La
tormenta perfecta atrapo a Ecuador (sin
reservas, infraestructura turística etc., dañada, el precio de su principal producto
de exportación: el petróleo por los
suelos, sus exportaciones tradicionales de bananos y flores sin compradores, una
presión tributaria a las ventas de 12 %, baja en comparación con la de Perú, centenares
de muertos, miles de heridos , sin trabajo y sin casa, la reconstrucción
costara miles de millones de dólares, pero el país está en default ) La deuda externa se ha duplicado desde 2009,
a US$27.000 millones, recesión de 4,5% este 2016 y de 4,3 % para 2017 etc. y más etc.
Corto
de fondos, Ecuador toma medidas drásticas para financiar la recuperación
http://lat.wsj.com/articles/SB11742857406225324410504582020313467998098?tesla=y
El
presidente de Ecuador ha elevado los impuestos mientras el país trata de
recuperarse del devastador terremoto. PHOTO: AGENCE FRANCE-PRESSE/GETTY IMAGES
Por
Sara Schaefer Muñoz y
Ryan
Dube
jueves,
21 de abril de 2016
14:50 EDT
PEDERNALES,
Ecuador—Esta ciudad
costera con bares en la playa, restaurantes de mariscos y pequeños hoteles era
una de las historias de éxito de Ecuador, un localidad que gracias al reciente
auge económico pasó de ser una pequeña aldea de
pescadores a un pujante centro turístico.
Ahora, 80% de sus estructuras yacen en ruinas, entre las
cuales los rescatistas buscan desesperadamente a sobrevivientes del devastador
terremoto de magnitud 7,8 del sábado, que causó
al menos 570 muertes y más de 5.700 heridos en
todo el país. Todo el progreso que
Pedernales tuvo en los últimos años se borró de un minuto, dicen residentes
y autoridades locales.
“Pedernales está empezando
de casi cero”, dijo
el miércoles el alcalde Gabriel Alcívar durante una breve pausa en su recorrido
por las ruinas de la ciudad en medio de un calor agobiante. “Me preocupo no
sólo por mañana sino del día 30, día 60, día 200. Hay miles de personas sin
casa y sin trabajo”.
El
miércoles, el presidente Rafael Correa dijo que la reconstrucción de las casas,
los puentes y las carreteras destruidos por el sismo
llevará años y costará miles de millones de dólares. Ecuador no cuenta
con ese dinero, en momentos en que su economía se contrae debido al colapso de los precios del petróleo y al
debilitamiento de otras exportaciones tradicionales, como bananos y flores.
Rescatistas
trasladan los restos de una de las víctimas de la destrucción de un edificio en
Pedernales. PHOTO: HENRY ROMERO/REUTERS
El miércoles
por la noche, Correa anunció que para ayudar a financiar el costo de la reconstrucción
elevará los impuestos a las ventas de 12% a 14%
y fijará un tributo por única vez a los millonarios, según
Associated
Press. Los impuestos a las empresas también subirán y que
considerará la venta de bienes del Estado, pero Correa no especificó cuáles.
“Es el peor momento
para enfrentar una catástrofe así”, dice Maggie Barreiro, economista de la Universidad San
Francisco de Quito. Agrega que las arcas
fiscales están vacías y hay enormes problemas de liquidez.
Con apenas US$133 millones en su Tesorería, Ecuador es el miembro
más pequeño de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Se
trata de uno de los niveles más bajos en al menos una década, según el banco
central. Las reservas internacionales
descendieron de US$4.200 millones en agosto a US$2.300
millones.
La
deuda externa se ha duplicado desde 2009, a US$27.000 millones, según Observatorio Fiscal, una
organización con sede en Quito.
Este sombrío
panorama llevó este mes al Fondo Monetario Internacional a proyectar una contracción
económica de 4,5% para este año y de 4,3% en 2017,
el peor desempeño de un país
sudamericano después de Venezuela.
A ello hay
que sumar las dificultades de Ecuador para acceder al financiamiento externo,
que desde que Correa optó por entrar en cesación de
pagos de la deuda soberana en 2008 se ha limitado principalmente a
fuentes multilaterales y a China.
“No va a
tener una gran inversión de recursos, una gran inyección de dinero, no va a
tener una cascada de inversión privada”, vaticina Vicente Albornoz, decano de
la facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de las
Américas, en Quito.
