¿Tan
inútiles han vuelto los inversionistas internacionales que se pelean por
comprar bonos con un interés de 1 % o de menos de cero %?
La
demanda de los bancos centrales reduce la disponibilidad de deuda soberana
http://lat.wsj.com/articles/SB12109319665215594568904582175224132874032?tesla=y
Sede de la
Reserva Federal en Washington. PHOTO: KEVIN LAMARQUE/REUTERS
Por
Min Zeng y
Christopher
Whittall
jueves,
7 de julio de 2016 19:21
EDT
A
Christopher Sullivan, un gestor de inversiones de Nueva York, le preocupa que
si un día quisiera comprar bonos del Tesoro de Estados
Unidos, podría no conseguirlos.
A primera
vista, la preocupación puede parecer injustificada: el Tesoro
estadounidense tiene US$13,4 billones en papeles de deuda, por lo que el
mercado de bonos de EE.UU. es el mayor del mundo y los del Tesoro están
entre los activos que se comercializan con mayor facilidad.
Pero
Sullivan, que supervisa US$2.300 millones como director de inversiones de la
cooperativa de crédito de las Naciones Unidas, dijo temer verse desplazado de
ese mercado a medida que los bancos
centrales continúan aspirando la deuda de alta calidad alrededor del mundo y
los ansiosos inversionistas internacionales buscan alivio en los bonos del
Tesoro estadounidense.
Una
consecuencia de la ola de compras por
parte de los bancos centrales es la reducción de la disponibilidad de deuda
soberana para otros compradores y la intensificación de las guerras de ofertas
que suelen estallar cuando los inversionistas se ponen nerviosos, lo que
impulsan los precios al alza y los rendimientos a la baja. El retorno sobre el
bono del Tesoro a 10 años tocó el miércoles un mínimo récord.
“El factor de la escasez
está ahí, pero realmente se hace palpable en los periodos de estrés, cuando los
rendimientos colapsan de inmediato”, dijo. “Uno puede quedarse fuera del mercado de bonos cuando más lo
necesita’’.
También el
miércoles, el rendimiento del bono del gobierno japonés a 20 años cayó por primera vez por
debajo de cero, para unirse al conjunto de
bonos de rendimiento negativo que se ha expandido rápidamente en el último año.
En Suiza, los
bonos del gobierno con vencimiento más largo, de casi medio siglo, tiene un rendimiento por debajo de cero.
En Alemania, la deuda pública con vencimientos tan
distantes como enero de 2031 opera con rendimientos
negativos.
La presión
podría empeorar si los bancos centrales de Japón y Europa deciden, como se
espera, redoblar sus esfuerzos de estímulo luego del voto
del Reino Unido a favor de abandonar la Unión Europea.
“El mundo se está quedando
sin bonos de refugio seguros con rendimientos positivos”, dijo Shyam Rajan, investigador de
estrategias de tasas de Bank of America Merrill Lynch, en Nueva York.
La
disponibilidad de la deuda de alta calidad se ha reducido desde la crisis
financiera de 2008. La Reserva Federal se
convirtió en el primer banco central importante en iniciar un programa de
compra de bonos. El Banco de Inglaterra, el Banco de
Japón y el Banco Central Europeo siguieron el mismo camino.
Los datos de
la Fed indican que hacia finales de junio tenía
una cartera de más de US$2,4 billones de bonos del
Tesoro, cerca un quinto del total de esos títulos en circulación.
El Banco de
Inglaterra guarda un cuarto de deuda soberana británica, el Banco de Japón más de un tercio de la deuda pública
japonesa y el BCE posee alrededor de 15% de la
deuda alemana, según los analistas.
Esos programas de compra de deuda,
orientados a inyectar liquidez en la economía, están exacerbando los
efectos de los ajustes presupuestarios y de la ola de rebajas de calificación
de los bonos soberanos europeos en 2011.
Datos de Bank of America Merrill Lynch indican que la proporción de bonos con
las tres calificaciones de crédito más altas se ha reducido de 84% en 2011 a 51% según el índice de bonos soberanos
del banco.
Barry
Eichengreen, profesor de
economía en la Universidad de California, en Berkeley, calculó de manera diferente
la caída en la oferta de bonos: al observar un amplio conjunto de activos de
alta calidad, incluyendo la deuda vigente en el mundo desarrollado, como
porcentaje del Producto Interno Bruto mundial, esa proporción llegó a apenas 30% en junio, frente a cerca de 60% de hace
unos pocos años.
