Este
2015 saldrán US$500,000,000,000 de los países
emergentes, mientras se acentuará la caída de los precios de varias materias
primas.
Los
que ahorraron en el auge ahora pueden amortiguar la caída del crudo
http://lat.wsj.com/articles/SB10816626146984153282204581287840929911076?tesla=y
La refinería
Atyrau, operada por KazMunaiGas National Co., en Kazajistán. PHOTO: ANDREY
RUDAKOV/BLOOMBERG NEWS
Por IAN TALLEY
Lunes,
12 de Octubre de 2015
0:04 EDT
LIMA—El desplome de los precios de las
materias primas está golpeando a los exportadores de petróleo en todo el mundo,
pero la magnitud de la paliza depende en gran parte de si los gobiernos
aprendieron las lecciones de los ciclos anteriores de auge y caída.
Noruega
y Arabia Saudita han
acumulado montos considerables en fondos de estabilización y gestionaron en
forma conservadora las ganancias imprevistas producidas durante el boom. Ahora,
tienen un colchón considerable para hacer frente a una caída de los precios.
Nigeria
y Venezuela, en cambio,
derrocharon sus recursos e hicieron pocas reformas económicas mientras la
cotización del crudo estaba en alza. Ahora, sufren las consecuencias de un
menor crecimiento.
El fin del
auge de las materias primas afecta a los países ricos
en recursos naturales que representan 20% de la producción económica mundial. El
descenso de la cotización del petróleo ayuda a algunos de los mayores
consumidores, como EE.UU. y Europa, que son clave para impedir que la economía
global entre en recesión, pero ha generado menos estímulo mundial que lo que se
preveía hace apenas un año. Esto obliga a las economías más vulnerables a tener
que buscar soluciones en un entorno incierto.
“La caída del precio
del petróleo fue una sorpresa”, dijo el ministro de Finanzas de Angola,
Armando Manuel. “Encontró a mi país en un estado en el que no estábamos
lo suficientemente diversificados”.
El
colapso de las materias primas y sus efectos sobre las economías emergentes captaron la atención de los
ministros de Hacienda y banqueros centrales reunidos en Lima durante el fin de
semana para la reunión anual del Fondo Monetario Internacional, que terminó el
domingo.
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El problema no se limita al crudo, sino que abarca a
las principales economías emergentes, de Brasil a
Sudáfrica. Los precios de los metales siguen postrados, lo que afecta a
los exportadores de hierro, cobre y otras materias
primas industriales.
Los
padecimientos de los exportadores de petróleo pueden ser un preludio de lo que les aguarda a otros grandes
exportadores de commodities.
El
FMI redujo de más de 6% hace un año a 4% la proyección de crecimiento para 2015
de Nigeria, que antes del derrumbe obtenía casi 65% de sus ingresos de
las exportaciones de crudo. Igualmente, el crecimiento de
Kazajistán caerá de 6% a 1,5% este año.
En Venezuela, donde el Estado recibe la mitad de sus ingresos de
las ventas de petróleo, la economía retrocedería 10% este año, según el
FMI.
Nadie espera
que el derrumbe de los precios del petróleo se disipe muy pronto, lo cual
proyecta una larga sombra sobre los países que dependen de las exportaciones
del combustible. La demanda ha disminuido, sobre todo tras la desaceleración de
China, la segunda economía del mundo y un consumidor voraz de energía.
A pesar del
leve repunte de la semana pasada, muchos economistas y operadores prevén que
los precios del petróleo se mantengan bajos debido al exceso global de
suministro. “No hemos tocado fondo todavía”, advirtió Ed Morse, jefe global
de investigación de materias primas de Citibank.
Los países
en aprietos fueron advertidos a tiempo. La idea de una “maldición de los
recursos” ha perseguido a los exportadores de materias primas durante décadas.
Numerosos países establecieron fondos de estabilización, aunque en muchos casos
“fueron
saqueados por los gobiernos de turno”, dijo Nancy
Birdsall, presidenta del Centro para el Desarrollo Global.
Aunque los países ricos en recursos naturales redujeron el gasto,
el FMI estima que el déficit fiscal promedio de
esas naciones se ha disparado en casi 7% del PIB,
un agujero de financiación del que no es probable que puedan salir rápidamente.
En el caso de algunos países de Medio Oriente y el
Norte de África, la pérdida de ingresos asciende a una cuarta parte del PIB, calcula la entidad.
Las
petroleras estatales que llenan las arcas nacionales aprovecharon la deuda
barata para financiar costosos proyectos de producción. Ahora, el plan de la
Reserva Federal de EE.UU. de elevar sus tasas de interés está aumentando los
costos de endeudamiento, al mismo tiempo que las perspectivas de crecimiento se
atenúan. Eso es lo que está echando sobre los hombros de los contribuyentes la
deuda de
petroleras
estatales como Petróleos de Venezuela SA, cuyas obligaciones representan
más de 20% del PIB venezolano, o de
Petróleos
Mexicanos, cuya deuda es de casi 15% del PIB del país.
Un factor
que agrava la situación es que los inversionistas se están retirando en masa. El Instituto de Finanzas Internacionales estima que,
durante este año, el monto de los fondos que salen de los mercados emergentes superará a los ingresos en US$500.000 millones, marcando el primer gran éxodo de capitales
de los países en desarrollo en casi tres décadas.
“Las condiciones
financieras tienden a empeorar significativamente precisamente en momentos en
que los exportadores de materias primas necesitan financiamiento”, dijo Vitor
Gaspar, director del departamento de Finanzas Públicas del FMI.
Algunos
países están tomando decisiones difíciles sin dilación. Angola, que obtuvo alrededor del 90% de sus ingresos de la venta de crudo,
recortó el precio del petróleo en su presupuesto de US$98 el barril el año
pasado a US$40 este año, reduciendo el gasto público en hasta 50%.
Hace un año,
el gobierno dedicó US$550 millones al mes para subsidiar el gasto en
combustible de la población. Ahora, recortó el subsidio a US$140 millones
mensuales. En la capital, Luanda, el gobierno está aplazando algunas
inversiones en infraestructura, dijo Manuel.
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