Otra violencia policial en EEUU: Muere un joven latino por asfixia
En medio de masivas protestas antirracistas en EE.UU., otro vídeo demuestra cómo un joven latino muere asfixiado por agentes policiales en el estado de Arizona.
En un nuevo vídeo difundido el jueves en las redes sociales, pero que se remonta al pasado 21 de abril, se observa cómo un joven latino, de 27 años, es perseguido por agentes dentro de una casa en Tucson, mientras lo atrapan, lo maniatan y lo mantienen con su rostro en el suelo durante 12 minutos.
A pesar de pedir desesperadamente un vaso de agua, el hombre, identificado como Carlos Ingram López, falleció de un paro cardiaco gritando las mismas palabras por las que el afroamericano George Floyd se hizo célebre: “No puedo respirar”.
El joven fue esposado y colocado boca abajo, pese a que sus dificultades para respirar ya eran evidentes. Aun así, los agentes decidieron cubrirlo primero con un plástico amarillo y después con otra manta. Uno de ellos le cubría por completo la cabeza. Al ver que no respiraba, los oficiales trataron de reanimarlo y le suministraron Narcan, un fármaco que se emplea frente a cuadros de sobredosis. Pero ya era demasiado tarde.
Los tres agentes vinculados a la muerte de López presentaron su renuncia el jueves, mientras que el jefe de la Policía de Tucson, Chris Magnus, hizo lo mismo el miércoles tras reconocer que los tres policías “cometieron múltiples violaciones del reglamento”.
Floyd, por su parte, había perdido la vida mientras un policía blanco lo inmovilizaba presionándole el cuello con la rodilla. Desde entonces, EE.UU. se ha vuelto a encender contra la conducta racista del sistema gobernante del país, así como la violencia policial que ha dejado numerosas muertes durante los arrestos.
Lejos de emprender reformas en el sector de la Policía, el Gobierno estadounidense, presidido por Donald Trump, desplegó miles de soldados en todo el país y ordenó una dura represión contra las movilizaciones. Incluso ha amenazado a los manifestantes antirracistas con 10 años de cárcel.
Ante tal coyuntura, la organización pro derechos humanos Amnistía Internacional (AI) ha deplorado las violaciones generalizadas y atroces de los derechos humanos por la Policía de EE.UU. y pide un cambio del sistema policial del país.
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