Las
tijeras de las petroleras llegan a la exploración
http://lat.wsj.com/articles/SB10119730561660464514404581627753986547300?tesla=y
Plataformas
petroleras en el mar del Norte, frente a las costas de Escocia. PHOTO: ANDREW
MILLIGAN/ASSOCIATED PRESS
Por SARAH KENT
lunes,
28 de marzo de 2016
19:54 EDT
LONDRES—En un síntoma de cómo la caída de
los precios del crudo reconfigura las prioridades del sector energético,
algunas de las mayores petroleras del mundo están agotando sus reservas con
mayor celeridad que con la que las están reemplazando.
Las siete
mayores petroleras occidentales que cotizan en bolsa, un grupo que incluye a Exxon Mobil Corp. y Royal Dutch Shell PLC, sustituyeron en promedio sólo 75% del petróleo y gas
natural que extrajeron, reveló un análisis de The Wall Street Journal a partir
de información provista por las compañías. Se trata de la mayor caída combinada
del inventario que las empresas han divulgado en al menos una década.
Exxon no
reemplazó el total de la producción por nuevas reservas en 2015 por primera vez
en más de dos décadas, informó la empresa. En cambio, sustituyó apenas 67% de
su producción el año pasado.
Hasta hace
poco, una disminución de las reservas habría sonado las alarmas de
inversionistas y ejecutivos sobre el futuro de una empresa energética.
Ahora, en
cambio, con los precios del crudo por los suelos, reponer los inventarios “se
vuelve menos importante”, dice Luca Bertelli, director de exploración de Eni SpA. La petrolera italiana ha reducido su
inversión en proyectos de alto riesgo y altas recompensas para maximizar la
producción de los yacimientos que ya están produciendo, señala.
El giro
muestra que los productores responden a la caída de los precios reduciendo los
nuevos proyectos de exploración y priorizando la maximización de las ganancias.
El riesgo es que una menor inversión en proyectos ahora, cuando los precios son
bajos, podría desembocar en una escasez una vez que los precios repunten.
Históricamente,
las empresas de energía han gastado grandes sumas para hallar recursos para el
futuro, nuevos yacimientos que reemplazan los barriles que se extraen todos los
días. Cuando deciden que es posible extraer el petróleo y el gas de forma
económica, contabilizan tales recursos como reservas comprobadas, es decir,
inventarios que se pueden explotar en forma rentable más adelante.
El actual
exceso de suministro ha obligado a las empresas a reducir el gasto donde
puedan. Han recortado sus inversiones en perforación exploratoria y gastos en
nuevos proyectos. El año pasado, las petroleras aprobaron sólo seis nuevas
iniciativas, según el banco de inversión Morgan Stanley.
La situación
no podría ser más diferente a la que imperó durante la última década, cuando
los altos precios de la energía hicieron que las empresas emprendieran
proyectos de exploración en todos los rincones del mundo. Las petroleras
gastaron miles de millones de dólares en los llamados megaproyectos, en parte
con el objetivo de mantener sus inventarios rebosantes durante décadas. Tales
inversiones contribuyeron a generar el actual exceso de oferta en el mercado.
Debido a las
normas contables, hay otro factor que reduce las “reservas comprobadas” que las
empresas contabilizan e informan a sus inversionistas: los bajos precios del
petróleo. La Comisión de Bolsa y Valores de Estados
Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) define las reservas comprobadas
como el volumen de crudo y gas natural que una empresa puede esperar extraer
con una ganancia.
Algunas de
las reservas que las firmas añadieron son demasiado caras para bombear a los
precios actuales. Eso ha obligado a algunas a eliminar barriles de sus libros
y, en algunos casos, a reducir el valor contable de esos activos.
Shell
pasó a pérdida miles de
millones de dólares del valor de sus activos el año pasado y los bajos precios
fueron uno de los factores que tuvo en cuenta para cancelar un proyecto en las
arenas bituminosas de Canadá. La empresa no reemplazó el petróleo que extrajo
en 2015 y sus reservas totales disminuyeron 20%.
