EEUU : Informe de como el FBI infiltra sus agentes en las protestas para desprestigiarlas ante el público, ocasionando incendios y desmanes y parecer mas radicales que los demas.
Situación actual: luchas populares y represión intensificada
(https://www.theguardian.com/uk-news/2018/oct/15/undercover-police-spies-infiltrated-uk-leftwing-groups-for-decades
Las actuales movilizaciones contra el racismo y la violencia policial, así como las movilizaciones femeninas contra las violaciones y la opresión de la mujer y todas las protestas masivas por reivindicaciones y contra el imperialismo en todo el mundo, son luchas justas y contundentes expresiones de la situación revolucionaria en desarrollo desigual. Al mismo tiempo, el carácter espontáneo de las luchas y su falta de dirección proletaria permiten que sean manipuladas y que la reacción se apropie de ellas para neutralizarlas, pacificarlas, conjurar toda tendencia revolucionaria y ponerlas al servicio de la burguesía. Así como la clase dominante utiliza el racismo para dividir la clase obrera, también promueve un “antirracismo” burgués en el mismo sentido para poner “blancos” contra “negros” y transformar la lucha contra la represión y la dictadura burguesa en una lucha exclusivamente contra los aspectos racistas del sistema, una política de quitar (o cubrir) algunas manchas del sistema para preservarlo. Tener en cuenta que la organización ‘Black Lives Matter’ recibió una donación de 100 millones de dólares de la Fundación Ford y sus dirigentes son personas con puestos altos dentro del viejo orden; en cambio, una organización como las Panteras Negras en los años 70 fue definida como “la principal amenaza contra la seguridad interna del país” precisamente por su tendencia revolucionaria de armar al pueblo y asumir la ideología del proletariado; y la reacción yanqui asesinó a Malcolm X por el mismo motivo.
En síntesis, la política de la reacción frente a estas luchas es una combinación de represión violenta contrarrevolucionaria y esfuerzos organizativos y de propaganda para mantenerlas bajo dirección burguesa. Corresponde a los comunistas en cada país participar en estas luchas codo a codo con las masas para poder guiarlas y dirigirlas con la ideología de nuestra clase, combatiendo y aplastando toda infiltración e influencia en las filas del pueblo de las clases explotadoras y sus lacayos fascistas, liberales y revisionistas. Aprender de las masas y educarlas en nuestra ideología y en la violencia revolucionaria.
Los imperialistas, reaccionarios y revisionistas del mundo tiemblan de miedo frente a la furia de las masas y la creciente situación revolucionaria, y sobre todo temen a la clase, la ideología y la organización que puedan unir las diversas luchas del proletariado y los pueblos, unir el movimiento obrero con los pueblos oprimidos contra el imperialismo; unir las mujeres y los hombres del pueblo contra sus explotadores, etc. En medio de su pugna por los territorios y la hegemonía mundial, los imperialistas del mundo se coluden en sus intentos de reprimir y contener las fuerzas revolucionarias y democráticas del pueblo.
En las últimas décadas, y principalmente en los últimos años, los Estados reaccionarios han puesto en marcha diferentes planes con este fin. Junto con la intensificación de la explotación y los ataques contra los derechos ya conquistados por la clase, los gobiernos reaccionarios están militarizando cada vez más sus fuerzas policiales. Junto con la cada vez más intensa explotación de las naciones oprimidas y los inmigrantes del tercer mundo, los Estados imperialistas fomentan la violencia y la agitación racista y fascista. Bajo el pretexto de “combatir la delincuencia” y el “terrorismo” introducen leyes para formalizar y expandir la vigilancia electrónica con teléfonos, en Internet y con cameras en las calles. Las potencias imperialistas europeas han construido su Unión Europea no solamente como instrumento político para la explotación y el negocio, sino también para coordinar sus esfuerzos policiales y militares contra la clase y los pueblos. En varios países hoy introducen leyes para prohibir “organizaciones extremistas”, apuntando contra los Partidos Comunistas y organizaciones revolucionarias. Todo eso con la complicidad plena de los partidos revisionistas.
La represión anticomunista: infiltración y guerra psicológica
Mientras los reaccionarios buscan contener las diversas luchas populares con los métodos mencionados, saben muy bien que su tarea reaccionaria principal en última instancia es combatir la vanguardia consciente del proletariado, los Partidos Comunistas. Basándose en su experiencia de combatir a las guerrillas revolucionarias en Vietnam, en América Latina y otros lugares, especialmente las maoístas, los imperialistas yanquis crearon su teoría de la “guerra de baja intensidad”, la cual plantea el uso de “esfuerzos sistemáticos de inteligencia. Hacer todo lo posible para reunir y organizar inteligencia útil […] También se deben utilizar medidas creativas, incluido el uso de agentes dobles o incluso grupos de ‘liberación’ o simpatizantes falsos para ayudar a revelar al personal u operaciones insurgentes.” (Robert Thompson, “Derrotar a la insurgencia comunista: las lecciones de Malaya y Vietnam”).
