Terremoto
en la Bolsa de Valores de Lima, los pensionistas de las AFP pierden miles de
millones de soles por tener acciones de Graña y Montero involucrado en los
sobornos al gobierno peruano para la concesión de obras, y las AFP invirtieron sabiendo que Graña y Montero era socia de Odebrecht y que esta estaba acusada de corrupción y los fondos de los pensionistas no fueron regulados por la Superintendencia de Banca y Seguros.
Caso
Odebrecht: Graña y Montero ratifica que desconocía pago de sobornos.
http://www.americatv.com.pe/noticias/actualidad/caso-odebrecht-grana-y-montero-ratifica-que-desconocia-pago-sobornos-n267887
Lunes
6 de marzo del 2017
El pasado
martes, tras la renuncia de sus principales directivos, Graña y Montero realizó
una junta extraordinaria de accionistas
Graña y
Montero y caso Odebrecht. Foto: América Noticias
La onda
expansiva del escándalo de corrupción
protagonizado por la brasilera Odebrecht ha alcanzado a una de las empresas peruanas hasta hace poco más sólidas.
Tras las acusaciones de Jorge Barata, la reconocida
firma Graña y Montero, una de las más grandes constructoras del país,
atraviesa una grave crisis de reputación. El viernes de la semana pasada se
hizo pública parte de la delacion del ex hombre fuerte de Odebrecht en el Perú,
quien afirmó que tanto Graña y Montero como sus otros
dos socios sabían de los sobornos pagados al ex presidente Alejandro Toledo por
los contratos de la Interoceánica.
“El pago ha
sido por Odebrecht, pero el resto de las empresas sí tenían conocimiento, no
detalles, pero sí sabían que existía el acuerdo. Lo que si es
cierto es que se distribuyó entre los consorciados. No recuerdo la fórmula exacta, esto lo
verificaré. Esto fue más o menos así, ellos sabían que
habíamos pagado, y sabían que tenían que asumir lo que le correspondería”, dijo Jorge Barata.
[LEE: Graña
y Montero: estos son los acuerdos de la junta de accionistas]
La sola
posibilidad de que esta declaración fuera cierta o parcialmente cierta, tendría gravísimas consecuencias para la empresa pues
los bancos le
quitarían el respaldo financiero que necesitan para sus proyectos, perdería
todas las obras que tiene con el Estado que representan el 20% de sus ingresos
y enfrentaría demandas millonarias. Por eso, la afirmación de Barata
provocó inmediatamente un terremoto en la Bolsa de
Valores de Lima. Las acciones de Graña y Montero se desplomaron: el
viernes cayeron 33% y el lunes 26%. Ese día, la primera reacción de la empresa
tras la abrupta caída de sus acciones fue la renuncia de su plana mayor.
Dejaron sus
cargos el presidente de la empresa, José Graña Miró
Quesada, el director Hernando Graña Acuña y el gerente general
corporativo Mario Alvarado. La empresa anunció que el nuevo gerente general
corporativo será Luis Díaz Olivero y el Comité
de Apoyo Gerencial del directorio será presidido por Federico Cúneo y estará
compuesto por los directores independientes Mark Hoffman, Hugo Santa María y
Pedro Pablo Errázuriz. Una noticia que logró una ligera recuperación de las
acciones de Graña y Montero en la Bolsa.
Pero ¿qué
dice Graña y Montero respecto a las graves acusaciones del delator Barata? ¿Es
creíble que no supieran lo que hacía su socio para obtener contratos que a la
larga favorecerían a los dos?
“Como lo hemos repetido
varias veces, no teníamos conocimiento, no participamos ni autorizamos ningún
acto de corrupción. Lo hemos dicho en reiteradas oportunidades y lo ratificamos
nuevamente”,
afirma el ex gerente general corporativo de Graña y Montero, Mario Alvarado
Pflucker.
Recordemos
que hasta esta semana el gerente general corporativo de Graña y Montero, Mario
Alvarado, afirmó en la comisión Lava Jato del Congreso en febrero, que no
sabían de los actos de corrupción cometidos por Odebrecht en las obras que
compartieron.