Entre
aquellos que sientan el efecto de la escasez de bonos figuran los fondos de pensiones y las empresas de seguros de vida de
Japón, Europa y EE.UU. Los inversionistas se enfrentan ahora a una
competencia más dura por la deuda de alta calificación, los bonos a largo plazo
que necesitan para sostener sus obligaciones de largo plazo.
Nigel
Jenkins, administrador de fondos de Payden y Rygel en Londres, que gestiona cerca de
US$100.000 millones en activos, dijo que no
espera que los rendimientos de los bonos aumenten marcadamente en el corto
plazo, ya que cualquier repunte probablemente estimulará una ola de compras
de los fondos de pensiones.
“Cuanto más bajo sea el
rendimiento, más intensos son los dolores de los fondos de pensiones”, dijo Jenkins. “No diría que se está convirtiendo en una
cuestión sistémica, pero algo hay que hacer”.
Los gestores
de inversiones con mayor flexibilidad se están volcando selectivamente a mercados de riesgo más alto, como los de bonos corporativos,
bonos municipales y bonos en moneda dura emitidos por algunos países en
desarrollo.
Los propios
bancos centrales tienen problemas para encontrar todos los bonos que necesitan.
El BCE, por ejemplo, no consigue bonos con un rendimiento inferior a su tasa de
depósito de -0,4%. El 1 de julio, el 58% de los
bonos alemanes elegibles para las compras del BCE se negociaban por debajo de
ese nivel, según Frederik Ducrozet, economista sénior de Pictet Wealth
Management.
“Van a
quedarse sin bonos para comprar bastante pronto” si el banco central no relaja
las reglas de sus rendimientos y los retornos de los bonos siguen bajos, dijo
Peter Schaffrik, jefe de estrategia macro de Royal Bank of Canada Capital
Markets para Europa.
Los bonos
soberanos de EE.UU., Alemania, Reino Unido y Japón también juegan un papel
importante en el mercado de recompra de corto plazo o “repo”, donde son usados
por los fondos de cobertura y los bancos como garantía de préstamos que duran
un día o más.
El volumen
de préstamos “repo” con deuda del Tesoro como garantía ha caído a US$1,8 billones desde los US$2,6 billones que se
transaban a finales de 2007, según Joseph Abate, estratega de mercado de dinero
en Barclays.
“Simplemente
hay mucho menos garantía de alta calidad”, dijo Guy Haselmann, director gerente
de soluciones de productos de la plataforma de corretaje de bonos OpenDoor. “La
plomería del sistema está en problemas”.
La
demanda de los bancos centrales reduce la disponibilidad de deuda soberana
http://lat.wsj.com/articles/SB12109319665215594568904582175224132874032?tesla=y
Sede de la
Reserva Federal en Washington. PHOTO: KEVIN LAMARQUE/REUTERS
Por
Min Zeng y
Christopher
Whittall
jueves,
7 de julio de 2016 19:21
EDT
A
Christopher Sullivan, un gestor de inversiones de Nueva York, le preocupa que
si un día quisiera comprar bonos del Tesoro de Estados
Unidos, podría no conseguirlos.
A primera
vista, la preocupación puede parecer injustificada: el Tesoro
estadounidense tiene US$13,4 billones en papeles de deuda, por lo que el
mercado de bonos de EE.UU. es el mayor del mundo y los del Tesoro están
entre los activos que se comercializan con mayor facilidad.
Pero
Sullivan, que supervisa US$2.300 millones como director de inversiones de la
cooperativa de crédito de las Naciones Unidas, dijo temer verse desplazado de
ese mercado a medida que los bancos
centrales continúan aspirando la deuda de alta calidad alrededor del mundo y
los ansiosos inversionistas internacionales buscan alivio en los bonos del
Tesoro estadounidense.
Una
consecuencia de la ola de compras por
parte de los bancos centrales es la reducción de la disponibilidad de deuda
soberana para otros compradores y la intensificación de las guerras de ofertas
que suelen estallar cuando los inversionistas se ponen nerviosos, lo que
impulsan los precios al alza y los rendimientos a la baja. El retorno sobre el
bono del Tesoro a 10 años tocó el miércoles un mínimo récord.
ENLARGE
“El factor de la escasez
está ahí, pero realmente se hace palpable en los periodos de estrés, cuando los
rendimientos colapsan de inmediato”, dijo. “Uno puede quedarse fuera del mercado de bonos cuando más lo
necesita’’.
También el
miércoles, el rendimiento del bono del gobierno japonés a 20 años cayó por primera vez por
debajo de cero, para unirse al conjunto de
bonos de rendimiento negativo que se ha expandido rápidamente en el último año.
En Suiza, los
bonos del gobierno con vencimiento más largo, de casi medio siglo, tiene un rendimiento por debajo de cero.
