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lunes, 18 de abril de 2016

Moody´s calcula un precio promedio del barril de petróleo en US$ 33 todo el 2016 y por lo tanto le bajo la calificación crediticia desde el grado de inversión a chatarra a 19 empresas energéticas y de manera general al sector energético; cuando otra calificadora le baja la nota a la misma empresa esta colapsa pues según el índice de bonos con grado de inversión de Barclays sugiere no darle dinero.//Por SAM GOLDFARB encontrado en el WSJ

Moody´s calcula un precio promedio del barril de petróleo en US$ 33 todo el 2016 y por lo tanto le bajo la calificación crediticia desde el grado de inversión a chatarra a 19 empresas energéticas  y de manera general al sector energético; cuando otra calificadora le baja la nota  a la misma empresa esta colapsa pues según el índice de bonos con grado de inversión de Barclays sugiere no darle dinero



Las rebajas de calificación de Moody’s ponen más presión sobre las petroleras


http://lat.wsj.com/articles/SB12788185586982363811004582014692391019950?tesla=y


Una instalación de Anadarko cerca de Fort Lupton, estado de Colorado.  

Una instalación de Anadarko cerca de Fort Lupton, estado de Colorado. PHOTO: RJ SANGOSTI/THE DENVER POST/GETTY IMAGES

Por SAM GOLDFARB

lunes, 18 de abril de 2016 20:30 EDT

Moody’s Investors Service se está transformando en el nuevo azote de las empresas de energía.

En lo que va del año, la calificadora de riesgo ha privado a 19 compañías de energía de su grado de inversión, ubicando a muchas de ellas en las profundidades de la deuda especulativa conocida como chatarra o de alto rendimiento.

Las rebajas generalizadas de la deuda de las empresas del sector realizadas por Moody’s Investors Service, una filial de Moody’s Corp., reflejan su proyección de que los precios de las materias primas repuntarán poco en los años siguientes así como su renovado énfasis en indicadores financieros como el flujo de caja libre sobre factores como la escala y la calidad de los activos. Moody’s ha señalado que el derrumbe de los precios de los commodities ha motivado su cambio de parecer.


Aunque no todos concuerdan con el análisis de Moody’s, las rebajas de las calificaciones ponen de manifiesto lo mucho que la caída de las cotizaciones del petróleo ha reconfigurado el sector energético, dejando a algunas empresas con reputaciones estelares en riesgo de afrontar los mismos problemas de financiamiento que sus competidores de menor envergadura.


“Tomamos las decisiones que nos parecen adecuadas”, dijo en una entrevista Steve Wood, director ejecutivo del equipo de petróleo y gas de Moody’s. Aunque la firma no ha modificado oficialmente su metodología para evaluar a las energéticas y sigue tomando en cuentas indicadores no financieros, su estrategia de larga data “no estaba contemplada para asimilar una caída de 70% en los precios del petróleo”, añadió.

En cambio, Standard & Poor’s Ratings Services, la rival tradicional de Moody’s, sólo califica por debajo de grado de inversión a cuatro de las 19 compañías de energía que sigue. Fitch Ratings, otro rival, sólo ubica a dos energéticas en la categoría de deuda especulativa. Mientras tanto, sólo dos energéticas rebajadas a la categoría de deuda de alto rendimiento por S&P o Fitch desde comienzos de año conservan la calificación de grado de inversión de Moody’s.

Aunque S&P y Fitch han considerado el derrumbe de los precios de las materias primas en sus decisiones, ambas firmas tienen perspectivas un poco menos pesimistas que Moody’s y no se han apartado mucho de sus estrategias tradicionales hacia las empresas del sector asignando, entre otros factores, una gran importancia al tamaño y la escala de las compañías, señalan inversionistas y analistas.

El mayor pesimismo de Moody’s sobre los precios del petróleo podría servirle. Las conversaciones, entre los principales países productores de crudo colapsaron el domingo en Doha, Qatar, sin que se llegara a un acuerdo para congelar la producción. Se espera que el desenlace negativo arrastre los precios del petróleo al menos a corto plazo.








