Análisis
sobre el reparto de Iraq y el Levante: el razonamiento de Hispan Tv coincide
con el de Sendero luminoso en sol rojo 43 página 26 , EEUU prepara un golpe de
Estado contra Erdogan y creara un Kurdistan bajo el control del YPG y del PKK. Ya que Erdogan apoya a la facción palestina
HAMAS y a los Hermanos Musulmanes y al consiguiente enfrentamiento con Israel y
Egipto aliados de EEUU , Y ven también la ruptura del Tratado de Kars entre la URSS, Turquía,
Georgia, Azerbaiyán y Armenia (1.921), con el que se ponía fin al
enfrentamiento militar armenio-azerí de Nagorno Karabaj),
Erdogan,
la bestia negra de Putin
http://www.hispantv.com/newsdetail/opinion/231004/erdogan-bestia-putin-estado-secular
viernes
8 de abril del 2016
Erdogan
tendría como objetivo inequívoco la implementación del Estado
Islamista-Erdoganista en el 2016, lo que supondría el finiquito del Estado
Secular que en 1923 implantó el Padre de la Turquía Moderna, Mustafa Kemal.
Él creía que
“el secularismo y la europeización de Turquía eran los medios más aptos para
transformar su país en una nación industrial moderna”, con lo que el kemalismo
dejó como herencia una crisis de identidad en la sociedad turca, (europeizada
pero no integrada en las instituciones europeas y musulmana pero extraña al
mundo islámico). Turquía se convertiría de facto en un régimen autocrático,
especie de dictadura invisible sustentado en sólidas estrategias de cohesión
(manipulación de masas), control de los medios de comunicación y represión
social, síntomas evidentes de una deriva totalitaria que se se plasmaría en
pinceladas como la implantación de la enseñanza del Corán en la escuela
Primaria y las severas restricciones a la libertad de expresión en forma de
cierre de medios de comunicación y encarcelación de periodistas opositores
(según Reporteros sin Fronteras, Turquía ocuparía el puesto 149 en el Índice
Mundial de Libertad de Prensa en el 2015).
Erdogan, la
bestia negra de Putin
Erdogan se
negó a participar en las sanciones occidentales contra Moscú y compró a China misiles de defensa antiaérea HQ-9 y
manifestó su deseo de integrarse en la Nueva Ruta de la Seda permitiendo
inversiones del Banco Industrial y Comercial de China
(ICBC) por lo que Erdogan sería
un obstáculo para el diseño de la nueva doctrina de EE.UU.
En efecto, la nueva doctrina geopolítica de
Erdogan pretende dejar de gravitar en la órbita occidental y convertirse en
potencia regional, lo que implica que la lealtad a los intereses anglo-judíos
en Oriente Próximo estaría en entredicho debido al previsible apoyo de Erdogan a la facción palestina HAMAS y a los Hermanos
Musulmanes y al consiguiente enfrentamiento con Israel y Egipto así como
la guerra sin cuartel declarada contra el PPK kurdo y
su aliado sirio el PYD que chocaría con la nueva estrategia geopolítica
de EE.UU. para la zona pues la obsesión de Erdogan sería impedir el surgimiento
de una autonomía kurda en Siria que sirva de plataforma
al PKK por lo que el Congreso turco habría aprobado una ley que permite
al Ejército turco (TSK) entrar en Siria e Irak para combatir a “grupos
terroristas”, eufemismo bajo el que se englobarían no tanto el EIIL como el PKK y el PYD kurdo-sirio, aliado y hermano del PKK.
La frontera
turco-siria sería el paso natural de los grupos extremistas para abastecerse de
armamento y sufragar el mantenimiento de sus operaciones militares mediante la
venta de petróleo a precios irrisorios, términos reconocidos por el general
Wesley Clark quien según la televisión libanesa de
Hezbolá (Almanar) reconoció que “Turquía apoya al autodenominado Estado
Islámico —en referencia a la banda terrorista tafkirí EIIL (Daesh, en árabe)—
aunque nunca lo reconocerá” pero los bombarderos rusos sobre los
tanques petrolíferos del EIIL supondrían un misil en la línea de flotación de
los pingües beneficios obtenidos por Turquía mediante la reventa del crudo
exportado por los extremistas.
Sin embargo,
la Administración Obama estaría estudiando implementar el llamado Plan Biden-Gelb, aprobado por el Senado de EE.UU. en
el 2007 y rechazado por Condolezza Rice, Secretaria de Estado con George W.
Bush, que preveía la instauración en Irak de un sistema
federal con el fin de evitar el colapso en el país tras la retirada de
las tropas estadounidenses y proponía separar Irak en
entidades kurdas, chiíes y sunitas, bajo un gobierno federal en Bagdad
encargado del cuidado de las fronteras y de la administración de los ingresos
por el petróleo.
Así,
tendríamos el Kurdistán Libre presidido por Masud
Barzani con capital en Kirkust y que incluiría zonas anexionadas
aprovechando el vacío de poder dejado por el Ejército iraquí como Sinkar o Rabia en la provincia de Nínive, Kirkuk y Diyala así como todas las ciudades de
etnia kurda de Siria liberadas por la
insurgencia kurda del PYD sirio (región autónoma de Rojava) y el sudeste
de Turquía controlado por el PKK.
El nuevo Kurdistán contará
con las bendiciones de EE.UU. y dispondrá de autonomía financiera al poseer el 20 % de
las explotaciones del total del crudo iraquí con la “conditio sine qua non” de
abastecer a Turquía, Israel y Europa Oriental del petróleo kurdo a través del oleoducto de Kirkust que desemboca en el puerto turco de
Ceyhan.
La miopía
política de Erdogan le habría llevado a planificar el derribo del caza ruso
SU-24 en la creencia de que contaría con el respaldo inequívoco de la OTAN y de
EE.UU. y en el paroxismo de su paranoia geopolítica, Erdogan habría provocado
el resurgimiento del contencioso armenio-azerí
en forma de las primeras escaramuzas militares en la región del Alto Karabaj, (lo que de facto significa la ruptura
del Tratado de Kars entre la URSS, Turquía, Georgia,
Azerbaiyán y Armenia (1.921), con el que se ponía fin al enfrentamiento
militar armenio-azerí de Nagorno Karabaj),
convirtiéndose así Erdogan en la “la bestia negra” de un Putin que esperará
pacientemente el momento de tomarse su venganza. Ello, aunado con el chantaje
económico a la UE en el tema de los refugiados terminará convirtiendo a Erdogan
en un paria internacional y un aliado inseguro para EE.UU., por lo que no sería
descartable que el ejército turco (TSK) protagonice un nuevo golpe “virtual” o
“posmoderno” que acabaría con el mandato de Erdogan, (rememorando el ‘golpe
blando’ de 1997, cuando los generales kemalistas arrebataron el poder al
Gobierno del presidente Necmettin Erbakanpor, quien lideraba una coalición
islamista), golpe que contaría con las bendiciones de Washington al haber
dejado Erdogan de ser un peón útil para EE.UU., pues la nueva estrategia
geopolítica del Pentágono se basará en la implementación de “golpes virtuales o
postmodernos“ en los países de la zona (Egipto) con el objetivo de sustituir a
los regímenes islamistas surgidos de las urnas por regímenes militares presidencialistas
en el marco del nuevo escenario geopolítico mundial surgido tras el retorno al
endemismo recurrente de la Guerra Fría entre EE.UU. y Rusia, quedando Siria y
Turquía como portaaviones continentales de Rusia y EE.UU. respectivamente.
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