amenazado por varios errores y fracasos propios, muchos de los cuales tienen que ver con la crisis financiera de 2008 y el aumento de la desigualdad.
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