El
intento de golpe de estado en Turquía resalta los riesgos de invertir en los
países emergentes
http://lat.wsj.com/articles/SB12666875110462664169504582195762795139788?tesla=y
Los
analistas no prevén un contagio a otros mercados en desarrollo. PHOTO: ZUMA
PRESS
Por
Ira Iosebashvili,
Carolyn
Cui y
Julie
Wernau
domingo,
17 de julio de 2016
20:18 EDT
El fallido
golpe de estado en Turquía resalta las dificultades con
las que se enfrentan los inversionistas globales, que huyen de los bajos
retornos del mundo desarrollado hacia los riesgos idiosincráticos y
difíciles de evaluar de los mercados emergentes.
El viernes,
las noticias del intento de golpe militar en la decimoséptima
economía más grande del mundo derrumbaron la lira turca y sacudieron las
acciones de empresas de ese país que cotizan en bolsas internacionales.
Otras monedas de países emergentes también cayeron, aunque de manera menos
pronunciada, mientras que los principales mercados de Estados Unidos en su
mayoría no se vieron afectados.
Esos
descensos reflejan en parte la vulnerabilidad de las
acciones, los bonos y las monedas de los países en desarrollo después de
un alza de cinco meses. La recuperación de esos mercados sorprendió a muchos
analistas y gestores de portafolio que empezaron 2016 preocupados de que el
deterioro del crecimiento económico, los
altos niveles de deuda y el declive de los flujos comerciales generaran fuertes
caídas en los mercados emergentes.
En lugar de
eso, los fondos de bonos de mercados emergentes registraron este mes el ingreso
neto semanal de efectivo más grande de su historia, impulsado en parte por la caída de las tasas de interés a largo plazo en EE.UU.,
Europa y Japón. Aunque pocos analistas y gestores de inversión dijeron
que esperan ver una amplia retirada de los mercados emergentes como
consecuencia de la agitación en Turquía, muchos vieron en ellos un recordatorio
de los muchos peligros que acechan a los inversionistas en la búsqueda de
rendimiento como consecuencia de los bajos retornos de otros activos.
“Los mercados
emergentes son lugares donde el riesgo político sigue siendo un factor
importante”,
dice Alvise Marino, estratega de Credit Suisse Group AG.
“Las entradas de capital que hemos visto últimamente reflejan el hecho de que
las perspectivas de los mercados desarrollados se han deteriorado, más que el
hecho de que los mercados emergentes hayan mejorado”.
Muchos
analistas y operadores dicen que con el tiempo, los portafolios bien elegidos
de mercados emergentes probablemente seguirán ofreciendo muy buenos retornos,
gracias a los mayores rendimientos y las menores valuaciones que se ofrecen en
distintos países, desde Brasil hasta Sudáfrica. De todos modos, advierten que
la volatilidad será probablemente intensa en esos países, aunque muchos creen
que los mercados del mundo desarrollado también
enfrentarán grandes oscilaciones.
“A menos que la situación
de Turquía se vuelva un problema geopolítico mundial, no debería haber un
contagio generalizado”, afirma Pablo Cisilino, gestor de cartera de Stone Harbor Investment
Partners LP.
Sin embargo,
agrega, el intento de golpe “claramente no es bueno” en cuanto a la disposición
de los inversionistas a asumir riesgo, la cual ha sido impulsada en gran medida
en los últimos meses por las expectativas de nuevos estímulos de los bancos
centrales y la recompra de acciones de las grandes empresas.
La
agitación política en Turquía se produjo en momentos en que los inversionistas
extranjeros se estaban entusiasmando con el país. En el primer trimestre de 2016, inversionistas no
residentes canalizaron US$13.000 millones al país, en
comparación con US$7.000 millones en el último trimestre de 2015, según
el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés), una
agrupación de bancos y otras instituciones financieras. Este año, el gobierno y los bancos de Turquía han emitido alrededor de
US$8.000 millones de bonos en los mercados globales.
En total,
los inversionistas extranjeros tienen unos US$43.000
millones en bonos denominados en liras y US$37.000 millones en valores turcos.
Algunos
inversionistas se muestran escépticos con Turquía por su gran deuda externa a
corto plazo y su dependencia de países productores de petróleo como sus
principales socios comerciales.
Las reservas
netas de divisas en el banco central de Turquía, la munición necesaria para
defender la lira de las presiones de depreciación, ascienden a unos US$32.000
millones, indica el IIF.???
Nota del autor del blog: las
reservas de Turquía deben ser 132,000 millones y no 32,000 millones el Perú tendría más del doble
Atul
Lele, director de
inversión de Deltec International Group, es más
pesimista con Turquía que con cualquier otro mercado emergente. Su firma ha
estado apostando en contra de las acciones turcas desde hace más de un año.
Otros son
escépticos sobre los mercados emergentes en general, citando cuestiones más
amplias que van desde la inflación hasta la corrupción
política, factores que probablemente socavarán la continuidad de
cualquier auge generalizado que tenga lugar en dichos mercados.
Sin embargo,
los activos de los países emergentes han estado de
racha.
Este mes, el real
brasileño se apreció a un máximo de un año frente al dólar, lo que
obligó al banco central a intervenir.
El
real ha subido más de 4% frente al dólar desde que el Reino Unido votó a favor de abandonar la Unión
Europea, y otras monedas de mercados en desarrollo, como el rand sudafricano y el rublo ruso, también han anotado grandes
ganancias.
“Los inversionistas se
están solazando con la perspectiva de una política monetaria muy laxa a nivel
mundial”, dice
Omer Esiner, analista jefe de mercados en Commonwealth Foreign Exchange. “El
peligro es que estamos a un titular de distancia de una reversión total de
estos movimientos”.
Al mismo
tiempo, la profundización de los desafíos políticos en otras partes del mundo
podría limitar la tentación de los inversionistas de sacar dinero de los
mercados emergentes. Quien lo haga debe reasignar esos fondos a otro lugar,
algo que en épocas de valuaciones altas y rendimientos
bajos se torna muy complicado.
La escasez
de opciones fáciles de inversión está llevando a algunos inversionistas a
enfocarse en las oportunidades más cercanas. Steven
Dudash, presidente de IHT Wealth Management, un fondo con sede en
Chicago que administra casi US$1.000 millones en activos, señala los problemas
de Europa, que en el último año ha sido golpeada por varios ataques
terroristas, así como el referendo británico. El brexit hizo que Dudash
considerara pasar los activos de sus clientes a efectivo, pero al final decidió
no hacerlo y fue recompensado con el alza del Dow Jones y el S&P 500 a
récords este mes.
“Se trata de
la búsqueda de rendimiento”, asevera Dumitru Vicol, estratega de mercados
emergentes de Unicredit SpA. “Nadie está vendiendo, todo el mundo está comprando todo”.
—Corrie Driebusch contribuyó a este artículo.
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