FMI
predice recesión en América latina en promedio 0,3 % este 2015; La Dra Lagarde
teme que confluyan todos los factores negativos al mismo tiempo y la economía
mundial entre en coma durante años. El FMI advirtió sobre una ola de cesaciones
de pagos de empresas, calculados en casi US$ 700,000,000,000 de dólares en estos meses.
Nota del autor del Blog : este 2015 para Ecuador prevé una recesión de 0,6 %; para Venezuela 10 % de recesión,
con inflación de 100 % o más; y para Brasil
3 % de recesión; para Argentina predice un
crecimiento de 0,4 % pero recesión del 0,7
% el 2016.
El
reto de Lagarde en su último año en el FMI
http://lat.wsj.com/articles/SB11265897223925794094804581277720558365428?tesla=y
La directora
gerente del FMI, Christine Lagarde, en una visita a Machu Picchu. PHOTO:
STEPHEN JAFFE/AGENCE FRANCE-PRESSE/GETTY IMAGES
Por IAN TALLEY
Miércoles,
7 de Octubre de 2015
0:03 EDT
Cuando han
transcurrido más de cuatro años desde que asumió el timón de una institución en
crisis, Christine Lagarde enfrenta algunas de
las condiciones más volátiles de los mercados desde la crisis financiera, un
reflejo de las preocupaciones sobre el curso de la economía mundial.
Conseguir
que los líderes mundiales de las finanzas coordinen una política capaz de
reactivar un panorama cada vez más sombrío se ha
transformado en un gran dolor de cabeza durante el último año de su mandato.
Para ayudar
a la economía mundial a eludir otra crisis, Lagarde tendrá que desplegar sus
poderes de persuasión durante los próximos meses para encantar, engatusar
y empujar a los líderes hacia lo que considera una actualización urgente de
políticas.
“Hay que hacer algo ahora”, enfatizó de cara a la reunión anual
del FMI, que comienza a fines de esta semana en Lima.
El Fondo,
que pertenece a sus 188 países miembros, lanzará
serias advertencias en los próximos días de que la economía global corre el riesgo de registrar un crecimiento anémico
durante años, o incluso estancarse, si las autoridades no actúan en
forma concertada para estimular el crecimiento.
“Mi mayor preocupación es
que la combinación de factores negativos ocurran todos al mismo tiempo”, manifestó en una entrevista
reciente.
Después de
más de una década de crecimiento estelar, los mercados emergentes están
entrando en una etapa marcada por un crecimiento mediocre y turbulencias en los
mercados. Los inversionistas se están retirando en masa
ante una desaceleración inesperadamente rápida en China, la segunda economía
del mundo.
El FMI advirtió sobre una
ola de cesaciones de pagos de empresas tras cinco años de abundante crédito barato provisto por los
bancos centrales. Los problemas de las economías emergentes amenazan con
propagarse a los mercados estadounidenses.
Lagarde, que
está en el último de sus cinco años al frente de la institución multilateral, le pide a la Reserva Federal de Estados Unidos que espere hasta el año próximo antes de
realizar su primer aumento de las tasas de interés en casi una década.
También
presiona a los líderes de la zona euro para que resuelvan el problema de la cartera de
préstamos incobrables que socava el crecimiento. Además, exhorta a los
países emergentes a que lleven a cabo las reformas económicas e inversiones en
infraestructura necesarias para reavivar el crecimiento.
“Además del sufrimiento
desgarrador por los conflictos y la migración forzada, la dislocación económica
y la baja actividad tienen un costo humano”, dijo Lagarde en un discurso
pronunciado la semana pasada. Más de 200 millones de personas están
desempleadas en todo el mundo, la
desigualdad en ingresos y riqueza continúa en ascenso y las mujeres siguen
en desventaja, alertó.
Nacido de
las cenizas de la Segunda Guerra Mundial, el FMI fue diseñado para ayudar a que
la economía internacional evitara las crisis económicas que fomentan la
inestabilidad política. Aunque se supone que sus reglas constituyen una guía de
las mejores prácticas para los países miembros, Lagarde tiene pocas facultades
para obligarlos a corregir las políticas dañinas a menos que soliciten
préstamos de emergencia.
Puesto que
la mayoría de las mayores economías del mundo no se encuentran en un programa
de préstamos, el único recurso a disposición de Lagarde es la diplomacia
respaldada por el arsenal de estudios económicos del FMI. “Puedo ser franca”,
reconoció, “pero respetuosa”.
Mientras
trata de persuadir a las potencias mundiales reacias a seguir las
recomendaciones del FMI, Lagarde recorre el mundo para mantener la presión
sobre los países que están en crisis, con una mezcla de aliento y suaves intimidaciones.
Durante una
visita a Kiev el mes pasado, advirtió al
gobierno de Ucrania que debe cumplir los compromisos que asumió al recibir un paquete
de rescate. Un día más tarde, en Túnez, instó a
la frágil coalición de gobierno a acelerar una reforma de la economía. Después
de un vuelo nocturno a Monrovia, reprendió a
puertas cerradas al ministro de Finanzas de Liberia,
Amara Konneh, y le pidió que resolviera las discrepancias en el presupuesto en
materia de contratos de infraestructura.
Sonríe a
menudo para suavizar los mensajes más duros. Ser mujer en las esferas de poder
dominadas por los varones ayuda, dice. “Los hombres tienden a ser un poco más
territoriales, de modo que si no represento una amenaza física, los hombres no
tienen necesidad de presumir”.
Mientras
Janet Yellen, como presidenta de la Reserva Federal de EE.UU., dirige la
institución financiera más poderosa del mundo, esta parisina de 59 años, con
una predilección por los pañuelos de seda y unos ojos color avellana de mirada
directa, es la que capta buena parte de la atención durante las cumbres
internacionales.
Lagarde es
discreta respecto de si planea buscar un nuevo mandato en el FMI o si aspira a
un cargo diferente: ser la primera presidenta de
Francia. Dice que tomará una decisión a finales de año. “Entonces tendré
que decidir realmente (...) con una agenda personal y familiar, lo que puedo
hacer”.
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