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jueves, 28 de julio de 2016

Otra enfermedad aparte del zika se cierne sobre los Juegos Olímpicos. // Por BENJAMIN PARKIN enconntado en el WSJ

Otra enfermedad aparte del zika se cierne sobre los Juegos Olímpicos


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 El atleta brasileño Marcio Jorge trota junto a su caballo Coronel MCJ durante la fase de inspección de una prueba olímpica en el Centro Ecuestre Olímpico en el Complejo Deportivo Deodoro en Rio.


El atleta brasileño Marcio Jorge trota junto a su caballo Coronel MCJ durante la fase de inspección de una prueba olímpica en el Centro Ecuestre Olímpico en el Complejo Deportivo Deodoro en Rio. PHOTO: LEO CORREA/ASSOCIATED PRESS


Por BENJAMIN PARKIN

jueves, 28 de julio de 2016 9:25 EDT

RIO DE JANEIRO — Una enfermedad que presenta un serio riesgo para la salud de los competidores está causando preocupación pocos días antes del inicio los Juegos Olímpicos.

Pero el culpable no es el Zika, y los atletas no son humanos.

En el mundo ecuestre sólo se habla de un brote brasileño del muermo, una enfermedad respiratoria equina mortal, en un momento en que los principales jinetes de este deporte y sus monturas se preparan para competir en los eventos del próximo mes en Río de Janeiro.

Altamente contagioso e incurable, el muermo ha llevado a las autoridades agrícolas de Brasil a sacrificar cientos de caballos en todo el país en los últimos dos años, en un esfuerzo por detener la epidemia. Eso ha enfurecido a algunos criadores brasileños, que dicen que la amenaza es exagerada.

Entre los que fueron sacrificados están dos caballos que estuvieron alojados en el Complejo Militar de Deodoro, en la zona oeste de Río, donde se llevarán a cabo los eventos ecuestres de los Olímpicos.

La enfermedad ha sido erradicada en gran parte del mundo, y algunos temen que exponer los caballos al muermo durante los Juegos Olímpicos podría exacerbar el brote y potencialmente extenderlo a otros países.

Los organizadores dicen que las instalaciones olímpicas están a salvo y que han seguido los estrictos protocolos internacionales para crear una zona libre de la enfermedad. Los caballos competidores que lleguen al aeropuerto internacional de Río entrarán efectivamente en una biosfera de protección, pasando previamente por un chequeo extensivo de enfermedades y parásitos antes de ser llevados a la sede olímpica y mantenidos en cuarentena allí durante todos los Juegos.

Las medidas “garantizan totalmente todas las precauciones sanitarias necesarias, permitiendo la participación y el regreso de los animales a su país de origen”, dijo Guilherme Marques, el director de la división de salud animal del Ministerio de Agricultura brasileño.

Ningún competidor ecuestre se ha retirado públicamente de los Juegos Olímpicos de este año debido a los temores relacionados al muermo, una señal de que los atletas están satisfechos con los esfuerzos de Brasil.

La alemana Isabell Werth, cinco veces medallista de oro olímpico en la modalidad de dressage, dijo que no tiene “ninguna preocupación” acerca de participar de los Juegos en Río.

“Los caballos se alojarán en un sistema de burbuja, sin contacto con otros animales que no sean los que compiten con ellos”, dijo la atleta en un correo electrónico al The Wall Street Journal.

Will Connell, director deportivo de la Federación Ecuestre de Estados Unidos, dijo que los atletas estadounidenses son “muy conscientes de la gravedad” de la amenaza, pero que también confían que Brasil ha tomado todas las precauciones necesarias.

La limpieza hasta el más mínimo detalle es parte crucial de un deporte donde los mejores caballos pueden alcanzar cientos de miles de dólares.

Sin embargo, la posibilidad de competir en un país donde está activa una enfermedad que amenaza la vida de los caballos puede causar mucha tensión entre los equipos, dijo Peter Timoney, el ex jefe del Centro de Investigación Ecuestre Gluck, de la Universidad de Kentucky.

“Hay mucha preocupación entre los equipos ecuestres sobre el envío de los caballos, caballos de gran valor, a países donde existe el muermo”, dijo.


Pero fuera del recinto ecuestre olímpico, los propietarios de caballos brasileños han cuestionado si el país tiene, en realidad, un serio problema de muermo. Muchos dicen que el Ministerio de Agricultura de Brasil actuó con demasiada prisa en su intento de calmar los temores en antelación a los Juegos Olímpicos, sacrificando a cientos de animales e imponiendo cuarentena a establos con base en métodos de prueba que a menudo producen resultados inconclusos.


“Han matado a una gran cantidad de caballos sin saber realmente si tenían o no muermo”, dijo Sophia Baptista de Oliveira, una criadora de caballos. Las dos granjas de Oliveira en São Paulo y Minas Gerais fueron puestas en cuarentena durante casi dos años y nueve de sus caballos fueron sacrificados. “Ellos no saben cómo diagnosticar. Llegan a falsos positivos tanto como falsos negativos.”

Causado por la bacteria Burkholderia mallei, el muermo puede provocar úlceras y lesiones en los pulmones del caballo, la piel y el tracto respiratorio. Mientras que los burros y mulas tienden a morir rápidamente, los caballos pueden portar la enfermedad durante años antes de sucumbir al mal. La enfermedad también puede afectar a los humanos.

El muermo ha sido erradicado en gran parte de Europa y América del Norte, gracias a estrictas reglas de sanidad. Hasta hace poco, se pensaba que el muermo estaba bajo control en Brasil, a excepción de ciertas partes del noreste rural del país.

Pero en 2013, un brote comenzó en el estado más poblado del país, São Paulo, según la Organización Mundial de la Sanidad Animal. En 2015, el muermo fue rastreado hasta el Complejo Militar de Deodoro, en Río. Dos caballos fueron sacrificados — como parte de un total de 623 caballos a los que se les aplicó la eutanasia entre 2013 y 2015, según el Ministerio de Agricultura.

Controles sanitarios laxos en las fronteras estatales permitieron que el muermo se difundiera a todo el país, que tiene la tercera mayor población equina del mundo.

Ahora, el centro de la controversia es la falta de un método definitivo para el diagnóstico de la enfermedad. Las diversas opciones a menudo producen resultados no concluyentes y necesitan ser llevadas a cabo en combinación con otras.

Los críticos argumentan que los agentes brasileños carecen de los conocimientos necesarios para realizar las pruebas. Además, debido a los resultados mixtos producidos, un diagnóstico definitivo a menudo sólo es posible por medio de una necropsia llevada a cabo después que el animal es sacrificado. El gobierno brasileño no provee una indemnización por daños relacionados con el muermo, según el Ministerio de Agricultura.


“Vamos a tener que aceptar que los caballos con resultados cuestionables sean sacrificados para poder erradicar la enfermedad”, dijo Elke Reinking, portavoz del Friedrich-Loeffler-Institut, de Alemania, uno de los principales laboratorios de investigación del mundo para el muermo.

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