Hasta ahora, el mercado ha ignorado la evaluación de Moody’s del sector, lo que refleja el persistente debate sobre la dirección de los precios del petróleo. Los bonos de las compañías energéticas se transan a niveles más bajos que hace un año. Los precios, no obstante, han repuntado después de sufrir un drástico descenso junto a otra deuda considerada riesgosa a inicios de año.

Moody’s redujo recientemente a nivel de chatarra la deuda de Anadarko Petroleum Corp. La empresa, no obstante, recaudó grandes sumas en el mercado de bonos a tasas favorables, comparado con lo que habría tenido que pagar un mes antes.

En una conferencia telefónica con analistas realizada el 1 de marzo, el presidente ejecutivo de Anadarko, Al Walker, reconoció estar “muy decepcionado” con Moody’s por la rebaja de la deuda en dos peldaños para dejarla en la parte más de la calificación de alto rendimiento. El ejecutivo subrayó que S&P acababa de confirmar la calificación de grado de inversión de Anadarko de Tiple B y sostuvo que el nuevo enfoque de las calificaciones de Moody’s no tomó en cuenta el “carácter” que la empresa demostró al sobrevivir previos bajones de la industria.

Anadarko colocó US$3.000 millones en bonos, que generaron una sólida demanda de parte de los inversionistas. Sus nuevos bonos a 10 años rinden 3,6 puntos porcentuales por sobre los bonos del Tesoro estadounidense, un alza de 0,9 puntos porcentuales sobre los bonos a 10 años emitidos en 2014, según S&P Global Market Intelligence, pero unos dos puntos porcentuales menos que el nivel en que esa deuda se negociaba en febrero, según MarketAxess Holdings Inc. Una brecha más amplia en el rendimiento significa que los inversionistas están exigiendo una compensación adicional por poseer los bonos de la firma.

Las empresas cuya deuda Moody’s redujo a la categoría de chatarra están en una posición particularmente vulnerable porque necesitan la calificación de grado de inversión de dos de las tres grandes calificadoras de riesgo para seguir siendo parte del índice de bonos con grado de inversión de Barclays y, por ende, conservar el acceso a un amplio grupo de fondos que tienen prohibido invertir en bonos que no figuran en el índice.

Las empresas que pierden la calificación de grado de inversión no sólo enfrentan un alza de sus costos de financiamiento, sino que tienen más inconvenientes para hacer transacciones con contrapartes como gobiernos de otros países, un dolor de cabeza mayúsculo para las grandes compañías de recursos naturales con operaciones globales, dijo Brian Gibbons, analista sénior de petróleo y gas de la firma de análisis de crédito CreditSights.

Dos empresas que Moody’s rebajó al territorio de deuda chatarra, EnLink Midstream Partners LP y Encana Corp. buscaron y recibieron grados de inversión de Fitch, que se sumaron a los que ya habían logrado de S&P, lo que demuestra la importancia de permanecer en el índice de Barclays para las compañías.

Moody’s prevé que los precios del petróleo promedien US$33 el barril este año y US$43 el barril para 2018. Una reciente encuesta realizada entre 13 bancos de inversión por The Wall Street Journal predijo que el precio Brent, la referencia global del petróleo, promediará US$69 el barril y la cotización West Texas Intermediate (WTI), la referencia de EE.UU., US$66 el barril en 2018.

Más de allá de que concuerden o no con las decisiones de Moody’s, los inversionistas reconocen su importancia.

“Nuestra filosofía es que no dependemos de las calificadoras de riesgo, que hacemos nuestro trabajo interno e invertimos con una perspectiva de largo plazo… pero hay que reconocer el hecho de que las calificadoras de riesgo tienen un impacto en los mercados”, manifestó Troy Johnson, gestor de portafolio de Westcore Funds, que administra unos US$1.500 millones en activos de renta fija.


Georgi Kantchev contribuyó a este artículo.

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