Con
disciplina, usted podrá predecir mejor que los expertos (¡caray! lea mi blog es
gratis , les gane al 98 % de expertos economistas de EEUU sobre la supuesta elevación de la tasa de interés, etc,
) no solo eso sino que la gente común y corriente
entrenada gano , por goleada y sin ser economista y los mejores predictores
aficionados fueron, en promedio, 30% más certeros que los expertos que tenían
acceso a información confidencial
Ben
Bernanke y el cuentito del pastorcito mentiroso
Por Michael Casey y Nicholas Hastings del WSJ
http://economiaytecnologiaentrujillo.blogspot.pe/2013/06/ben-bernanke-y-el-cuentito-del.html
escrito
el 12 de Junio del 2013 hace mas de 2 años
Buenas en el cuentito el
pastorcito decía ¡viene el lobo!, ¡viene
el lobo! y se reía cuando acudían a
ayudarlo.
En la FED Ben Bernanke dice :
¡Se acaba la flexibilización monetaria!
¡ Dejare de emitir los 85,000
millones mensual!
¡La recuperación económica de EEUU es una
realidad !
¡ Y subiré rapidito
las tasas de interés!
Y los inversionistas acuden en
manada dejando caos y destrucción en su retiro.
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Y a lo largo del blog escribía hasta
hace poco “antes que suba
la tasa de interes EEUU entrara en recesión”
Antes
que la FED aumente la tasa de interés, EEUU entrará en recesión. Deducido del
articulo de Jon Hilsenrath del WSJ.
http://economiaytecnologiaentrujillo.blogspot.pe/2015/05/antes-que-la-fed-aumente-la-tasa-de.html
Escrito
el 18 de mayo del 2015
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Con
disciplina, usted podrá predecir mejor que los expertos
http://lat.wsj.com/articles/SB10142182081238163677304581267043029471306?tesla=y
PHOTO:
CHRISTOPHE VORLET
Por JASON ZWEIG
Actualizado
Domingo, 4 de Octubre de 2015 11:36 EDT
¿Acaso
alguien sabe jugar este juego?
Tres tercios
de los fondos mutuos de acciones estadounidenses no han superado el desempeño
del mercado durante la última década.
El
año pasado, 98% de los economistas proyectó un alza de las tasas de interés en
Estados Unidos, pero en
realidad cayeron. La mayoría de los analistas de energía no previó el colapso
del precio del petróleo de US$145 el barril en 2008 a US$38 el barril hace unos
meses, ni el repunte de 15% desde entonces.
Un nuevo
libro sugiere que a los amateurs les podría ir mejor que a los expertos,
siempre y cuando sigan algunas directrices.
Opino que el
libro de Philip Tetlock y el periodista Dan Gardner
Superforecasting: The Art and Science of Prediction
(algo así como Superpronosticación:
el arte y la ciencia de la predicción) es la obra más importante que
se ha escrito sobre la toma de decisiones desde Pensar rápido, Pensar despacio,
del premio Nobel de Economía Daniel Kahneman.
(Ayudé a escribir y editar el libro de Kahneman, pero no recibí ninguna regalía
a cambio).
El propio
Kahneman concuerda. “Es un manual sobre cómo pensar en forma sistemática en el mundo real”,
me comentó. “Este libro muestra que bajo las circunstancias adecuadas la gente
común y corriente es capaz de mejorar su criterio lo suficiente para derrotar a
los profesionales en su propio juego”.
El libro es
muy poderoso porque Tetlock, psicólogo y profesor de
gestión de la Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania, dispone
de un tesoro de información. Acaba de terminar la primera etapa del denominado Proyecto del Buen Criterio, en el que 20.000
pronosticadores amateur compiten con algunos de los mayores expertos del mundo.
Ganaron
los amateurs, por goleada.
Sus previsiones fueron correctas más a menudo y la confianza en sus
proyecciones, medida por las probabilidades que asignaron a acertar, fue más
precisa.
Los que se
ubicaron en el 2% superior, a quienes Tetlock
llama “superpronosticadores”, poseen una
inteligencia por sobre el promedio, pero distan de ser genios. Muchos son
matemáticos, científicos o ingenieros de
software, pero también había un farmacéutico, un instructor de Pilates, un
empleado del departamento de bienestar del estado de Pensilvania y un
entrenador canadiense de hockey subacuático.
