Este
es el futuro que les espera a las FARC por deponer las armas y querer
reintegrarse al aparato estatal que antes combatieron ; ser asesinados de 15 en 15
El
asesinato de varios líderes sociales alerta de un repunte del paramilitarismo
en Colombia
http://internacional.elpais.com/internacional/2016/04/02/colombia/1459608847_855574.html
Entre 15 y
30 personas, vínculadas a formaciones de izquierda, han sido asesinadas en lo
que va de año
SALLY
PALOMINO
Bogotá
2 ABR 2016 - 17:18 CEST
.
Protesta en
Bogotá contra el asesinato de líderes sociales. Movice
Le
dispararon cuando terminó un partido de fútbol. Klaus Zapata quedó tendido en
la cancha con dos balazos en la espalda. El líder de
izquierda de 24 años, miembro de la juventud
comunista, fue asesinado el pasado seis de marzo en Soacha, en el sur de
Bogotá. Su nombre entró a la lista que tiene en alerta a las organizaciones de
defensores de derechos humanos y activistas.
La ONG Somos defensores tiene el registro de 15
asesinatos y más de 50 hostigamientos a líderes
sociales en lo que va del año, mientras que la Unión
Patriótica (UP), movimiento de izquierda, denuncia al menos 30 homicidios por razones políticas en los tres
primeros meses del 2016. La Fiscalía, entre tanto, asegura que hasta ahora,
solo se ha podido identificar el móvil político en diez casos. Por la muerte de
Klaus Zapata hay una orden de captura contra el presunto autor material, pero
poco ha avanzado la investigación que permita saber quién estuvo detrás del
crimen. La preocupación de la familia del joven se ha trasladado a un debate
nacional, en donde algunos sectores temen por el resurgimiento
y consolidación de estructuras paramilitares, los grupos armados de
derecha que tuvieron el respaldo de algunos mandos militares y que, aunque se
desmovilizaron en el año 2006, sus reductos siguieron actuando bajo el título
de bandas criminales (bacrim).
“Se
evidenció que la autoría del 66% de los asesinatos de líderes sociales
registrados el año pasado estuvo en manos de esas bandas. Tememos que se estén
consolidando y que este año el saldo sea peor”, asegura Carlos Guevara, vocero
de Somos defensores. La Organización de Naciones Unidas (ONU) reveló en un
reciente informe que en el 2015 fueron asesinados 63
defensores de derechos humanos y 885 fueron víctimas de hostigamientos.
La ONU
también alertó sobre la falta de protección por parte
del Estado. Una preocupación sobre la que han venido alzando la voz en
los últimos días diferentes organizaciones. Hace dos semanas en el centro de
Bogotá, una concentración de líderes pidió al Gobierno que se cree una comisión
de alto nivel para evaluar la situación de riesgo a la que están expuestos. Diana Gómez, del Movimiento de
Víctimas de Crímenes de Estado (Movice), habla de la necesidad de que un
grupo especializado haga veeduría a las denuncias que han hecho. “Pedimos
que haya una supervisión de entes internacionales. Las cifras nos están
alarmando, las intimidaciones son muy fuertes”, dice Gómez. Ella y
otros activistas de izquierda temen que se repita el horror que vivió en los
años 90 con el exterminio de la Unión Patriótica, el partido política de
izquierda, cuyos dirigentes más destacados fueron asesinados.
El
Gobierno, alerta ante denuncias
Tras el
asesinado de Klaus Zapata, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo,
anunció la creación de un grupo que investigará los asesinatos de líderes
sociales y defensores de derechos humanos. Tendrá representación de
organizaciones sociales y de todos los lineamientos políticos. “Sabemos que en
momentos en que se acerca la posibilidad de firmar un acuerdo de fin del
conflicto hay fuerzas oscuras interesadas en generar inestabilidad, pero no van
a lograr este propósito”, aseguró. Dijo además que en la primera semana de
abril se harán visitas a Cauca y a Sucre, las zonas en donde más casos de
violencia se han reportado.
Sin embargo,
para algunos el anuncio no es suficiente. Heiner Gaitán,
responsable político de la juventud comunista en Soacha, reflexiona sobre la
necesidad de que se reconozca la reactivación del fenómeno paramilitar en el
país. “Vemos que en la medida en que se acerca la paz, se agudiza la
presencia de la violencia de derecha, hay bandas, hay amenazas, hay muertos”,
asegura. Cuenta que Klaus Zapata había denunciado días antes de su muerte la
presencia de cárteles de microtráfico de drogas en su localidad y que su labor
había empezado a tomar fuerza en Soacha, uno de los sectores más pobres y
violentos de Bogotá.
Según Somos Defensores, las regiones más afectadas con las
recientes agresiones coinciden con las zonas prioritarias para la
implementación de los proyectos determinados por el Gobierno y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD),
tras la firma de la paz. Estos territorios son los que han sufrido más los
efectos del conflicto y en donde se espera que se concentren los esfuerzos para
mejorar su economía y su desarrollo después del acuerdo entre las FARC y el gobierno. “Hay que pensar en lo que se puede venir con el posconflicto. Nos
hemos reunido con líderes de países que han pasado por procesos de paz y es
parte de la degradación de la guerra que la violencia contra activistas
aumente”, agrega Gómez, del Movice.
Klaus fue asesinado
a tiros por la espalda en una cancha de fútbol. Los asesinos lo buscaron en el
lugar en donde, dicen sus amigos, siempre intentaba desconectarse de la difícil
realidad de su barrio, pero la violencia lo alcanzó en donde menos le esperaba.
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