El
WSJ entrevista al premio nobel de economía
2012 Shiller experto en predecir burbujas, la volatilidad del mercado financiero y la dinámica de los precios de activos.
Robert Shiller: palabra de un Premio Nobel de
Economía
http://online.wsj.com/article/SB10001424052702303456104579485442922210258.html?dsk=y&mg=reno64-wsj&url=http://online.wsj.com/article/SB10001424052702303456104579485442922210258.html
SPANISH April 6, 2014, 11:52 a.m. ET
Por.
DAVID WESSEL
Por Jonas Fredwall
Karlsson para WSJ.Money
Robert Shiller, el economista de 67 años de la Universidad
de Yale conocido por sus predicciones oportunas y certeras de que los
precios de los bienes raíces en Estados Unidos eran una burbuja que se disponía
a reventar, ha trabajado desde hace mucho tiempo en la intersección entre la psicología y la economía.
Fue uno de los tres
ganadores del más reciente Premio Nobel de Economía
por su aporte al estudio de las oscilaciones en los
precios de las acciones y las viviendas y, en particular, el trabajo que muestra que el movimiento de los mercados
es demasiado exagerado para justificarse por las decisiones de inversionistas
racionales que reaccionan a los cambios en los fundamentos de los activos en
los cuales ponen su dinero.
Shiller, que en una ocasión fue elogiado como "un poeta y un
plomero", es decir alguien que articula posturas radicales pero también
instala la infraestructura necesaria para ponerlas en práctica, también ha contribuido al desarrollo de productos e
índices financieros.
A continuación presentamos extractos de su conversación con David Wessel, quien contribuye con The Wall Street Journal y dirige el Centro Hutchins de Política Monetaria y Fiscal de Brookings
Institution, un centro de estudios de Washington.
WSJ: Un tema recurrente en su trabajo es que
las personas tienden a
cometer errores una y otra vez.
Eso es muy diferente
de lo que me enseñaron en las clases de economía en la universidad en las que
decían que las personas eran racionales.
¿Cómo empezó a pensar
sobre las equivocaciones de la gente?
Shiller: Cuando usted asistió a la
universidad, la economía como profesión
había alcanzado un estado que no era natural.
Los modelos matemáticos
de comportamiento racional se habían puesto de moda.
Fue una época anómala.
Yo estaba leyendo en forma más amplia y quería volver a la
realidad.
WSJ: ¿Hubo algo que vio
en la realidad que lo llevo a esto?
Shiller: Bueno, burbujas.
Lo que se decía acerca de las burbujas era que los mercados
parecían operar en forma aleatoria, pero eso ocurre solamente porque los mercados reaccionan a la llegada de
nueva información, lo que siempre es impredecible.
Me parecía algo casi más propio de la mitología.
La idea de que la
gente siempre está optimizando, calculando y siempre está dispuesta a
actualizar su información puede ser correcta para tal vez una pequeña
fracción del 1 por ciento de las personas.
Eso no va a explicar la conducta de todo el mercado.
WSJ: ¿Son las burbujas
siempre perniciosas o también tienen efectos positivos?
Shiller:
Primero y antes que nada, todos somos libres de hacer lo que
se nos plazca.
Lo segundo es que la
naturaleza humana necesita estímulos y las personas tienen que tener algún
sentido de oportunidad y entusiasmo.
Las ganancias son un
motivador importante.
A largo plazo, cuesta decir que las burbujas sean tan
negativas.
Tomemos el caso de la burbuja de Internet en los años 90.
Lo que hizo fue generar muchas empresas nuevas.
Algunas tenían ideas absurdas, algunas colapsaron, pero otras
sobrevivieron.
¿Fue algo tan malo?
Me cuesta pensar en
cuál sería la alternativa.
La Reserva Federal podría haber intentado frenarlo.
En última instancia, nuestras políticas económicas son algo
intuitivas y nuestros modelos carecen de la suficiente precisión para indicarnos
cuál es la política adecuada.
Creo que nos podría haber ido mejor si hubiésemos desinflado
estas burbujas, pero no hay forma de saberlo a ciencia cierta.
WSJ: Gran parte de su obra se ubica en la
intersección entre la psicología y la economía y está casado con una
psicóloga.
¿Tuvo eso algún efecto
en la forma en que desarrolló su trabajo?
Shiller: Seguro que sí.
Este es el principio básico de la psicología.
