La
popularidad del presidente Trump cayó a 36 % por la debacle del Obamacare y si sus proyectos no pasan el senado la economía
de EEUU se paralizará en abril
El
costo de la creciente impopularidad del presidente Trump
http://gestion.pe/politica/costo-creciente-impopularidad-presidente-trumpjonathan-bernstein-2185863
Martes,
28 de marzo del 2017
Previamente
había caído ligeramente por debajo del punto más bajo de Barack Obama; ahora se
encuentra más abajo que Bill Clinton o Gerald Ford en su peor momento.
(Bloomberg) La primera encuesta de
aprobación presidencial de Gallup después del
fracaso de la iniciativa del presidente Donald Trump para reemplazar la reforma
sanitaria conocida como Obamacare mostró que el nivel de aprobación de Trump cayó a 36%, un nuevo mínimo.
Previamente
había caído ligeramente por debajo del punto más bajo de Barack Obama; ahora se encuentra más abajo que Bill Clinton o Gerald Ford
en su peor momento.
¿Quién sigue
en la lista? El nivel mínimo de aprobación alcanzado por Ronald Reagan fue de 35%, cuando los efectos de una
profunda recesión alcanzaron su peor momento en enero de 1983, con un desempleo
de más de 10%.
Lyndon
Johnson igualó ese
número en agosto de 1968, después de que la oposición generalizada a la guerra
en Vietnam hizo que desistiera de buscar la reelección. El que Trump casi haya alcanzado su mismo nivel sin esos
cataclismos es todo un logro. (1)
Deberíamos
ir más allá de ese titular, sin embargo, con una advertencia importante. Realmente no es tan impopular, quizá.
Gallup ha publicado resultados más bien bajos para Trump.
Por otro lado,
uno de los mejores encuestadores de Trump, Rasmussen,
reveló que su popularidad cayó a 45%. Los promedios de las encuestas
mostraron a Trump en nuevos mínimos: RealClearPolitics
en 42.1%,
FiveThirtyEight en 41.8% y
HuffPollster en 40.3%. Son números horribles, pero no son el
desastre total que Gallup publicó hoy. (2)
Lo que está
claro es que estos números terribles
coinciden con lo que normalmente es el período de luna de miel, y Trump
sigue estando muy por debajo que todos los demás presidentes de la era de las
encuestas en este momento en su presidencia.
La mejor
noticia para Trump es que Reagan y Clinton se
recuperaron de números tempranos muy malos y lograron ser reelegidos con
bastante facilidad.
La mala
noticia es, bueno, todo lo demás, incluida la posibilidad de que los promedios
de las encuestas todavía no reflejen plenamente las reacciones a la debacle de
la iniciativa de atención médica.
Y la
posibilidad de que todavía estamos viendo un efecto de luna de miel, lo cual
significaría que el nivel de aprobación de Trump podría caer todavía más a
medida que ese efecto desaparezca.
Lo que
importa son los efectos que la impopularidad de Trump está teniendo para él
ahora mismo. (3) Y si sus números siguen cayendo en las encuestas, vamos a ver
efectos aún mayores.
Todos los
que tratan con él tendrán menos probabilidades de hacer lo que Trump quiere.
Eso varía mucho dependiendo de cómo sus circunscripciones particulares se
sientan con respecto a él. Incluso para quienes son más pro-Trump, bajos
números generales de aprobación hacen que sea un poco menos probable que hagan
lo que pide.
Y quienes pertenecen a grupos que realmente
lo odian estarán bajo creciente presión para encontrar maneras de demostrar su
oposición. Si eso suena como los partidarios poco entusiastas y la
confianza de la oposición que Trump encaró durante la debacle de la iniciativa
de atención médica, es correcto – ahora
imagínese si pelea sus próximas batallas con números aún más bajos.
Esto se
extiende mucho más allá de los miembros del Congreso a los burócratas, los
gobiernos estatales, los grupos de interés, e incluso los jueces y líderes de
naciones extranjeras.
Así, por
ejemplo, los republicanos necesitan aprobar una nueva
ley de gastos a fines de abril, o de lo contrario el gobierno se
paralizará, pero como detalla Ed Kilgore, los conservadores podrían agregar
elementos en la Cámara –como quitarle fondos a Planned
Parenthood- lo que podría volver casi imposible lograr la aprobación del
Senado.
Suponiendo
que Trump quiera evitar una paralización del gobierno, no sólo querrá que los
conservadores de la Cámara de Representantes demoren esa batalla, sino que
también querrá que los grupos pro-vida esperen también – ya que muy pocos republicanos
de la Cámara están dispuestos a hacer frente a esos grupos.
No es una
petición inusual de la Casa Blanca a los grupos de interés: no tomar una
posición diferente, sino simplemente mirar hacia otro lado durante un tiempo y
guardar una gran pelea para otro momento. Y esta es una petición que es más
probable que se conceda a un presidente popular que a uno impopular.
Todo, desde
las decisiones de los burócratas sobre si filtrar o no
información perjudicial, hasta las decisiones de los jueces de cuestionar
a la administración puede verse afectado por la (im)popularidad del presidente.
Trump y la
gente que lo rodea pueden no darse cuenta de lo perjudicial que es para él la
situación. Pero hace tiempo que es necesario reemplazar a los líderes de la
Casa Blanca que no se dan cuenta de lo que está en juego para la presidencia de
Trump.
(1) Todos
estos presidentes tienen mínimos muy por debajo de los de Dwight Eisenhower y
John Kennedy. Harry Truman, Richard Nixon, Jimmy Carter, George H.W. Bush y
George W. Bush cayeron por debajo del 30% en algún momento.
(2) Una
segunda advertencia: la era de las encuestas Gallup diarias comenzó con la
presidencia de Obama y, en general, cuanto más retrocedemos en el tiempo, hay
menos encuestas de Gallup. Eso significa dos cosas. En primer lugar, con
encuestas menos frecuentes, es más probable que Gallup simplemente no haya
detectado el punto más bajo (o más alto) de las presidencias anteriores. Además
de eso, las encuestas frecuentes significan que es más probable obtener una
lectura extrema sólo por casualidad.
(3) Me
centro en el gobierno en esta columna, pero hay un importante efecto electoral:
las decisiones de los candidatos de postularse o no, dependiendo de lo que
piensen que ocurrirá en el 2018. Si Trump sigue siendo
impopular por algunos meses más, empezará a favorecer victorias para los
demócratas en las elecciones de medio término, incluso si se recupera
algo para ese momento.
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