El
Estado Islámico lanza una yihad global tras verse acosado en sus feudos
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/11/21/actualidad/1448132088_116638.html
El ISIS
ataca los países que bombardean sus bastiones mientras pierde posiciones
JUAN
CARLOS SANZ
Jerusalén
22
NOV 2015 -
GRÁFICO
INTERACTIVO
Fuente:
Agencias y elaboración propia.
Cuando los
yihadistas del Estado Islámico (ISIS, ISIL o Daesh) conquistaron la ciudad de
Mosul, la tercera mayor de Irak, en junio de 2014, proclamaron un califato
islámico a caballo entre el norte iraquí y el valle del Éufrates en la vecina
Siria. Fue la primera entidad paraestatal del islamismo radical desde la caída
de los talibanes en Afganistán tras los atentados del 11-S. A diferencia de Al
Qaeda, que nunca contó con un territorio propio y que mantuvo como objetivo
golpear al Occidente y a los países islámicos que colaboraban con los
“cruzados”, el ISIS se afianzó sobre el terreno en un territorio en el que
impuso la Sharía, recabó tributos, organizó la vida civil cotidiana según sus
reglas y recreó para miles de radicales el ensueño de un califato en expansión,
como en los primeros tiempos del islam, hace ahora 11 siglos.
Los ataques
del ISIS en París, que se cuentan entre los más sangrientos y osados del
yihadismo, se han dirigido precisamente contra uno de los países que
bombardeaba sus posiciones y sus bases. La oleada de atentados de la capital
francesa ha coincidido además con una de las mayores derrotas del califato en
el norte de Irak, tras más de un año de victorias ininterrumpidas. El ISIS ha emprendido una yihad global, en la estela la
antigua estrategia de Al Qaeda, que parece responder a una reacción
defensiva ante el acoso y el confinamiento que empieza a sufrir en sus propios
bastiones, a pesar de contar con “provincias” como Libia, el Sinaí o el Magreb.
En lo que va de año el ISIS ha causado más de 800 muertes
fuera de Siria e Irak en acciones terroristas cada vez más sangrientas.
Javier
Martín, autor del “Estado Islámico. Geopolítica del caos (La Catarata, 2015),
cree que “existe una relación evidente entre los bombardeos de la coalición
[encabezada por Estados Unidos, y en la que participa Francia] y los atentados
de París”. “Pero el objetivo del ISIS no es Occidente por definición; lo
principal sigue siendo consolidar y ampliar el califato en las tierras de la
antigua Mesopotamia”, puntualiza.
“Hemos
asistido al nacimiento de un califato islámico territorial, en el que el líder
de ISIS se erige en jefe religioso en una región del planeta”, reconocía el año
pasado a EL PAÍS—poco después de la proclamación efectuada en Mosul por
Abubaker el Bagdadi-- Olivier Roy, politólogo francés experto en el islam. ”Los
notables y los miembros de las tribus suníes necesitan a los yihadistas locales
y extranjeros para luchar contra los chiíes, en Irak, o los alauíes en Siria”,
según el director del programa para el Mediterráneo en el Instituto
Universitario Europeo de Florencia,
Casi nadie
reparó en que el mismo día de la masacre
de París, el Estado Islámico había perdido ante las tropas kurdas de Irak la
ciudad de Sinjar, un punto estratégico para
sus rutas comerciales, de avituallamiento y de reclutamiento de extranjeros,
destaca ahora Martín. Se trata de uno de los retrocesos militares más
importantes del ISIS en más de un año de avances triunfales. “Pero gracias a su
propaganda, ha quedado ensombrecida por la “victoria de París” ante sus
seguidores”, argumenta este periodista español especializado en Oriente
Próximo, que considera por el momento “muy posible” que otros países implicados
o que se impliquen en la coalición contra el Estado Islámico “sufran atentados
si los bombardeos prosiguen”.