Nadie puede explicar su mentalidad, de dónde proviene.
Las personas creen que
son pensadores muy originales pero, en realidad, la mayoría de sus ideas les ha
sido transmitidas por otras personas.
Los psicólogos han argumentado que existe una base
narrativa para buena parte del proceso de pensamiento humano, de que la mente puede almacenar datos en torno a un relato, a
historias que tienen un comienzo y un fin así como una resonancia
emocional.
Todavía podemos
memorizar números, por cierto, pero nos hace falta un relato.
Los mercados financieros, por ejemplo, generan toneladas de
cifras, dividendos, precios, etc., pero no tienen ningún sentido para nosotros.
Necesitamos una
historia o una teoría,
pero primero vienen las historias.
La mayoría de las personas no avanza mucho en lo que se
refiere a las teorías.
WSJ: ¿Se considera lo
suficientemente inteligente para elegir las acciones que tendrán el mejor
desempeño de la bolsa?
Shiller:
Creo que lo soy.
Siempre he creído en invertir en acciones baratas.
Se habla mucho de algunas acciones y le gente les presta
mucha atención y todos quieren invertir en ellas, lo que hace que el precio
suba y dejen de ser una opción atractiva de compra.
Otras acciones son aburridas.
No generan noticias, fabrican papel higiénico o algo por el
estilo y su precio cae demasiado.
De modo que en forma rutinaria, uno compra acciones de precio
bajo y vende las de precio alto.
WSJ: ¿Cómo le ha ido como
inversionista?
Shiller: Nunca he realizado un análisis
personal.
Tengo que hacerlo.
Pero creo que he hecho
inversiones oportunas, aunque no perfectas.
WSJ: A fines de los 90, cuando había signos de una burbuja en el
mercado, usted hizo una presentación en la Reserva
Federal.
Su señora dijo posteriormente que a usted le preocupaba haber
plantado la idea de "exuberancia irracional" en la cabeza de
Alan Greenspan.
Shiller: Tiene toda la razón.
Greenspan pronunció las palabras "exuberancia
irracional" en un discurso durante la tarde en Washington.
La Bolsa de Tokio, que todavía
estaba operando, se derrumbó de inmediato y la caída luego se expandió a todas
las bolsas del mundo cuando iniciaron sus operaciones.
Esa es la razón que explica la fama de la frase
"exuberancia irracional".
No la acuñó Greenspan, ni yo tampoco.
Es una expresión muy antigua.
Pero la usó y el mercado se vino abajo de inmediato.
WSJ: ¿Se siente responsable?
Shiller: Llegué a mi casa y le dije a mi
esposa: "pude haber iniciado un colapso global de los mercados".
Estaba bromeando, pero sólo a medias.
Los mercados son así de locos.
El poder no residía en mí, sino en Alan
Greenspan, pero él me escuchaba.
Hablé ante la junta de la Reserva Federal y luego almorcé con
él.
Estaba hablando, de manera que es posible.
Es un método muy diferente de pensar acerca de la economía.
Hace que la economía parezca inestable y sujeta a la
conducta de ciertos individuos.
WSJ: Cuando evalúa el mercado inmobiliario,
¿cree que se ha
producido un cambio, en el sentido de que la gente lo dejó de considerar una
inversión segura debido a la crisis financiera?
Shiller: Alude a la idea de que una vivienda
es una gran inversión.
Pero si uno revisa la historia, esa no era la opinión de la
mayoría.
Si usted detiene a un transeúnte en 1875
o 1950 y le pregunta: "voy a comprar una serie de casas como una
inversión. ¿Qué opina al respecto?" Creo que la respuesta más común habría
sido ¿está seguro de lo que está
haciendo?
La mantención es cara y van a pasar de moda.
Si puede generar un
negocio al arrendarlas, tal vez sea una inversión
estupenda, pero no estoy seguro que apostar exclusivamente a un alza del
precio sea la mejor idea.
Creo que fue una idea que recién se afianzó con fuerza
durante los primeros años del siglo XXI.
En última instancia, las personas son
motivadas por historias de interés humano sobre alguien que hizo algo
extraordinario porque tienen una mayor resonancia, generan una sensación
de envidia y competencia.
Escucho una historia de alguien que compró casas o
departamentos y luego las vendió rápidamente y ganó una fortuna y pienso en mi
fuero interno, yo también lo podría haber hecho.