El gobierno
ha tratado de mantenerse optimista respecto de la reconstrucción y ha resaltado
que la infraestructura industrial clave del país, incluidos oleoductos, refinerías y represas, está en pie. No
obstante, Correa dejó en claro que el terremoto fue el peor desastre que ha
azotado a Ecuador en 70 años. “Esto no va a ser tres días o tres meses. Esto
puede tomar años”, advirtió.
José Manuel
López es consciente del largo camino que tiene por delante. Cavila sobre su
futuro frente a los escombros de un edificio construido por su padre 30 años
atrás y en el que vivía con su familia y tenía un gimnasio de levantamiento de
pesas. Cuando el edificio colapsó, López, su esposa y sus tres hijos pequeños
quedaron atrapados en los escombros y fueron socorridos por sus vecinos. Sin
embargo, otras ocho personas murieron, entre ellas su madre, de 68 años. “Nos
vamos, tengo familia en Quito, pero tengo que empezar de nuevo”, dijo
mientras trataba de recuperar sus pesas.
Personal
civil y militar realiza operaciones de limpieza y rescate. PHOTO: AGENCE
FRANCE-PRESSE/GETTY IMAGES
El
terremoto más costoso de América del Sur en los últimos 35 años fue el que sacudió a Chile en 2010, un sismo de magnitud 8,8 que causó
pérdidas por US$30.000 millones, según Munich
Re, la mayor reaseguradora del mundo.
Se espera
que los costos inmediatos del sismo de Ecuador sean cubiertos por un fondo de
emergencia del gobierno de US$300 millones y otros US$600 millones aportados
por organismos multilaterales.
“Ecuador
tendrá que encontrar una manera de lidiar con esto en el mediano plazo porque
el efecto de la restricción fiscal va a exacerbar el desafío”, dice Alberto
Rodríguez, el director para Ecuador del Banco Mundial, que envió un equipo para
evaluar los costos de la reconstrucción.
Los expertos
dicen que los fondos de contingencia del gobierno no serán suficientes, y que
el problema se agrava por la ausencia de seguros. “No hay dinero disponible para
que estas personas puedan iniciar la reconstrucción”, señala Alexander
Allmann, experto en terremotos de Munich Re.
Manuel María
Cusme, residente de Pedernales y propietario de Hotel El Costeñito frente a la
playa principal de la ciudad, dijo estar preocupado. El hotel no se derrumbó,
pero las paredes de las habitaciones se han agrietado y muchos muebles se
rompieron. Lo que agrava la situación es que Cusme ha pagado sólo la mitad de
un préstamo de US$221.000 que tomó para su hotel.
“¿Quién
viene aquí con esta?”, se preguntó, en referencia a los turistas.
Cuatro días
después del sismo, Pedernales —que carteles callejeros promocionan como ubicada
en la “latitud cero”, justo sobre el ecuador terrestre— estaba aún aturdida por
sus efectos.
El
cultivo de camarones,
que representa tres cuartas partes de la economía local, está devastado: las
grandes piscinas se rompieron y se perdieron crustáceos.
Las calles
estaban obstruidas por pilas de escombros de un metro y medio de altura.
La basura
llenaba las aceras.
Los equipos
de rescate y muchos residentes llevaban máscaras quirúrgicas de papel para
protegerse del polvo y del olor penetrante de la muerte, los cuerpos en
descomposición.
En el
estadio de fútbol de la ciudad, más de 50 nuevos ataúdes fueron apilados a la
espera de cuerpos extraídos de los escombros.
Los
funcionarios dicen que recuperaron 164 cadáveres, entre ellos decenas de
turistas ecuatorianos enterrados que perecieron al derrumbarse el hotel. Varias
decenas más siguen desaparecidas.
Gracias a un
gran impulso al turismo por parte del gobierno nacional, que incluyó la
construcción de nuevas carreteras para facilitar el viaje a las regiones
costeras sobre el Pacífico, hoteles de cinco a seis
pisos comenzaron a proliferar en la ciudad, explicó Milton Bravo,
secretario de Turismo local. El año pasado, contando los feriados nacionales,
agregó el funcionario, el sector turístico le hizo ganar a la ciudad entre US$2 millones y US$3 millones.
Pero ahora, 22 de los aproximadamente 45 hoteles de la ciudad han
colapsado, y el resto ha sufrido daños estructurales, indicó Bravo. Los
restaurantes frente al mar con nombres festivos como “Salsa y Cocktail” también
se vieron gravemente afectados.
“Estamos
hablando de reconstrucción de mínimo tres o cinco años
porque estamos enfrentando una crisis económica por los bajos precios del
petróleo”, dijo Bravo, mientras ayudaba a coordinar la distribución de
alimentos.
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