A pesar del
descenso de las reservas, las grandes petroleras no corren el riesgo de
quedarse sin crudo. Exxon, por ejemplo, tiene reservas suficientes para seguir
operando durante 16 años a los actuales niveles de producción. Aparte de sus
considerables reservas comprobadas, las firmas tienen acceso a otros recursos
que podrían explotar si los precios suben.
Rex
Tillerson, presidente
ejecutivo de Exxon, dijo ante analistas este mes que el hecho de que la empresa
no sustituyera el petróleo y el gas que produjo en 2015 refleja su énfasis en
“utilizar el capital de manera eficiente para crear valor de largo plazo para
los accionistas, aunque signifique interrumpir una tendencia de 21 años”.
Las reglas
de la SEC exigen que las energéticas reporten sus reservas comprobadas basadas
en el precio promedio de cada año. De un año a otro, las reservas pueden ser
volátiles debido a las fluctuaciones de precios. La drástica caída del año
pasado obligó a algunas compañías a reducir sus reservas comprobadas, aunque el
abaratamiento de los costos ayudó a compensar parte de esas reducciones. Las
reservas de algunas empresas también se beneficiaron de contratos que les
otorgan una mayor parte de la producción cuando las cotizaciones son bajas.
Entre las
mayores petroleras, solamente la estadounidense Chevron
Corp., la francesa Total SA y Eni agregaron más barriles de los que
extrajeron el año pasado. La británica BP PLC reemplazó 61% de su producción en
2015, una cifra que excluye el impacto de las ventas y adquisiciones, mientras
que la noruega Statoil ASA sustituyó 55%. Si
bien las reservas de Shell cayeron, el gigante anglo-holandés acaba de
completar la compra de BG Group PLC por unos US$50.000 millones, lo que
elevaría sus reservas en cerca de 25% frente a los niveles de fines de 2014.
Las reservas
de las empresas enfrentan otras amenazas aparte de los bajos precios. Algunos
inversionistas han expresado su preocupación de que las leyes dirigidas a
reducir el calentamiento global, como un impuesto a las emisiones de carbono,
puedan acelerar la transición hacia energía más limpia y encarezcan el consumo
de combustibles fósiles. Eso imposibilitaría la explotación rentable de algunas
reservas. Las petroleras sostienen que el mundo necesitará durante décadas
grandes volúmenes de petróleo y gas.
En una señal
de su énfasis en la rentabilidad en desmedro del hallazgo de petróleo, algunos
inversionistas han acogido con beneplácito los recortes de gastos pese al
descenso de las reservas. “Cuando se está quemando la casa, uno no se
preocupa de si debe pintar el exterior”, dice Christopher Wheaton,
gestor de fondos de Allianz Global Investors, que tiene acciones de varias
grandes petroleras, como Shell, Total y BP. “Ahora lo que cuenta es la gestión
de crisis”.
Es un
panorama muy distinto del que imperaba a inicios de la década de 2000, cuando
las empresas respondieron a la presión de los inversionistas con grandes
inversiones en perforación y, en algunos casos, exagerando sus reservas. Shell
reconoció en 2004 que sobreestimó sus reservas en más de 20% en sus libros
contables. La acción cayó, altos ejecutivos dejaron la compañía y Shell pagó
multas onerosas. La empresa no quiso referirse al tema.
Después del
escándalo de Shell, las empresas trataron de hallar más crudo e invirtieron miles
de millones de dólares en proyectos para aumentar la producción, lo que condujo
al actual exceso de suministro y llevó a Shell a cambiar de estrategia. La
petrolera dejó de usar el crecimiento de la producción de petróleo y gas como
un indicador para asignar bonificaciones en 2014 y enfatizó, en su lugar, el
retorno sobre el capital.
No hay comentarios:
Publicar un comentario