Creo que eso fue lo que ocurrió en el mercado inmobiliario en
los años 2000 y en la bolsa en los años 90.
WSJ: Hemos presenciado un período extraordinario en el que se ha ampliado la brecha entre los ganadores y
los perdedores de esta sociedad.
¿Qué se debería hacer al respecto?
Shiller: Deberíamos empezar a prepararnos
para un día, tal vez dentro de 10 o 20
años, en el que la desigualdad
podría ser mucho peor.
Aún no sabemos si va a
empeorar, pero deberíamos tener un plan de contingencia ahora.
La idea sencilla que tengo es aumentar los impuestos que
pagan los más ricos, aunque eso no parece viable desde un punto de vista
político en este momento.
Pero lo interesante es que cuando se habla de los riesgos en
un futuro distante, la gente es más idealista y su actitud es más abierta.
WSJ: ¿Estaríamos hablando
de un alza de impuestos sobre los más pudientes que entraría en vigor si algún
índice de desigualdad sobrepasa un cierto nivel?
Shiller: Sí.
Si los
multimillonarios se vuelven multibillonarios, no dejamos que eso ocurra.
Si alguien quiere
ganar US$10.000 millones y gastarlo solamente en sus necesidades, no dejamos
que eso ocurra.
Nos quedamos con una buena parte de ese dinero y seguirá
siendo multimillonario.
¿Y qué?
El otro lado de la
moneda es que opino que deberíamos ampliar las deducciones de los impuestos por
donar a obras de caridad.
Si tiene US$10.000 millones y quiere donar a la caridad el
90%, lo puede hacer y elevar su prestigio.
WSJ: ¿Entonces es
partidario de distribuir los ingresos de los más ricos de manera más enérgica?
Shiller: De las más pudientes que son
egoístas y no quieren donar su fortuna.
Podrían transformarse en un Bill Gates o un Andrew Carnegie.
Eso está bien.
WSJ: Obtener un Premio Nobel
confiere un cierto estatus:
lo que usted dice tendría una mayor validez que la opinión de
otras personas. ¿Es algo que le
preocupa?
Shiller: Un poco.
La economía no es una
ciencia exacta.
Tiende a politizarse.
En entrevistas como
esta siento que esperaba que tuviera respuestas para todas sus preguntas.
Pero tal vez debiera decir no lo sé con más frecuencia.
Durante la ceremonia de entrega de los Nobel este año, me impresionó que Gene Fama, uno de los tres ganadores, reconociera
muchas veces que no sabe.
También evita los
medios, así que tal vez deba seguir su ejemplo.
Más o menos de lo que he leído saco
algunas tendencias.
.-Construir casas esperando que
suban de precio tal vez sea una mala
idea.
.-Pero si construye casas y las
alquila de inmediato si podría ser un negocio estupendo.
.-Como las personas de todo el mundo
dejan los campos y se concentran en las ciudades, la tendencia es que se
construyan mas casas, que serán demandadas y que en los próximos 30 años se constituirá
mas de lo que se ha construido en 5 mil años de civilización humana, así que si
alguien es pobre y desea ganar de inmediato dinero sin estudiar… ser obrero de construcción
es una buena idea , pues no se han inventado robots tan baratos todavía.
.-El nobel dice que la economía cada
vez se aleja de ser una ciencia exacta y esta es manipulada por la Psicología y
tal vez por información privilegiada de la NSA.
.-cada vez se concentran más
capitales en las corporaciones y en la burguesía transnacional y eso afectará
negativamente en el capitalismo ,pues por un lado se podría generar
revoluciones anárquicas o socialistas o musulmanas por obtener un mejor reparto de la torta
mundial..o guerras mundiales.
El autor dice que el capitalismo
debe tener un límite ante la desigualdad, eso tal vez lo podría hacer una política fascista.
Por ejemplo el presidente Nicolás Maduro
ha dicho que los terratenientes urbanos deben vender sus casas antes de 2
meses, eso quiere decir que un sector de la burguesía monopólica privada venezolana perderá mucho dinero ya que mas que
invertir en fabricas se volvió rentista y parasitaria y el otro sector de la burguesía
estatal esta que les reparte sus bienes para contentar al pueblo. Así que construir
casas en Venezuela tal vez sea mala idea. En China ya hay ciudades modernas y
que son fantasmas.
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/03/11/suvivienda/1363029838.html
construir casas esperando que suban de precio en China si creo es mala idea .
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