Odebrecht:
constructora deja huella de devastación de los Andes al Caribe y actual presidente de Perú PPK es involucrado en los sobornos
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Lunes,
13 de marzo del 2017
En ningún
lugar el escándalo de Odebrecht ha resultado más nocivo que en Perú, según
Bloomberg, donde a Pedro Pablo Kuczynski le
cuesta cumplir su promesa de impulsar el crecimiento mediante la inversión en
infraestructura.
Las alpacas
de Braulio Pucllo en los Andes deambulan entre los tubos de Odebrecht. (Foto:
Bloomberg)
(Bloomberg) Los camiones ascendieron hace cinco
meses hasta las tierras de Braulio Pucllo en los Andes y apilaron decenas de
tubos de acero de 5 toneladas junto a un camino. Trabajadores de un grupo
encabezado por la compañía constructora Odebrecht le dijeron que los tenderían
y soldarían, pero Pucllo no los ha vuelto a ver.
“Queremos
que regresen y terminen el trabajo”, dijo Pucllo, que tiene 30 años, mientras
la lluvia se transforma en granizo y sus alpacas deambulan entre los tubos.
“Aún estarían aquí trabajando de no haber sido por la corrupción de Odebrecht.
Todo el que aceptó su dinero debe estar en la cárcel”.
No era eso
lo que se buscaba para el mayor proyecto de infraestructura de Perú. El
Gasoducto Sur Peruano de 1,025 kilómetros (637 millas) saldría de los
yacimientos de gas de la selva de Cusco y ascendería casi 5,000 metros (16.405
pies) sobre el nivel del mar para luego descender.
Se habían
instalado apenas 33 kilómetros de tuberías antes
de que acusaciones de soborno pusieran fin al acceso de Odebrecht a fondos, lo
que llevó al gobierno a rescindir el contrato el mes pasado.
Peor aún, el
gasoducto de US$7,300 millones es sólo una de las numerosas víctimas del
escándalo regional que emana de la mayor constructora de América Latina.
Fiscales de
11 países han firmado un acuerdo para profundizar la investigación de la red de
sobornos de Odebrecht pagados a políticos, algunos en forma de donaciones de
campaña, según se reveló en Brasil. La magnitud de las consecuencias dista de
ser clara, pero afecta a los gobiernos –y hasta a las economías- desde los
Andes hasta el Caribe.
Preocupación
del gobierno peruano
El
mandatario peruano, Pedro Pablo Kuczynski debe esforzarse para evitar que su
gobierno sucumba al creciente escándalo apenas ocho meses después de entrar en
funciones.
Una corte
local dispuso la detención del ex presidente Alejandro Toledo en el marco de
una amplia investigación tras admitir Odebrecht que había sobornado a
funcionarios de los tres gobiernos anteriores.
Toledo,
un ex profesor de la Universidad de Stanford, es acusado de haber obtenido US$20
millones a cambio de un
contrato de autopistas y desde entonces ha desaparecido. Recurrió a Twitter
para negar toda conducta inapropiada y afirmar que es víctima de una caza de
brujas por motivos políticos.
Los fiscales
analizan el papel de Kuczynski en el contrato de
autopistas, dado que se desempeñaba como ministro de Economía y Finanzas de
Toledo, y han solicitado una investigación aparte sobre versiones de que un
fondo de capital privado que administraba recibió pagos de Odebrecht.
Kuczynski
niega haber recibido sobornos, pero los peruanos lo dudan cada vez más. El
nivel de aprobación a su gestión era de 29% el mes pasado, algo menos de la
mitad del nivel que tenía al asumir la presidencia, según GfK Perú, una firma
de análisis.
La
desconfianza es evidente hasta en los Andes, lejos de la capital peruana. El
gasoducto impulsó la economía de la ciudad de Calca durante los dos últimos
años, cuando creó empleos y colmó hoteles y restaurantes. Ahora que el gasoducto
se encuentra abandonado y se desvanecen las esperanzas de un suministro barato
de gas, la población local se siente frustrada.
Sonia
Quispe, vendedora de un comercio, dijo: “Si es cierto que los presidentes son
culpables de corrupción, deben pagar por lo que hicieron. No confío en ninguno
de ellos”.
También el
presidente de República Dominicana, Danilo Medina,
que fue reelecto el año pasado con el mayor nivel regional de aprobación, ha
visto cambiar su suerte como consecuencia de Odebrecht.
Su principal
proyecto, una planta de energía a combustión de carbón de US$2,000 millones que
construía Odebrecht, quedó paralizado al interrumpirse el financiamiento debido
a las revelaciones. Eso ha obligado al gobierno a recurrir al mercado para
obtener centenares de millones de dólares que necesita en momentos en que su
presupuesto ya se ve presionado.
A los
efectos de combatir la caída del nivel de aprobación, Medina ha nombrado una
comisión investigadora y ha condenado públicamente a Odebrecht, que admitió en
los tribunales de Estados Unidos que había sobornado a funcionarios locales
entre 2001 y 2014.
“Es hora de
llamar a las cosas por su nombre: la corrupción es un mal endémico en nuestra
sociedad”, dijo Medina al Congreso a fines del mes pasado. “Nos encontramos
ante una epidemia regional e internacional”.
‘Ha
afectado a todos los países’
“Ha afectado
a todos los países y ha llegado al nivel más alto”, dijo Walter Molano,
economista jefe de BCP Securities LLC en Greenwich, Connecticut.
En
caída
El imperio
viene derrumbándose desde hace más de dos años y su máximo responsable, Marcelo Odebrecht, cumple una condena a 19 años de reclusión
en una cárcel de Brasil.
La
declinación se ha acelerado desde diciembre, cuando la compañía se declaró
culpable en los Estados Unidos y aceptó el mayor acuerdo por soborno de la
historia: una multa de US$4,500 millones por delitos en 12 países, en su mayor
parte en América Latina y el Caribe. (La compañía podría terminar por pagar
sólo US$2,600 millones.)
Al
solicitársele declaraciones, Odebrecht dijo que está “cooperando con las
autoridades brasileñas y extranjeras en las investigaciones”. Agregó que estima
que debe “cambiar el tenor de sus relaciones con organizaciones públicas y
privadas” y señaló que está “adoptando medidas para fortalecer el compromiso
con prácticas empresariales éticas y alentar la transparencia en todos los
actos con miras a dar vuelta la página e impulsar el desarrollo”.
En ningún lugar el escándalo ha resultado más nocivo que en
Perú, donde al presidente Pedro Pablo Kuczynski le cuesta cumplir su
promesa de impulsar el crecimiento mediante la inversión en infraestructura.
La
cancelación del contrato del gasoducto con Odebrecht postergó un plan de
infraestructura de US$ 70,000 millones. Otros proyectos
se han desacelerado debido a que se ha redoblado el escrutinio. El
ministro de Economía y Finanzas, Alfredo Thorne, se vio obligado a rebajar un
punto porcentual su pronóstico de crecimiento para 2017.
Durante más
de 10 años, Odebrecht encabezó una fuerte expansión de las compañías
constructoras brasileñas en la región. Funcionarios ofrecían miles de millones
de dólares por carreteras, trenes, aeropuertos y plantas de energía, y
Odebrecht participaba.
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