La
incertidumbre empuja a los capitales a apostar de nuevo por los emergentes
http://lat.wsj.com/articles/SB10773495497524614033204582167513966990688?tesla=y
Un tablero
de cotizaciones en Fuyang, China. PHOTO: VCG/GETTY IMAGES
Por
Julie Wernau e
Ira
Iosebashvili
domingo,
3 de julio de 2016 19:15
EDT
Una semana
después de que el voto británico a favor de dejar la Unión Europea produjera un
bajón en los mercados financieros, algunos inversionistas ya apuestan a que los
mercados emergentes se encaminan hacia un repunte.
Después del
sorpresivo resultado del referendo, las acciones y los bonos en el mundo en
desarrollo sufrieron pérdidas gigantescas. Monedas como el peso mexicano, el
rand sudafricano y el esloti polaco cayeron más de 5% en los dos días
siguientes al plebiscito.
Pero en los
tres siguientes días, esas divisas repuntaron 2% o más. El viernes, el real
brasileño había subido 4,8% desde el referendo, mientras que el Bovespa, el mercado de acciones de Brasil, acumulaba
un alza de 6,1% . En igual período, la Bolsa de Shanghai había ganado 2,7%.
Las
ganancias en los mercados emergentes formaron parte de un repunte más amplio a
nivel global que incluyó los precios del petróleo y las acciones
estadounidenses. Incluso la libra esterlina se estabilizó contra el dólar en
sus tres últimas sesiones de negociación.
Ahora, los
inversionistas están tratando de determinar qué fuerzas ganarán. ¿Agriará la
incertidumbre política y económica europea la predisposición hacia inversiones
más arriesgadas? ¿Terminará siendo el llamado brexit un lastre menos pesado
para el crecimiento global de lo que se temía? ¿Llevarán las tasas de interés
más bajas a nivel global a buscar retornos más altos en los mercados emergentes
a los inversionistas?
“Esto es lo
que hacen los mercados”, dijo Chris Pavese, director general de finanzas en
Broyhill Asset Management, que tiene 40% de su cartera en efectivo y sopesa qué
hacer. “Oscilan entre optimismo extremo y pesimismo extremo”.
A comienzos
de 2016, los mercados emergentes tuvieron un arranque rápido junto con otros
activos más arriesgados como acciones, petróleo y otras materias primas.
Esas
ganancias reflejan un giro drástico en la visión de los inversionistas. Los
mercados emergentes habían sufrido declives durante buena parte de los últimos
tres años. Este año, muchos analistas y gestores de fondos creyeron que el
reciente repunte del dólar iba a continuar y que las tasas de interés de
Estados Unidos subirían con un empujón de la Reserva Federal.
Pero la
introducción de tasas de interés negativas en Japón y
partes de Europa llevó a algunos inversionistas a buscar activos con
mayores retornos en el mundo en desarrollo. El mes pasado, el dólar cayó a su
nivel más bajo en casi un año, luego de que se reportaran datos de empleo
débiles en EE.UU. e indicaciones de que es poco probable de que la Fed eleve
las tasas este año. Un dólar más débil hace más fácil a los mercados emergentes
pagar los intereses de su deuda denominada en la divisa estadounidense. También
suele impulsar los precios de materias primas como el crudo y los metales, una
exportación clave de muchos países en desarrollo.
“En términos
de cómo afecta esto a mercados emergentes como México e
Indonesia, no cambia de forma material nuestra perspectiva de inversión
allí”, escribió un día después del referendo Michael Hasenstab, gestor de
cartera en la firma Franklin Templeton.
Algunos
piensan que los mercados emergentes podrían repuntar de forma más rápida que en
otras crisis financieras porque estos activos no son la causa de las ventas
generalizadas.
La crisis de
deuda en América Latina durante los 80 ahuyentó por bastante tiempo a muchos
inversionistas en bonos. A fines de los 90, la crisis de divisas de Asia causó
interrupciones en los mercados alrededor del mundo y continuó hasta que el
Fondo Monetario Internacional empezó una serie de rescate de países. La crisis
de deuda de Rusia en 1998 provocó la paralización de los mercados de bonos y el
colapso del gigantesco fondo de cobertura Long-Term
Capital Management.
“La buena noticia es
que los problemas no se están originando en los mercados emergentes”, dijo Alejo Czerwonko, director de
estrategia de mercados emergentes en la dirección de inversión de UBS, que
gestiona US$2 billones en activos.
Los mercados
emergentes se recuperaron más rápido tras la explosión de la burbuja
inmobiliaria y la caída de Lehman Brothers Inc. en 2008.
Un año
después, los mercados de renta variable en Asia y América Latina fueron
salvados por un repunte de las materias primas cuyos precios regresaron a casi
los mismos niveles registrados antes de la crisis.
Pero la
desaceleración del crecimiento en China, un consumidor clave de los commodities
producidos por estos países, interrumpió el repunte. Muchos temen que el menor
apetito de China se convierta de nuevo en un problema.
Si el dólar
estadounidense sigue actuando como un activo de refugio durante las
turbulencias del mercado, podría presionar a China a devaluar el yuan, lo cual
desaceleraría aún más su crecimiento.
A raíz del
referendo del Reino Unido, la moneda china cayó a su nivel más bajo frente al
dólar en cinco años.
Señales de
una devaluación del yuan “alteraría totalmente los mercados globales”, dijo
Michael Mullaney, quien supervisa US$11.500 millones como jefe de inversiones
en Fiduciary Trust Co. de Boston.
Una fuerte
devaluación del yuan agravaría la carga de deuda de las empresas chinas que
pidieron prestado en dólares, para alentar aún más los temores de una
desaceleración del gigante asiático. De acuerdo con Brown Brothers Harriman, cada descenso de 1% en el yuan le cuesta a las corporaciones
chinas aproximadamente US$8.000 millones.
Un dólar más
fuerte también haría más difícil para algunos países el pago de los servicios
de la deuda denominada en la moneda estadounidense.
Recientemente,
las agencias calificadoras han rebajado la nota de varios países en desarrollo,
entre ellos Venezuela, Brasil y otros exportadores de materias primas, por lo
que algunos inversionistas están preocupados por una cesación de pagos.
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