Por
motivo de la automatización despedirán al 50 % de mexicanos de todos los
sectores en 10 años y al 64 % de los trabajadores fabriles, en México prefieren
divagar horas con motivo de la religión: religión
en el colegio , tareas escolares religiosas , marchas apoteósicas de la iglesia contra la ideología de género, proselitismo religioso , horas de misas ida y vuelta , es un desperdicio de
recursos humanos, a aparte que te predican
la pobreza como una condición necesaria para ir al cielo , en lugar de ello debería
aprender robotización y softwares
relacionados de manera urgente , en una situación similar están en Argentina y
Brasil aunque están mejor pues tienen materias primas .
Robots
contra maquilas: el riesgo para México que el huracán Trump no deja ver
http://internacional.elpais.com/internacional/2017/03/21/mexico/1490054996_606472.html
La
automatización pone en jaque el modelo industrial mexicano de las últimas
décadas, basado en la atracción de inversión por la vía de la contención
salarial
IGNACIO
FARIZA
México
21 MAR 2017 - 06:02 CET
.
Empleados de
una maquiladora en Ciudad Juárez. CHRISTIAN PALMA
IN ENGLISH
Beyond Trump: the hidden threat robots pose to the
Mexican economy
En pleno paseo de la Reforma, una de las principales arterias
de la Ciudad de México, kilómetros de
cableado y centenares de botones hacen desde hace tres meses las funciones que
hasta hace no tanto deberían haber llevado a cabo varias decenas de
trabajadores. Con capacidad para 700 vehículos, es
el mayor aparcamiento completamente robotizado de todo el continente americano y
un reflejo más del signo de los tiempos: el factor
trabajo queda claramente eclipsado por el avance tecnológico y cada vez más
empleos corren el riesgo de desaparecer. La misma imagen domina Ciudad Juárez, el corazón de la maquila
mexicana, donde los robots empiezan a conquistar
procesos productivos para los que hace no tanto las empresas necesitaban
contratar trabajadores.
La automatización es uno de los
mayores riesgos del empleo mundial en lo que resta de siglo. Pero el caso mexicano es
especialmente lacerante por su modelo de crecimiento, en el que la competencia
salarial desempeña un papel clave. Y sitúa a esta ola tecnológica imparable a
la misma altura en la clasificación de desafíos económicos que la retórica
incendiaria de Donald Trump en materia comercial. Sin embargo, a diferencia de
ésta, es un factor que permanece alejado de la agenda pública.
EL
GIRO PROTECCIONISTA EN EE UU, INCENTIVO DE LA AUTOMATIZACIÓN
Las promesas
proteccionistas de Donald Trump, que van desde la renegociación del tratado de
libre comercio que une a México con EE UU y Canadá desde 1994 hasta la puesta
en marcha de un impuesto a todos los productos fabricados por empresas
estadounidenses, es uno de los factores que más puede acelerar la robotización
en los próximos años. “Puede pueden
acelerar la robotización: empresas que producían en México fundamentalmente
por el menor coste de la mano de obra, ahora pueden verse tentadas a trasladar
su producción a EE UU con un peso mayor de la robotización”, apunta Tony Payan, del Baker Institute. El caso de Carrier
es, a su juicio, paradigmático: el fabricante de aparatos de aire acondicionado
ha renunciado a trasladar parte de su producción a México a cambio de
importantes incentivos fiscales. “El daño está hecho para México, pero apenas
va a crear empleo en Estados Unidos, como prometía Trump. Casi todo estará
automatizado”, cierra.
México es,
según un reciente estudio de la consultora McKinsey, el séptimo país del mundo
en el que mayor porcentaje de empleos (el 52%) corren riesgo
de ser reemplazados por máquinas. Esta cifra asciende hasta el 64% en el caso de
la industria, una de las principales fuentes de empleo en el país
norteamericano. Y este proceso de automatización, lejos de ser a largo plazo,
tiende a acelerarse a medida que caen los costes de implantación robots en la
cadena productiva. Según los datos de la Federación Internacional de Robótica, las ventas de robots en México aumentaron un 120% en 2015,
muy por encima de Estados Unidos y
Canadá. Y esta tendencia no ha hecho más que comenzar.
