La
agencia calificadora de riesgo crediticio
Fitch considera degradar a México y pasarla a Mercado de Frontera con lo
cual saldrían todas las inversiones del país , porque, por ley no se puede
invertir en un mercado donde no tiene grado de inversión. Los déficits
primarios, el bajo crecimiento económico, la depreciación del peso y las
emisiones a las empresas productivas del estado ,sumado a esto el incremento de
la inflación y el mas alto enddudamento del país en relación a su PBI de 46 % es mucho mayor que el promedio
de países de calificación BBB complican mucho la situación del país.
Fitch
sitúa a México en la antesala de una rebaja crediticia
http://economia.elpais.com/economia/2017/03/08/actualidad/1489013076_124813.html
La agencia
estadounidense constata la "debilidad" de la segunda economía de
América Latina y advierte de los "mayores riesgos" a la baja
IGNACIO
FARIZA
México
9 MAR 2017 –
Oficinas de
Fitch Ratings en Nueva York. A. GOMBERT EFE
El rating de
México está en el aire. La agencia de calificación estadounidense Fitch, una de
las tres más importantes del mundo, ha constatado este miércoles la
"relativa debilidad" del crecimiento económico mexicano; los
"mayores riesgos" a la baja y el "desafío" que esta
conjunción de factores podría suponer para la estabilidad de la deuda pública
mexicana. En diciembre pasado, Fitch ratificó la nota
(BBB+) del país norteamericano, pero situó su
calificación en perspectiva negativa. Las principales casas de análisis
que siguen el día a día de la segunda mayor economía de América Latina inciden
en el riesgo que para México supondría perder esta
categoría: dejaría en el aire inversiones
valoradas en miles de millones de dólares, encarecería las emisiones públicas y
privadas, y forzaría a un duro ajuste en los
niveles de gasto público.
"La
mayor incertidumbre económica como resultado de la elección de Donald Trump
como presidente de EE UU, quien ha aludido a renegociar el Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLCAN) con México e imponer controles de
inmigración más estrictos, podría mermar la demanda interna mexicana en el
corto plazo", subraya la calificadora con sede en Nueva York en su informe
especial publicado este miércoles. Y, añade, "un deterioro en los vínculos
de México con EE UU, que redujera sus perspectivas de crecimiento y/o
debilitara su balance general externo, podría ser negativo para las
calificaciones de México". La agencia también
constata que el crecimiento de México —del 2.5% de media en el último
lustro— es más débil que la mediana de los países que
tienen categoría BBB (3.1%), la que marca la frontera entre el grado de
inversión y el especulativo. En otras palabras: si el golpe que inflige la
nueva administración estadounidense es severo, el grado de inversión —el más
sólido de la escala de las calificadoras— estaría en serio riesgo.
Gerardo
Esquivel, economista del Colegio de México, ve "lógico" el aviso de
Fitch dado el aumento del endeudamiento público y la expectativa de menor
crecimiento. "Es una amenaza si no se cumplen las metas fiscales",
añade Carlos Serrano, economista jefe de BBVA-Bancomer para México. A
diferencia de lo ocurrido en los últimos años, este año Serrano sí ve
posibilidades de que el Gobierno se ajuste al objetivo, parcialmente porque los
beneficios del Banco de México —que el instituto emisor remite al Gobierno—
batirán este año un récord gracias a la depreciación del peso. "Dará 400.000 millones de pesos al Gobierno y, con
esto, creo que sí se cumplirá el objetivo. Pero en 2018 sí habrá una presión
importante que apremiará al próximo Gobierno a hacer una reforma fiscal en
profundidad para recaudar más", añade.
El revés de
Fitch llega en el momento en el que el país norteamericano había conseguido
encajar con firmeza los primeros golpes de la Administración Trump. Las subidas
de las tasas de interés decretadas por el Banco de México, junto con la buena
acogida al programa de coberturas que permite a las empresas nacionales
protegerse frente a la depreciación del peso, han conseguido relajar la presión
sobre su moneda hasta el punto de situarla entre las más fuertes del mundo
desde que el magnate llegó a la Casa Blanca. Además, en los últimos días se
intuye un cierto cambio de tono en el nuevo titular
estadounidense de Comercio, Wilbur Ross, que ha apelado al bien común en
la renegociación del TLCAN. Sin embargo, los dos principales temores de fondo
siguen intactos en el panorama mexicano: las medidas proteccionistas que ha
prometido Washington —y que pondrían en riesgo el 80% de las exportaciones
totales mexicanas— y la posibilidad de que, tal y como deja caer Fitch, las agencias de calificación acaben por rebajar
la nota que asignan a la deuda mexicana.
La situación
negativa "podría continuar en 2017−2018, en
la medida en que la inversión se viera afectada por la mayor incertidumbre
económica", añaden los analistas de la calificadora estadounidense. Pese a
que el dinamismo del PIB en el tramo final de 2016 sorprendió positivamente,
tanto en Gobierno como el Banco de México han rebajado en las últimas semanas
sus previsiones de crecimiento para este año y el próximo al tiempo que han aumentado sus pronósticos de inflación.
Fitch, sin
embargo, cree que aún habrá que esperar "para conocer las
"ramificaciones" de las políticas estadounidenses sobre México hasta
que se den a conocer más detalles sobre el alcance de los cambios que
Washington introduzca en comercio exterior e inmigración. "El déficit por
cuenta corriente ha aumentado en los últimos años y cualquier impacto negativo
sobre las remesas [en su mayoría, procedentes de la primera potencia mundial] y
los flujos de comercio podría empeorar aún más las dinámicas de las cuentas
externas". Aunque algunos congresistas republicanos ya han empezado a
promover un impuesto sobre los envíos de dinero de los inmigrantes mexicanos a
sus familias, los analistas ven grandes dificultades en su aplicación.
Fitch,
además, muestra su preocupación por una de las partidas que ya ha empezado a
sufrir los primeros daños tras la victoria de Trump —la inversión extranjera
directa— y por otra que lleva años deparando importantes críticas a las
autoridades mexicanas —el aumento de la deuda pública—. "La carga de la deuda de México, estimada en el 46% del PIB,
es más alta que la mediana de [países con nota] BBB, por lo que ejerce
presión adicional sobre el perfil crediticio de México. Los déficits primarios, el bajo crecimiento económico, la depreciación del
peso y las emisiones a las empresas productivas del estado (Pemex y la
Comisión Federal de Electricidad) han llevado a un aumento continuo en la carga
de la deuda pública", inciden los técnicos de la agencia. "Si baja un
escalón, no tendría efectos a corto plazo. El problema sería que se produjesen
dos descensos y se perdiera el grado de inversión", cierra Serrano, de
BBVA. Ahí, sí, México quedaría al borde del precipicio.
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