Pero
mientras los atentados del pasado mes de enero contra el semanario satírico
Charlie Hebdo, en una clara agresión a la libertad de prensa de las sociedades
occidentales, y el supermercado judío de París fueron obra de “lobos
solitarios” que actuaron aislados y aparentemente descoordinados, la cadena de
ataques registrados ahora en la capital francesa estaba perfectamente
“coreografiada”, según los expertos, como las atentados islamistas radicales de
Bombay en 2008.
En poco más
de un mes, entre el 10 de octubre y el 13 de noviembre ha golpeado con dureza
en los países que han participado activamente en bombardeos y operaciones
contra sus milicias en Irak y Siria. París (130,
muertos). Beirut (43) en un barrio chií de estilo de vida occidental
pero que apoya a Hezbolá, que combate a los yihadistas en las filas del régimen
sirio. Península del Sinaí (224), todos los ocupantes
del Airbus ruso que se estrelló cuando transportaba turistas desde Sharm
el Sheij hasta San Petersburgo. Rusia interviene directamente en la guerra
siria en el bando de Bachar el Asad. Ankara (100
muertos), dos atentados suicidas sembraron el terror en un acto político en
plena campaña electoral turca.
Se trata sin
duda de las réplicas del ISIS a países o grupos que combaten contra el
califato. Excepto en Túnez, el país pionero de la “primavera árabe” y el único
en el que parecen haberse consolidado las reformas democráticas. Javier Martín,
que precisamente ejerce como delegado de la agencia Efe en la capital
tunecina—tras haber informado desde El Cairo, Teherán y Jerusalén--, considera
que los atentados contra el museo del Bardo, en marzo, y en la localidad
costera de Susa, en junio, “respondieron a un entorno local, a los objetivos y
a las necesidades de combate de los grupos yihadistas en Libia y Túnez”.
Sostiene que ambos fueron planeados y ejecutados por grupos con financiación y
recursos propios para golpear al turismo en pleno proceso de transición. La
toma de rehenes del viernes en Bamako, que se saldó con 27 muertos, se
inscribiría también es esta perspectiva local, además de que no se acreditado
la lealtad al ISIS de los comandos que actuaron en la capital de Malí.
En clave
local
Todos estos
ataques y atentados deben ser considerados en última instancia como “una forma de
autodefensa y una cruenta campaña de propaganda del ISIS”, según el
autor de El Estado Islámico. Geopolítica del caos. Así, el doble atentado
suicida de Líbano que precedió a la oleada de
ataques en París contiene “un evidente componente religioso”
contra la comunidad chií. Respecto al Airbus 321, cree que se trata de “un
aviso para Rusia”, si bien también pude
responder a intereses locales, igual que en Túnez, con el objetivo de
“causar daño al Gobierno egipcio mediante el hundimiento del turismo”. Los
objetivos están cuidadosamente preparados y elegidos y tienen un doble mensaje,
según Martín: “Uno para consumo externo: cada enemigo recibirá su castigo donde
más le duela. Y otro de consumo interno: aunque el califato sufra derrotas, es
lo bastante fuerte como para acoger a sus seguidores”.
En una
tribuna publicada esta semana en The New York Times,
Olivier Roy resalta que el Estado Islámico no es el principal enemigo del régimen de
Bachar el Asad ni de Rusia, que combaten fundamentalmente a otros grupos
rebeldes; ni de Turquía, concentrada en su lucha
contra las milicias kurdas sirias y turcas; ni de los
kurdos, que se mueven dentro de en sus fronteras étnicas; ni de los
saudíes, con quienes comparten una visión rigorista del islam; ni de los iraníes, que aspiran a contener al ISIS sin
que deje de amenazar al mismo tiempo otros grupos suníes. Hasta Israel parece
satisfecho de que grupos árabes e islámicos peleen entre sí, mientras el
conflicto palestino queda en el olvido. Nadie parece tener la intención de
derrotar a un ISIS que ya ha alcanzado sus límites territoriales en territorio
suní. “Estancado en Oriente Próximo, se vuelve ahora hacia el terrorismo
globalizado (…) Los atentados de Sharm el Sheij, de Beirut, de París, tienen el
mismo objetivo: mantener vivo el terror”, concluye el autor de El islam
mundializado.
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