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lunes, 15 de febrero de 2016

Decenas de miles de jubilados europeos que habían invertido sus ahorros en bonos y acciones en bancos europeos perdieron todo, y millones corren el riesgo de perder todo, en España, Portugal e Italia (en general los PIGS) si no venden ahora..// por Jeannette Neumann en Madrid, Patricia Kowsmann en Lisboa y Giovanni Legorano en Milán encontado en el WSJ

Decenas de miles de jubilados europeos que habían invertido sus ahorros en bonos y acciones en bancos europeos perdieron todo, y millones corren el riesgo de perder todo, en España, Portugal e Italia (en general los PIGS) si no venden ahora.


Nota del autor del blog: El BCE sabe que se van a pique y por eso obliga a los prestamistas institucionales a compartir las perdidas, mas no a los  prestamistas individuales que confiaron en el banco, pero como la cosa se agravo ,hasta ellos corren el riesgo de perderlo  todo  .

Los temores de los bonistas individuales hacen temblar a los bancos europeos

http://lat.wsj.com/articles/SB10304232901487524531204581543214137413234?tesla=y



Manifestantes se pronuncian contra las medidas del gobierno italiano para rescatar a cuatro bancos.


Manifestantes se pronuncian contra las medidas del gobierno italiano para rescatar a cuatro bancos. PHOTO: ZUMA PRESS

Jeannette Neumann en Madrid,

Patricia Kowsmann en Lisboa y

 Giovanni Legorano en Milán


martes, 16 de febrero de 2016 0:04 EDT

Los bancos europeos, que sufren con una caída de sus acciones, también están siendo golpeados por preocupaciones de que los compradores de bonos podrían tener que soportar pérdidas mayores a lo anticipado si un prestamista entra en apuros financieros.

Inversionistas dicen que el reciente rescate de cuatro bancos relativamente pequeños en Italia y uno en Portugal les enseñó una lección con implicaciones más amplias: Los bancos centrales son reacios a sufrir un revés político y financiero si obligan a los inversionistas individuales, que también son depositantes, a incurrir en pérdidas. Y eso significa que los inversionistas institucionales en el continente, especialmente en el sur de Europa, son más vulnerables.

Las preocupaciones de los inversionistas están sacudiendo la confianza en los bancos, particularmente en el sur de Europa, los cuales recaudan fondos con la venta de bonos y acciones a inversionistas individuales que también son clientes minoristas.

“Claramente tiene un efecto”, dijo Filippo Alloatti, analista sénior de Hermes Credit.

La pérdida de confianza no podría haberse dado en un peor momento. Los bancos europeos pasan apuros para impulsar las ganancias y deshacerse de los préstamos incobrables en momentos en que existen tasas de intereses negativas y una floja demanda de crédito.

 Estas entidades mantienen activos que cada vez se ven más sobrevalorados. Muchos tienen grandes carteras de deuda soberana, cuyos precios han sido inflados por el programa de compra de bonos del Banco Central Europeo. Si el precio de esos bonos cae, los bancos quedarán parados sobre una pila de pérdidas.


Si las preocupaciones de los inversionistas aumentan, los bancos que ya están en una situación frágil tendrán problemas para recaudar capital, lo que aumenta la probabilidad de más rescates.


Muchos de los temores se derivan de las pérdidas impuestas sobre los acreedores sénior bajo los términos del rescate en diciembre de Banco Espírito Santo SA en Portugal. El banco central apuntó principalmente a los bonos vendidos a grandes inversionistas institucionales, evitando perjudicar a los inversionistas individuales que también son clientes del banco.

Los inversionistas institucionales ahora se están quejando de que el tratamiento diferente para los compradores de la misma deuda es ilegal.

El hecho de que un país europeo optara por imponer mayores pérdidas sobre inversionistas institucionales para proteger a los compradores individuales de la misma deuda sacudió a un mercado que ya estaba nervioso.

Desde entonces, las acciones de los bancos en Portugal, Italia y España han caído precipitadamente junto con los precios de los bonos emitidos por algunos de estos prestamistas. Las acciones del español Banco Bilbao Vizcaya Argentaria han caído 16% desde comienzos de año y su rival Caixabank ha descendido 21%.

A los bancos italianos les ha ido peor, con un descenso de 36% de UniCredit, mientras que Banca Monte dei Paschi Siena se ha desplomado 63%.
En Portugal, Banco Comercial Português ha retrocedido 40%.


La decisión de Portugal siguió a una reacción negativa en Italia sobre la forma en la que cuatro bancos medianos y pequeños fueron rescatados en noviembre.


El banco central de Italia impuso pérdidas tanto para los inversionistas institucionales como individuales. Decenas de miles de jubilados que habían invertido sus ahorros en bonos y acciones de los atribulados prestamistas perdieron todo. Cientos de personas salieron a las calles a protestar. Un inversionista particular se suicidó.

El gobierno se apresuró a calmar a los italianos, creando un fondo de 100 millones de euros para compensar a algunos de los bonistas junior individuales que lo habían perdido todo.

En los rescates en Italia y Portugal, los bancos centrales aplicaron reglas europeas en la resolución de las entidades en problemas, las cuales requerían que al menos los accionistas y los acreedores subordinados compartieran las pérdidas. Un cambio que entró en vigencia el primero de enero somete a pérdidas a los acreedores sénior y a los depositantes sin garantía.

El principio que guía los nuevos estándares es que los inversionistas, en lugar de los contribuyentes, deberían ser quienes asuman las pérdidas cuando un banco quiebre.

Pero el caso de Italia les mostró a los inversionistas las potenciales repercusiones políticas de aplicar esos nuevos estándares a compradores individuales, una reacción que otros gobiernos tratarán de evitar, dicen inversionistas.

Aunque Portugal aprobó su resolución sobre Banco Espírito Santo antes de que las nuevas reglas entraran en vigencia, inversionistas institucionales dicen que los funcionarios a cargo de los rescates confirman que los países son renuentes a provocar pérdidas para los bonistas individuales, particularmente después de las protestas callejeras en Italia.



Además, a las autoridades de los bancos centrales les preocupa que los inversionistas en bonos individuales que también son ahorradores puedan perder la confianza en sus bancos, y retiren su dinero, si son obligados a asumir pérdidas.



Los propios funcionarios italianos han indicado que serían más cautelosos sobre la forma en la que implementan los nuevos estándares de rescate en el futuro ya que el cambio de estándares significará pérdidas para incluso más bonistas e inversionistas individuales. Familias son las poseedoras de casi la mitad de los bonos junior en circulación de bancos italianos.


Este tipo de rescate “es un nuevo régimen que necesita ser implementado con sensibilidad y al ritmo adecuado”, dijo la semana pasada Pier Carlo Padoan, ministro de Economía y Finanzas de Italia.

Analistas dicen que muchos inversionistas han estado trabajando sobre el supuesto de que las nuevas reglas, conocidas en inglés como Bank Recovery and Resolution Directive, serían aplicadas de forma consistente a lo largo de Europa, y sin el riesgo de que los países traten a los inversionistas individuales de manera diferente que los bonistas institucionales.

Sin embargo, “existe de hecho cierto margen para que haya un tratamiento diferente de los valores si se justifica con razones de estabilidad financiera”, dijo Alloatti, el analista de Hermes Credit. “Una solución única para todo no funciona en Europa”, agregó.


Gabriele Steinhauser en Bruselas contribuyó a este artículo.

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