Las disputas comerciales con China disparan a EE.UU en el pie. Los empleos que desea recuperar EEUU aplicando aranceles a China, no se recuperarán jamas, pues la manufactura es intensiva en mano de obra y en EEUU sería un gasto que le restaría competitividad mundial
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Actualizado a las 16/04/2018 - 15:23
Fuente: :Global Times
Beijing, 16/04/2018 (El Pueblo en Línea) -La fricción comercial entre EE.UU y China se ha intensificado, y una excusa que la administración Trump ha utilizado para el proteccionismo comercial contra China es que China ha estado robando empleos estadounidenses, especialmente en el sector manufacturero.
Pero el comercio bilateral no tiene nada que ver con el desempleo en Estados Unidos.
China o el comercio con China son simplemente chivos expiatorios. EE.UU está averiguando errores sin darse cuenta de que las verdaderas razones son internas, y el conflicto comercial pondrá en peligro los trabajos de manufactura de ambas partes.
Aunque el proteccionismo comercial puede dañar las exportaciones e industrias chinas, no harán que los empleos vuelvan a Estados Unidos. La demanda de EE.UU para trabajos de manufactura ha disminuido junto con la transición industrial de la nación, lo que ha resultado en una mejor productividad. A partir de la década de 1980, la industria manufacturera se desplazó fuera de los Estados Unidos. Estaban los Cuatro Tigres Asiáticos. Luego vino China, que ingresó en la OMC en 2001 y se convirtió en el centro de fabricación mundial. Después de China, es probable que el sudeste asiático atraiga la mayoría de los empleos debido a las ventajas del coste laboral. Incluso la fabricación avanzada no necesariamente volverá a Estados Unidos.
El modelado y la simulación basados en la teoría del equilibrio general y su sistema de valores han demostrado que el proteccionismo arancelario, unilateral o bilateral, solo puede perjudicar a ambas partes. Según un estudio que dirigí en el Instituto de Economía y Política Mundial de la Academia China de Ciencias Sociales, China perderá el 1,81% de sus empleos de manufactura si Estados Unidos impone aranceles globales del 30% a los productos chinos, mientras que el 0,14 por ciento de los trabajos en el sector de la fabricación estadounidense también desaparecerán. Si China adopta el mismo nivel de aranceles en represalia, eliminará el 1,865 y el 0,96% de los empleos en China y EE.UU respectivamente. Al tratar de salvar puestos de trabajos de fabricación a través de la fricción comercial, el presidente de EE. UU, Donald Trump, tiene la idea equivocada.
El pensamiento convencional es que las exportaciones chinas han reemplazado al sector manufacturero nacional de Estados Unidos y también a los empleos en ese sector. Pero esta opinión no tiene fundamento si hacemos un examen más detenido. Los productos exportados a los EE.UU requieren principalmente mano de obra y los costes laborales determinan que EE.UU no tiene ventajas en esta área. La división internacional del trabajo tiene un patrón fijo. EE.UU no puede y no tendrá predominio en el campo de la fabricación.
El desarrollo de corporaciones multinacionales ha distribuido sinergias organizadas de producción en todo el mundo. Las empresas asignan sus cadenas industriales entre los países para minimizar los costes y maximizar las ganancias. El dominio de China en la fabricación o las ventajas de Estados Unidos en el diseño y la comercialización son el resultado de la asignación de recursos del mercado mundial.
Estados Unidos no puede tener ambos. No es óptimo tener toda la fabricación en EE.UU cuando ocupa sectores de alto valor agregado. La asignación sub-óptima puede dañar sus propios intereses.
Obstinadamente, Trump insiste en ir contra el mercado y la ventaja comparativa y forzar a las industrias manufactureras a mudarse a Estados Unidos. De hecho, ha habido algunas de esas reubicaciones recientemente porque la inteligencia artificial y los robots han reducido algunos costes. En general, Estados Unidos no puede liderar la industria manufacturera debido a sus altos costes laborales. Comenzar disputas comerciales con China es como dispararse en el pie.
La disminución de las oportunidades de empleo refleja las ventajas comparativas indígenas y la división internacional del trabajo.
Ni China ni el comercio con China pueden ser considerados responsables de "robar puestos de trabajo de Estados Unidos". Mientras tanto, el creciente proteccionismo comercial solo puede dañar el mercado de trabajo de EE. UU, y no ayudarle.
El autor es asistente de investigación asociado en el Instituto de Economía Mundial y Política de la Academia China de Ciencias Sociales. bizopinion@globaltimes.com.cn
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