“México tiene una
porción superior de empleos susceptibles de ser robotizados que otros países y
eso provoca que el riesgo de la automatización esté, al menos, al mismo nivel
que el giro proteccionista de EE UU”, apunta Mark Muro, especialista en economía digital e
impacto de la tecnología sobre el crecimiento del think tank Brookings. “La extensión de la automatización reemplazará el empleo de
bajo coste que predomina en la industria mexicana y erosionará su principal
fuente de ventaja competitiva [el menor precio de la mano de obra]. Es
algo que ya ha sucedido en China y que ocurrirá en México”, añade.
A diferencia
de lo ocurrido en otros países, como la propia China,
donde los costes laborales han tendido a aumentar a medida que la economía se
desarrollaba y abarcaba sectores de producción de mayor valor agregado,
México
ha apostado en las últimas décadas por la contención salarial para evitar la
fuga de empresas manufactureras y atraer más inversión. Pero la robotización es un claro
límite para ese modelo de crecimiento. “En la mayor parte de maquilas contratar
a cuatro trabajadores en México es, todavía hoy, más barato que instalar un
robot en Estados Unidos. Pero la robotización es cada
vez más barata y en muchas industrias, como la automotriz, ya es más rentable
un robot que contratar a cuadrillas de trabajadores.”, apunta Tony
Payan, director de estudios mexicanos del Baker Institute.
Aunque el porcentaje de empleo susceptible de ser automatizado en
Brasil (50%) y Argentina (48%) no dista mucho del mexicano, la
estructura productiva del país norteamericano lleva aparejada un riesgo
adicional: es la única de las grandes
economías de América Latina que depende más de las exportaciones de
manufacturas —donde la robotización más se ha acelerado— que de materias
primas. “Hace años, la planta laboral era el insumo más importante de casi
todas las industrias. Ya no, y cada vez menos. Ahí es donde el modelo maquilador mexicano comenzará a
entrar en crisis”, agrega Payan. “Apostarle a la manufactura como gran fuente de empleo hoy es
un error estratégico”.
Empleados de
una maquila de Ciudad Juárez. J. L. G. REUTERS
Una o, como
máximo, dos décadas. Ese es el plazo máximo de que dispone México para revertir ese inexorable y oscuro destino para el
empleo. “Lo novedoso de este proceso de cambio
tecnológico es que es mucho más rápido que los anteriores”, subraya Juan
Chacaltana, especialista en políticas de empleo de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT). Y es que, aunque regiones como Querétaro, muy
centrada en el sector aeroespacial, sí lucen adaptadas a la industria 4.0, la
vulnerabilidad ante este giro tecnológico es la nota predominante en amplias
zonas del país.
¿Qué
pueden hacer las autoridades mexicanas para revertir este aparentemente
inexorable panorama a medio plazo? La primera respuesta es común a todos los analistas
consultados: mirar a largo plazo y salir del círculo vicioso en el que ha
entrado el debate público mexicano desde la llegada de Trump a la Casa Blanca. “Veo a toda la clase política demasiado
centrada en salvar el TLCAN. Lidiar con la robotización será tarea de la
siguiente administración: va a tener la enorme tarea de reconvertir la
economía. Pero no hay tiempo que perder”, remarca Tony Payan, del Baker
Institute. En esa reconversión, el fortalecimiento del mercado interno en
detrimento de la dependencia exportadora es moneda de cambio habitual en los
programas electorales de todos los partidos. Pero su concreción, a un año vista
de las elecciones federales, es una incógnita.
La segunda respuesta —y no por recurrente menos
importante— es la educación. En un cambio
tecnológico de esta envergadura conviven dos efectos sobre el empleo: uno
negativo de sustitución (destrucción de puestos de trabajo en favor de la
automatización de procesos productivos) y otro positivo de complementariedad
(aumento de remuneración derivado de la mayor productividad). “De lo que se
trata es de hacer que el segundo pese más que el primero. Y para eso, al
capacitación de los trabajadores es clave”, subraya Chacaltana, de la OIT. “O se instruye en
tecnología, o países en desarrollo como México van a sufrir mucho desempleo en
el futuro. Y el tiempo se agota”, añade
Javier Acosta, primer ejecutivo de Mechatronics, una empresa mexicana puntera
en el desarrollo de tecnologías industriales. Lejos de acompañar en este
proceso, la acción política del Gobierno mexicano ha ido en la dirección
opuesta: la educación pública fue la segunda
partida del presupuesto mexicano que más soportó los recortes el año pasado. Y
casi todo lo invertido se va en salarios de profesores.
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