En Alemania, la deuda pública con vencimientos tan
distantes como enero de 2031 opera con rendimientos
negativos.
La presión
podría empeorar si los bancos centrales de Japón y Europa deciden, como se
espera, redoblar sus esfuerzos de estímulo luego del voto
del Reino Unido a favor de abandonar la Unión Europea.
“El mundo se está quedando
sin bonos de refugio seguros con rendimientos positivos”, dijo Shyam Rajan, investigador de
estrategias de tasas de Bank of America Merrill Lynch, en Nueva York.
La
disponibilidad de la deuda de alta calidad se ha reducido desde la crisis
financiera de 2008. La Reserva Federal se
convirtió en el primer banco central importante en iniciar un programa de
compra de bonos. El Banco de Inglaterra, el Banco de
Japón y el Banco Central Europeo siguieron el mismo camino.
Los datos de
la Fed indican que hacia finales de junio tenía
una cartera de más de US$2,4 billones de bonos del
Tesoro, cerca un quinto del total de esos títulos en circulación.
El Banco de
Inglaterra guarda un cuarto de deuda soberana británica, el Banco de Japón más de un tercio de la deuda pública
japonesa y el BCE posee alrededor de 15% de la
deuda alemana, según los analistas.
Esos programas de compra de deuda,
orientados a inyectar liquidez en la economía, están exacerbando los
efectos de los ajustes presupuestarios y de la ola de rebajas de calificación
de los bonos soberanos europeos en 2011.
Datos de Bank of America Merrill Lynch indican que la proporción de bonos con
las tres calificaciones de crédito más altas se ha reducido de 84% en 2011 a 51% según el índice de bonos soberanos
del banco.
Barry
Eichengreen, profesor de
economía en la Universidad de California, en Berkeley, calculó de manera diferente
la caída en la oferta de bonos: al observar un amplio conjunto de activos de
alta calidad, incluyendo la deuda vigente en el mundo desarrollado, como
porcentaje del Producto Interno Bruto mundial, esa proporción llegó a apenas 30% en junio, frente a cerca de 60% de hace
unos pocos años.
Entre
aquellos que sientan el efecto de la escasez de bonos figuran los fondos de pensiones y las empresas de seguros de vida de
Japón, Europa y EE.UU. Los inversionistas se enfrentan ahora a una
competencia más dura por la deuda de alta calificación, los bonos a largo plazo
que necesitan para sostener sus obligaciones de largo plazo.
Nigel
Jenkins, administrador de fondos de Payden y Rygel en Londres, que gestiona cerca de
US$100.000 millones en activos, dijo que no
espera que los rendimientos de los bonos aumenten marcadamente en el corto
plazo, ya que cualquier repunte probablemente estimulará una ola de compras
de los fondos de pensiones.
“Cuanto más bajo sea el
rendimiento, más intensos son los dolores de los fondos de pensiones”, dijo Jenkins. “No diría que se está convirtiendo en una
cuestión sistémica, pero algo hay que hacer”.
Los gestores
de inversiones con mayor flexibilidad se están volcando selectivamente a mercados de riesgo más alto, como los de bonos corporativos,
bonos municipales y bonos en moneda dura emitidos por algunos países en
desarrollo.
Los propios
bancos centrales tienen problemas para encontrar todos los bonos que necesitan.
El BCE, por ejemplo, no consigue bonos con un rendimiento inferior a su tasa de
depósito de -0,4%. El 1 de julio, el 58% de los
bonos alemanes elegibles para las compras del BCE se negociaban por debajo de
ese nivel, según Frederik Ducrozet, economista sénior de Pictet Wealth
Management.
“Van a
quedarse sin bonos para comprar bastante pronto” si el banco central no relaja
las reglas de sus rendimientos y los retornos de los bonos siguen bajos, dijo
Peter Schaffrik, jefe de estrategia macro de Royal Bank of Canada Capital
Markets para Europa.
Los bonos
soberanos de EE.UU., Alemania, Reino Unido y Japón también juegan un papel
importante en el mercado de recompra de corto plazo o “repo”, donde son usados
por los fondos de cobertura y los bancos como garantía de préstamos que duran
un día o más.
El volumen
de préstamos “repo” con deuda del Tesoro como garantía ha caído a US$1,8 billones desde los US$2,6 billones que se
transaban a finales de 2007, según Joseph Abate, estratega de mercado de dinero
en Barclays.
“Simplemente
hay mucho menos garantía de alta calidad”, dijo Guy Haselmann, director gerente
de soluciones de productos de la plataforma de corretaje de bonos OpenDoor. “La
plomería del sistema está en problemas”.
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