¿Qué tan acertadas son las predicciones del Banco Mundial?
El Banco ha publicado pronósticos sobre la economía mundial, de América Latina y de Colombia. ¿En qué se basan estas proyecciones y qué tanto podemos confiar en ellas? *.
Juan Esteban Jacobo**
Las predicciones
A comienzos de este mes, el Banco Mundial publicó un informe que reúne pronósticos sobre la economía para este y el próximo año. El informe cubre 183 países, subraya los efectos negativos que tendrá la pandemia para el crecimiento, y compara la situación actual con las recesiones de los últimos 150 años.
Las principales predicciones del informe son:
- Una contracción del 5,2% en el producto mundial en 2020, seguida por un aumento del 4,2 % en 2021;
- Una caída de 7,2% en América Latina, seguida por 2,8% de recuperación el próximo año;
- Una baja del 4,9% del producto total en el caso de Colombia, y un crecimiento del 3,6% en 2021.
Lecciones de la historia
Estas predicciones se basan en supuestos que no son del todo fiables. Por ejemplo, dan por sentado que las medidas de confinamiento serán levantadas en el segundo trimestre de 2020, que los desbalances financieros no van a persistir en el 2021, y que los precios de materias primas como el petróleo van a volver a la normalidad el próximo año.
Desde 1870 se han producido 14 recesiones: una cada diez años, con una duración media de un año.
Si bien estos supuestos no son del todo creíbles, tampoco son arbitrarios. El informe señala que desde 1870 se han producido 14 recesiones: una cada diez años, con una duración media de un año. En ese sentido, la historia sugiere que la crisis de la COVID-19 tendría su punto de retorno hacia el 2021. Pero este razonamiento no tiene en cuenta que la actual recesión no se parece a las anteriores porque obedece a que la gente no se puede mover con libertad—y esto a su vez haría que la recuperación sea más lenta que en las otras ocasiones—.
El informe también alude a la influenza de 1918, es decir, a la pandemia mundial que precedió la del SARS-Cov-2. Es curioso que el informe reconozca que esa “gripa” duró casi dos años y estuvo acompañada de una recesión que se extendió entre 1917 y 1921, pero no tome en cuenta estos hechos cuando analiza la pandemia actual.
Escenarios
A pesar de lo anterior, el informe sí presenta predicciones que se basan en supuestos un poco más pesimistas. Estima por ejemplo que, si las medidas de cuarentena se mantienen todo el año, la economía global se contraerá en un 8%.
En realidad, lo que le falta al informe es algo que no debe faltar en ningún tipo de ejercicio predictivo: alguna idea de qué tan probables son los escenarios optimistas y pesimistas. Aunque hacerlo es muy difícil, sirve de poco decir que las cosas pueden ir mal o peor sin dar siquiera pistas para orientar al lector.
Los supuestos estadísticos
Además de los supuestos históricos, hay que tener en cuenta los supuestos estadísticos. En este caso, hay dos que resultan relevantes.
Todas las predicciones económicas dependen de un conjunto de supuestos que pueden estar equivocados.
- Primero esta el supuesto de la normalidad estadística, que en palabras sencillas significa que los valores de cualquier variable tienden a volver rápidamente a sus promedios históricos. Por ejemplo, si el crecimiento del PIB en los últimos años ha sido del 3%, debemos esperar que después de la crisis provocada por el virus, el crecimiento vuelva rápidamente a ese punto.
- El segundo supuesto es que el futuro no será muy distinto del pasado; en síntesis, esto querría decir que la estructura de la economía después de la crisis será la misma que existía antes de ella.
Gracias a estos dos supuestos, los modelos estadísticos suelen hacer predicciones acertadas cuando las economías funcionan con normalidad y no hay cambios repentinos. Pero por eso mismo no suelen predecir los cambios inesperados, así que no resultan del todo convenientes en momentos de crisis.
El siguiente experimento mental explica por qué los modelos estadísticos suelen funcionar de ese modo: imagine que camina de espaldas por un pasillo estrecho; durante un tiempo, el pasillo tiene curvas suaves y usted logra mantenerse en pie mirando al suelo. Sin embargo, sin que nadie le avise, el pasillo de repente hace un giro de 90 grados: en este caso usted no puede hacer otra cosa sino chocarse con la pared.
Justo así se tienden a comportar los modelos estadísticos. Qué tanto sentido tienen estos modelos en el contexto actual, queda a juicio del lector.
Puede leer: Proyecciones de la COVID-19 para Colombia: ¿Qué pueden decirnos?
La moraleja
Más que refutar las predicciones del Banco Mundial—que, dicho sea de paso, hace un trabajo extraordinario al evaluar los efectos económicos de la COVID-1—, me interesa llamar la atención sobre la importancia de reconocer que todas las predicciones económicas dependen de un conjunto de supuestos que pueden estar equivocados.
Los medios de comunicación y los lectores deben notar que—sin importar el rigor de los economistas—la credibilidad de sus predicciones depende de los supuestos que utilicen.
Pero para que los medios reconozcan esa dependencia, es necesario que los economistas también lo hagan. Y esto no siempre sucede.
*Este artículo hace parte de la alianza entre Razón Pública y la Facultad de Economía de la Universidad Externado de Colombia. Las opiniones son responsabilidad del autor.
**Ph.D. en economía de la New School for Social Research y profesor de la Facultad de Economía de la Universidad Externado de Colombia.
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