Veinte
grandes mentes exploran cómo sobrevivir a nosotros mismos
http://elpais.com/elpais/2017/03/01/ciencia/1488343062_888170.html
'El próximo
paso: La vida exponencial' de OpenMind reflexiona
sobre cómo compartir el planeta con los robots
NUÑO
DOMÍNGUEZ
1
MAR 2017 - 16:20 CET
Acto de
presentación de 'El próximo paso: La vida exponencial' CARLOS SPOTTORNO
Bill
Gates, fundador de
Microsoft, cree que los robots deben pagar impuestos. Si las máquinas van a
quedarse con los empleos de millones de personas, estas deben contribuir al
fisco tal y como ahora hacen los trabajadores de carne y hueso. La propuesta
del magnate durante una entrevista a Quartz es
una derivada de la cuarta revolución industrial, en la que la inteligencia
artificial, la robótica y la capacidad sin precedentes de los humanos de
modificar su biología pueden acarrear cambios mucho más radicales que los que
llegaron con la máquina de vapor, la electricidad y la electrónica.
Los robots
serán mucho más parecidos a una bacteria que a Terminator
En el nuevo libro El próximo paso: La vida exponencial, veinte
autores exploran las recetas para que las nuevas tecnologías estén al servicio
de los humanos y no al contrario. Varios de sus responsables lo presentaron
ayer durante un acto en el Instituto Tecnológico de
Massachusetts (MIT), en Cambridge (Massachusetts, EE UU).
En el
futuro, el trabajo dejará de definir quién es una persona, opinó Seán Ó hÉigeartaigh, director del Centro de Estudios del
Riesgo Existencial de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y
coautor del libro, publicado por el proyecto OpenMind
de BBVA, dedicado a la innovación y el conocimiento científico y
tecnológico. “La gente no necesita un trabajo sin sentido para sentir que su
vida tiene un significado, especialmente si se trata de trabajos repetitivos”,
señaló.
“Los
ordenadores no tiene capacidad de juicio, puedes crear un robot que tenga la
posibilidad de agarrar un determinado objeto pero no que tenga el entendimiento
que caracteriza a cualquier trabajador”, explicó Joseph
Paradiso, investigador del MIT.
La creatividad, dijo, es otra de las
capacidades humanas que probablemente las máquinas nunca puedan desarrollar por
completo y, por tanto, uno de los campos en los que habrá más oportunidades de
trabajo en el futuro. “Hay que establecer un impuesto
para los robots”, opina Paradiso y, probablemente este sirva para fijar
“también una renta universal” que garantice la prosperidad de las personas.
Las
anteriores revoluciones industriales han destruido muchas formas de trabajo,
pero también han generado otras nuevas. Aún está por ver si lo mismo se cumple
esta vez. Lo que es incontestable es que los robots van
a estar cada vez más presentes en nuestras vidas, opina Jonathan Rossiter,
catedrático de robótica de la Universidad de Bristol. Este ingeniero
asegura que los robots serán blandos y “mucho más parecidos a una bacteria que a Terminator”.
Rossiter
diseña robots capaces de digerir desechos y transformarlos en energía y piensa
que, en el futuro, tecnologías similares se emplearán en la creación de
músculos artificiales y tejidos capaces de devolver a las personas mayores
parte de la movilidad perdida, e incluso nanomáquinas del tamaño de virus que
pueden ayudar a detectar y tratar enfermedades. “Los robots blandos serán
biodegradables, van a estar dentro de nosotros, sobre nosotros y también en
nuestro entorno, cambiándolo para mejor”, aseguró el investigador.
En
el futuro, el trabajo dejará de definir quién es una persona
La nueva
herramienta de edición genómica CRISPR ofrece
una oportunidad sin precedentes para curar enfermedades, ha reconocido Stephen Lipkin, experto en genética del cáncer de la
Universidad Cornell (EE UU). Pero también abre la posibilidad de editar
el genoma de embriones y generar humanos que, por ejemplo, tengan el doble de
músculo y apenas grasa, todo usando el llamado cortapega genético sobre el
mismo gen. La clave, resalta, será la política, ya que esta puede evitar las
desigualdades y “hacer la tecnología y la salud mejor para todo el mundo”.
De todas las
amenazas actuales, la situación política es la
más “preocupante”, opinó por su parte Francisco González,
presidente de BBVA, quien reconoce las importantes incertidumbres que las
nuevas tecnologías y la irrupción de los “gigantes de internet” como Google
traen consigo. “Nos
dirigimos hacia una nueva y mejor industria financiera”, opina, “pero no sabemos
exactamente cómo va a ser, ni siquiera si los bancos van a ocupar un lugar en
ella”.
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