Las
clases medias de Europa y EEUU se están proletarizando, y más bien los
proletarios de los países emergentes como India, y China , Turquía etc, están ascendiendo
a la clase media esto es el origen de importantes fricciones internacionales.
¿A
qué clase media pertenece usted?
http://elpais.com/elpais/2017/03/11/opinion/1489257079_696935.html
Las agendas
divergentes entre países ricos y pobres están creando importantes fricciones
MOISÉS
NAÍM
12
MAR 2017 - 00:00 CET
El líder
ultraderechista holandés, Geert Wilders. JOHN THYS AFP
Hace seis
años escribí esto: “La principal fuente de los conflictos venideros no van a ser los
choques entre civilizaciones, sino las expectativas frustradas de las clases
medias que declinan en los países ricos y crecen en los países pobres”.
Mi argumento
en ese entonces —y que ahora se ha confirmado— es que las clases medias en Estados Unidos, Europa y otros países de
mayores ingresos verían empeorar su estándar de vida, mientras que en China,
Turquía, Colombia y otros países emergentes la situación económica de
los más pobres mejoraba. En ese mismo artículo señalé que tanto el aumento como
la disminución de los ingresos generan expectativas que alimentan la
inestabilidad social y política. La sorpresa, por supuesto, es que el aumento
de los ingresos de la gente en los países pobres sea una fuente de
inestabilidad. Más abajo vuelvo sobre esta paradoja. En ese artículo de 2011
también alerté de que “inevitablemente, algunos políticos en los países
avanzados aprovecharán este descontento
para culpar del deterioro económico al auge de otras naciones”. Y finalicé
pronosticando que las consecuencias internacionales de este choque de clases,
que entonces no eran obvias, acabarían siéndolo.
Bueno… lamentablemente,
ya lo son.
En estos
tiempos de Brexit, Donald Trump, Marine Le Pen, Geert
Wilders, Podemos y otras sorpresas políticas proliferan los análisis que
intentan descifrar las fuerzas que nutren “La Gran Furia”, ese profundo
descontento que lleva a los votantes a escoger a quien sea con tal de que no se
parezca “a los de antes”.
La
globalización,
la
inmigración,
la automatización,
la desigualdad,
el nacionalismo y
el racismo son solo algunas de las causas que más comúnmente se
mencionan para explicar “La Gran Furia”. Pero me ha llamado la atención que los
análisis no incluyen en su explicación lo que está sucediendo en Asia, América Latina o África. Una vez más, la
narrativa dominante trata como si fuera mundial un fenómeno regional que ocurre
principalmente en Norteamérica y en el Viejo Continente.
Los análisis
ignoran que la clase media, esa que en Europa y EE UU
está luchando para no perder su preeminencia económica, social y política
está en pleno apogeo en el resto del mundo. Para una familia en India que, por
primera vez, tiene ingresos que le permiten tener medicinas, casa, coche,
televisión, teléfonos inteligentes y algo de ahorros, la defensa de la
supremacía blanca que en EE UU motivó a muchos a votar por Donald Trump resulta
ininteligible.
El apogeo de
la clase media en países pobres es la principal revelación de un importante
estudio que acaba de ser publicado por Homi Kharas,
uno de los más respetados estudiosos de la cuestión. Sus cálculos indican que
hoy 3.200 millones de personas forman parte de la clase
media en el mundo, es decir el 42% de la población total. Para estos
cálculos, los investigadores e instituciones como el Banco Mundial definen como
clase media a las personas con ingresos diarios de
entre 11 y 110 dólares al día. Este segmento ha venido creciendo
rápidamente, pero a diferentes ritmos. Mientras que en Estados
Unidos, Europa y Japón crece anualmente al 0,5%, en China e India suma un 6% cada año.
Globalmente, la clase media aumenta
160 millones de personas al año y de seguir a este ritmo, en pocos años, la
mayoría de la humanidad vivirá, por primera vez en la historia, en hogares de
esta categoría. Si
bien las clases medias son hoy más numerosas que nunca en países como Nigeria, Senegal, Perú o Chile, su expansión es un
fenómeno primordialmente asiático. Según Kharas, la abrumadora mayoría (¡el 88%!) de los 1.000 millones de personas que formarán
parte de este estrato en los próximos años vivirá en Asia.
El impacto
económico de todo esto es enorme. El consumo de la clase
media en países de menores ingresos crece al 4% anual y ya equivale a un
tercio del total de la economía global.
Naturalmente,
los cambios que está experimentando la clase media tienen importantes
consecuencias políticas. En Europa y EE UU estas consecuencias ya las vemos en
los resultados de las elecciones, los referendos y en la proliferación de
improbables candidatos que promueven agendas inéditas. En los países de menores
ingresos, en los cuales la clase media crece a gran velocidad, también crecen rápidamente
las expectativas y exigencias. Estos nuevos protagonistas sociales más
tecnológicamente conectados, con más poder adquisitivo, más educación, más
información y más conciencia de sus derechos son una fuente de inmensas
presiones sobre gobiernos que no tienen la capacidad de satisfacer esas
expectativas.
La clase
media de los países ricos se siente amenazada y va a exigir a sus gobiernos
acciones y resultados que mantengan sus estándares de vida históricos. Al mismo
tiempo, la clase media de los países emergentes está más esperanzada que nunca
y luchará para que su progreso continúe.
Como ya lo
estamos viendo, estas agendas políticas divergentes son el origen de
importantes fricciones internacionales. Y lo seguirán siendo.
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Twitter @moisesnaim
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