Los proyectos en los que Odebrecht y Graña y
Montero han sido socios son, además de la carretera Interoceánica Norte y los tramos 2 y 3 de la
Interoceánica Sur, concesionados en el gobierno de Toledo, los tramos 1 y 2
dela Línea 1 del Metro de Lima y la tercera etapa de Chavimochic,
ambas licitadas durante el último gobierno de Alan García y el Gasoducto Sur
Peruano, concesionado en el gobierno de Humala. Precisamente esta última obra,
que se revirtió al Estado luego de que el Consorcio no
consiguiera el financiamiento necesario, ha despertado suspicacias sobre la
participación de Graña y Montero, pues la empresa peruana ingresó al consorcio liderado por Odebrecht en setiembre del 2015,
cuando no solo recaían en la empresa brasilera serias acusaciones de
corrupción, sino que además su presidente Marcelo
Odebrecht ya estaba preso en Brasil.
Según el
ahora ex gerente general de Graña, la empresa tomó el
riesgo para salvar el proyecto porque, tras el escándalo, Odebrecht no
lograba conseguir el financiamiento necesario para sacarlo adelante.
La caída del valor de las
acciones de Graña y Montero no afecta solo a la empresa, sino a todo aquel que
tenga fondos en una AFP, pues son dueñas de nada menos que un tercio de
las acciones de la empresa, algo que afectará
las futuras pensiones de los aportantes dependiendo del tipo de fondo en
el que hayan decidido colocar sus aportes.
“Los que
están en el fondo 0, que es el próximo a jubilarse, no tendrán absolutamente
nada porque no puedes tener acciones. El fondo 1, compuesto por gente de 60 a
65 años, también cerca a jubilarse, menos de 0,1% en total, 0,3% o 0,4% en el
fondo 2 y en el fondo 3 que es más agresivo y que tiene más tiempo para
recuperarse, tendría una exposición más larga”, dijo el gerente general de AFP
Integra, Aldo Ferrini.
Preguntado
sobre por qué las AFP, que ocupan 3 asientos de 9 en el
directorio de Graña y Montero no se opusieron a que la empresa
invirtiera en el Gasoducto cuando ya se sabía que Odebrecht estaba implicada en
casos de corrupción, el gerente general de AFP Integra señaló que no se previó
el riesgo que esa decisión implicaba.
La
Superintendencia de Banca y Seguros, ente encargado de regular las inversiones
que realizan las AFP con el dinero de sus aportantes, afirmó que la regulación
les permite tomar decisiones así de arriesgadas con los fondos de una parte
considerable de sus 6 millones de afiliados.
Pero las acciones de Graña y Montero
no solo se desplomaron en la Bolsa de Valores de Lima. Recordemos que desde el 2013, la
empresa peruana cotiza en la Bolsa de Nueva York.
Esta semana trascendió que más de media docena de
firmas jurídicas de los Estados Unidos evalúan la posibilidad de presentar
demandas colectivas contra la empresa.
El martes
28, tras la renuncia de sus principales directivos, Graña y Montero realizó una
junta extraordinaria de accionistas para informar sobre las medidas que tomará
la compañía para hacer frente a la crisis que enfrenta. Una de sus decisiones
más importantes es vender activos no estratégicos para conseguir liquidez y
seguir llevando adelante sus proyectos.
[LEE: Caso
Odebrecht: acciones de Graña y Montero cayeron]
La crisis de Graña y Montero no solo podría afectar gravemente a sus
más de 30 mil trabajadores, sino que tratándose de una de las empresas
con más proyectos públicos y privados, la paralización de sus obras podría
generar una interrupción de la cadena de pagos que
afectaría seriamente a otras empresas relacionadas y finalmente a la economía
nacional.
Cuando
preguntamos al ex gerente general de Graña y Montero precisamente por qué la empresa no ha demandado a Jorge Barata por las
serias acusaciones vertidas, este prefirió no contestar e hizo hincapié
en que la empresa saldrá de la grave crisis en la que se encuentra.
Graña
y Montero asegura que Barata miente. No obstante, una mentira de esta gravedad
no haría otra cosa que complicar su ya complicada situación legal y la del ex
presidente de Odebrecht, condenado
a 19 años de prisión en Brasil y acogido a una figura que le permitirá reducir
su condena a cambio de ofrecer información documentada que ayude a desarticular
la red de corrupción que crearon a su alrededor.
Graña y
Montero,Odebrecht,
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