Decenas
de miles de jubilados europeos que habían invertido sus ahorros en bonos y
acciones en bancos europeos perdieron todo, y millones corren el riesgo de perder
todo, en España, Portugal e Italia (en general los PIGS) si no venden ahora.
Nota del autor del blog: El BCE sabe
que se van a pique y por eso obliga a los prestamistas institucionales a compartir
las perdidas, mas no a los prestamistas
individuales que confiaron en el banco, pero como la cosa se agravo ,hasta ellos
corren el riesgo de perderlo todo .
Los
temores de los bonistas individuales hacen temblar a los bancos europeos
http://lat.wsj.com/articles/SB10304232901487524531204581543214137413234?tesla=y
Manifestantes
se pronuncian contra las medidas del gobierno italiano para rescatar a cuatro
bancos. PHOTO: ZUMA PRESS
Jeannette
Neumann en Madrid,
Patricia
Kowsmann en Lisboa y
Giovanni Legorano en Milán
martes,
16 de febrero de 2016
0:04 EDT
Los bancos
europeos, que sufren con una caída de sus acciones, también están siendo
golpeados por preocupaciones de que los compradores de
bonos podrían tener que soportar pérdidas mayores a lo anticipado si un
prestamista entra en apuros financieros.
Inversionistas
dicen que el reciente rescate de cuatro bancos
relativamente pequeños en Italia y uno en Portugal les enseñó una lección
con implicaciones más amplias: Los bancos centrales son reacios a sufrir un
revés político y financiero si obligan a los inversionistas individuales, que
también son depositantes, a incurrir en pérdidas. Y eso significa que los inversionistas institucionales en el continente,
especialmente en el sur de Europa, son más vulnerables.
Las
preocupaciones de los inversionistas están sacudiendo la confianza en los
bancos, particularmente en el sur de Europa, los cuales
recaudan fondos con la venta de bonos y acciones a inversionistas individuales que
también son clientes minoristas.
“Claramente
tiene un efecto”, dijo Filippo Alloatti, analista sénior de Hermes Credit.
La
pérdida de confianza no podría haberse dado en un peor momento. Los bancos europeos pasan apuros
para impulsar las ganancias y deshacerse de los
préstamos incobrables en momentos en que existen tasas de intereses negativas y
una floja demanda de crédito.
Estas
entidades mantienen activos que cada vez se ven más sobrevalorados. Muchos
tienen grandes carteras de deuda
soberana, cuyos precios han sido inflados por el programa de compra de bonos
del Banco Central Europeo. Si el precio de esos bonos cae, los bancos quedarán parados sobre una pila de pérdidas.
Si las
preocupaciones de los inversionistas aumentan, los bancos que ya están en una situación frágil tendrán problemas
para recaudar capital, lo que aumenta la probabilidad de más rescates.
Muchos de
los temores se derivan de las pérdidas impuestas sobre los acreedores sénior
bajo los términos del rescate en diciembre de Banco
Espírito Santo SA en Portugal. El banco central apuntó principalmente a
los bonos vendidos a grandes inversionistas
institucionales, evitando perjudicar a los inversionistas
individuales que también son clientes del banco.
Los
inversionistas institucionales ahora se están quejando de que el tratamiento
diferente para los compradores de la misma deuda es ilegal.
El hecho de
que un país europeo optara por imponer mayores pérdidas
sobre inversionistas institucionales para proteger a los compradores
individuales de la misma deuda sacudió a un mercado que ya estaba
nervioso.
Desde
entonces, las acciones de los bancos en Portugal,
Italia y España han caído precipitadamente junto con los precios de los
bonos emitidos por algunos de estos prestamistas. Las acciones del español Banco Bilbao Vizcaya Argentaria han caído 16% desde
comienzos de año y su rival Caixabank ha descendido
21%.
A los bancos italianos les ha ido peor, con un descenso de 36% de UniCredit, mientras que Banca Monte dei Paschi Siena se ha desplomado 63%.
En Portugal, Banco Comercial Português ha retrocedido 40%.
La decisión
de Portugal siguió a una reacción negativa en Italia sobre la forma en la que
cuatro bancos medianos y pequeños fueron rescatados en noviembre.
El
banco central de Italia impuso pérdidas tanto para los inversionistas
institucionales como individuales. Decenas de miles de jubilados que
habían invertido sus ahorros en bonos y acciones de los atribulados prestamistas perdieron todo. Cientos de personas
salieron a las calles a protestar. Un inversionista particular se suicidó.
El gobierno
se apresuró a calmar a los italianos, creando un fondo de 100 millones de euros
para compensar a algunos de los bonistas junior
individuales que lo habían perdido todo.
En los
rescates en Italia y Portugal, los bancos
centrales aplicaron reglas europeas en la resolución de las entidades en
problemas, las cuales requerían que al menos los accionistas
y los acreedores subordinados compartieran las pérdidas. Un cambio que
entró en vigencia el primero de enero somete a pérdidas a los acreedores sénior y a los depositantes sin garantía.
El principio
que guía los nuevos estándares es que los inversionistas, en lugar de los
contribuyentes, deberían ser quienes asuman las pérdidas cuando un banco
quiebre.
Pero el caso
de Italia les mostró a los inversionistas las potenciales repercusiones
políticas de aplicar esos nuevos estándares a compradores individuales, una
reacción que otros gobiernos tratarán de evitar, dicen inversionistas.
Aunque
Portugal aprobó su resolución sobre Banco Espírito Santo antes de que las
nuevas reglas entraran en vigencia, inversionistas institucionales dicen que
los funcionarios a cargo de los rescates confirman que los
países son renuentes a provocar pérdidas para los bonistas individuales,
particularmente después de las protestas callejeras en Italia.
Además, a
las autoridades de los bancos centrales les preocupa que los inversionistas en bonos individuales que también son ahorradores puedan
perder la confianza en sus bancos, y retiren su dinero,
si son obligados a asumir pérdidas.
Los propios
funcionarios italianos han indicado que serían más cautelosos sobre la forma en
la que implementan los nuevos estándares de rescate en el futuro ya que el
cambio de estándares significará pérdidas para incluso más bonistas e inversionistas individuales. Familias son las poseedoras de casi la mitad de los bonos junior en
circulación de bancos italianos.
Este tipo de
rescate “es un nuevo régimen que necesita ser implementado con sensibilidad y
al ritmo adecuado”, dijo la semana pasada Pier Carlo Padoan, ministro de
Economía y Finanzas de Italia.
Analistas
dicen que muchos inversionistas han estado trabajando sobre el supuesto de que
las nuevas reglas, conocidas en inglés como Bank Recovery and Resolution Directive, serían aplicadas de forma
consistente a lo largo de Europa, y sin el riesgo de que los países traten a
los inversionistas individuales de manera diferente que los bonistas
institucionales.
Sin embargo,
“existe de hecho cierto margen para que haya un tratamiento diferente de los
valores si se justifica con razones de estabilidad financiera”, dijo Alloatti,
el analista de Hermes Credit. “Una solución única para todo no funciona en
Europa”, agregó.
—Gabriele Steinhauser en Bruselas contribuyó a este
artículo.
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