Los
predictores compitieron en Internet contra otros cuatro equipos y contra
expertos en inteligencia del gobierno estadounidense respondiendo casi 500
preguntas en el transcurso de prácticamente cuatro años.
¿Se exiliará
el presidente de Túnez el próximo mes?
¿Superará la cotización del oro los US$1.850
el 30 de septiembre de 2011?
¿Acordará la
OPEP un recorte de la producción de crudo antes o durante su reunión de
noviembre de 2014?
Después de
aplicar rigurosos controles estadísticos, los mejores predictores aficionados fueron, en promedio, 30%
más certeros que los expertos que tenían acceso a información confidencial.
No sólo eso. El total del grupo de los amateurs superó el desempeño del grupo
de expertos.
Las personas
más cuidadosas, curiosas, de mentalidad abierta, persistentes y autocríticas
—virtudes evaluadas por una serie de pruebas psicológicas— fueron las mejores.
“Lo que uno piensa es mucho menos importante que cómo uno piensa”, sentencia
Tetlock. Los superpronosticadores consideran sus opiniones “como hipótesis que deben ser
probadas, no como tesoros que deben ser resguardados”.
La mayoría
de los expertos, al igual que la mayoría de la gente, “llega a una conclusión
con demasiada rapidez y cambian de parecer con demasiada lentitud”, explica. A
los expertos, además, no sólo se les paga para acertar, sino también que para
exhibir certeza: demostrar arrogancia a
pesar de que la evidencia es escasa o ambigua.
El objetivo
de la iniciativa era obligar a los predictores “a ser despiadadamente honestos
acerca de por qué piensan lo que piensan”, enfatiza Tetlock.
En primer
lugar, los participantes recibieron materiales de capacitación que explicaban
los fundamentos de las probabilidades en un mundo incierto. Luego, se les pidió
que buscaran información que pudiera refutar sus presunciones, y hacerlos
cambiar de idea, modificando sus proyecciones a medida que surgen nuevas
evidencias.
Un
pronosticador escribió un programa de software que clasificó sus fuentes de
noticias y opinión en línea por ideología, tema y origen geográfico y luego le
indicaba qué material leer para obtener los puntos de vista más diversos.
Después de
cada desenlace, los superpredictores analizaron no sólo si sus previsiones
habían acertado, sino también si su razonamiento era correcto y las
probabilidades que habían asignado eran demasiado altas o bajas.
Warren
Hatch, analista de McAlinden Research Partners, una firma de investigación sobre inversión de Nueva
York, cuenta que aprendió que “solamente porque uno sabe mucho acerca de algo no quiere
decir que serás un buen pronosticador en esa área”. Reconoce que
darse cuenta de que “fallé en casi todas” las preguntas estrechamente
relacionadas con las finanzas lo ayudó a ser más “humilde”.
Joshua
Frankel, un cineasta y director de ópera de Brooklyn, Nueva York, dice que la
competencia le enseñó “a mirar el mundo de una manera menos binaria, pensar
mucho más en términos de probabilidades”.
Si le
interesa cultivar estas destrezas puede visitar GJOpen.com
y sumarse a la próxima ronda del torneo. También puede tratar de refinar su
manera de pensar.
Empiece al
concentrarse en la “tasa base”, es decir la experiencia histórica promedio. Si
considera que es una buena idea invertir en una salida a bolsa, no se sumerja
en los detalles de si esta empresa está destinada a ser la próxima Google. En
lugar de ello, parta de la suposición de que igualará los retornos de un debut
bursátil promedio, que en EE.UU. se ubica entre dos y tres puntos porcentuales
por debajo del mercado a largo plazo.
Luego,
pregúntese que es lo que la empresa tiene que hacer para superar ese promedio
por, digamos, cuatro puntos porcentuales al año, lo suficiente para derrotar al
mercado. Elabore una lista con todas las compañías que lo han hecho y busque un
denominador común. ¿Acaso esta salida a bolsa tiene los mismos vientos a su
favor? Escriba sus justificaciones en detalle y asigne una probabilidad
numérica, con la mayor precisión posible, de que acertará.
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