Desde los años 60, los imperialistas comenzaron a aplicar estos métodos más sistemáticamente contra las organizaciones comunistas y revolucionarias – especialmente las maoístas - incluso en los países imperialistas. En Estados Unidos, el Estado reaccionario – principalmente a través de su Buró Federal de Investigaciones (FBI) – reorientó su atención sobre el viejo partido revisionista (el CPUSA) hacia las nuevas organizaciones anti-revisionistas, guiadas o influenciadas por el maoísmo, entre ellas principalmente el Partido Pantera Negra y la Unión Revolucionaria (UR)*. En los propios informes del FBI de este periodo se describen los métodos usados: “poniendo organizaciones una contra la otra, enviando cartas infamatorias, falsificando documentos, fomentando divisiones, estableciendo colectivos comunistas falsos […] infiltración con informantes, sembrado de interceptaciones telefónicas, colocando micrófonos…”**.
Los informes revelan que el FBI tenía agentes infiltrados en el Comité Ejecutivo de la UR desde su fundación, y que estos agentes trabajaron dentro de la organización durante varios años o hasta décadas. Revelan también que el motivo de la infiltración no era meramente el espionaje, sino trabajar con un plan a largo plazo para manipular la línea política de la organización, formar fracciones, crear escisión y confusión, descreditar la organización frente a las masas para poder controlar y socavar el trabajo revolucionario durante un largo periodo de tiempo. Un informe describe como algunos agentes infiltrados tenían el papel de ser los “más radicales” con el motivo de “forzar” a una de las fracciones hacia “una posición de extremismo militante que con suerte lo aislará de otros elementos […] y resultando en su completo descredito ante los ojos del público estadounidense” **.
Otro método recurrente en los informes es el siguiente: “un método popular del FBI que se denominaba ‘snitch-jacketing’ [soplón encubierto], en el que el Buró o sus agentes circularían rumores de que un dedicado miembro de una organización estaba trabajando de alguna manera para el otro lado. De esta manera, el FBI intentaba generar sospechas y crear una atmósfera de aprensión y desconfianza, y también trataba de hacer hostiles a ciertos miembros, expulsarlos de la organización y/o provocarles daño” y se destaca que “esa táctica, de pintar la UR y sus dirigentes como agentes del Estado, es un tema y táctica recurrentes del Buró. Se organizaron una serie de reuniones con diferentes personas para “hacer que posibles afiliados de la UR crean que la organización está infiltrada por informantes de alto nivel” **. Para manipular la lucha ideológica y política en las organizaciones, el FBI también publicó falsos artículos, revistas y volantes “para que parezca como si otra publicación progresista lo hubiera publicado”**.
En otro informe vemos un ejemplo de cómo los infiltrados pudieron avanzar en la organización: “fue a través de este trabajo y debido a sus ‘antecedentes de clase obrera’, por no hablar de sus antecedentes militares, que pudo obtener la membresía en la organización. […] se convirtió en presidente de uno de los colectivos de trabajadores de San José y, a su vez, en miembro del comité ejecutivo local de la UR. Ese mismo mes fue seleccionado para el comité de seguridad debido a su experiencia con las armas y porque había tomado cursos de ciencias policiales […] una de sus tareas en el comité de seguridad era evitar la infiltración” **
Estos métodos elaborados principalmente por la reacción yanqui se aplicaron también en otros países durante las siguientes décadas y son los mismos métodos que se aplican en la actualidad. En Inglaterra, la policía desplegó 24 agentes infiltrados en un pequeño grupo trotskista durante un periodo de 37 años desde 1970; cuatro de los agentes entraron en relaciones sexuales y maritales e incluso tuvieron niños con mujeres de la organización. Se reveló que “los espías de la policía adoptaron identidades falsas para infiltrarse en grupos políticos, generalmente por períodos de hasta cinco años”
(https://www.theguardian.com/uk-news/2018/oct/15/undercover-police-spies-infiltrated-uk-leftwing-groups-for-decades)
Aplastar la represión e infiltración aplicando los principios del marxismo-leninismo-maoísmo
Corresponde a los comunistas movilizar a las masas contra la represión reaccionaria y proteger al Partido como “las niñas de los ojos”. Lo hacemos aplicando las cinco necesidades: el centralismo democrático, la clandestinidad, la disciplina, la vigilancia y el secreto, particularmente el centralismo democrático. Contra el espionaje reaccionario, los Partidos Comunistas tienen que desarrollar la contrainteligencia.
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