¿Quién es el candidato francés Emmanuel Macron?
https://www.nytimes.com/es/2017/04/21/quien-es-el-candidato-frances-emmanuel-macron/?smid=fb-espanol&smtyp=cur
Por ALISSA J. RUBIN
21 de abril de 2017
Emmanuel Macron, candidato a la presidencia de Francia, en su despacho en París, la semana pasada Credit Pierre Terdjman para The New York Times
BAGNÈRES-DE-BIGORRE, Francia — En los días previos a la primera ronda de la elección presidencial de Francia, Emmanuel Macron caminaba lentamente por la nieve en lo alto de las montañas, cerca de la frontera con España, para hacer campaña en una pequeña población donde alguna vez vivieron sus abuelos.
Con una contienda electoral tan cerrada, parecía un lugar improbable para cualquier candidato porque casi no se veían electores. Después, Macron describió su visita como un “peregrinaje” que, en parte, tenía la intención de mostrar su lado humano, reflejar su conexión con un “terruño” al que los electores franceses pudieran aferrarse.
Sin ningún partido político del cual hablar y sin haber ocupado ningún cargo sujeto a elección, Macron, quien tiene 39 años, fue banquero de inversiones y exministro de Economía, tiene la inverosímil misión de convertirse en el presidente más joven de la Francia moderna. Su perfil es el de una persona que sabe de política, pero sus políticas son todo lo contrario.
Si Macron logra ganar, su primer reto será vender un producto desconocido para la mayoría de los electores: él.
El hecho de que Macron sea tan desconocido entre los franceses solo enfatiza su rara posición en una elección que, hasta cierto punto, es un referendo sobre el futuro de Europa. Marine Le Pen, candidata de la derecha radical, amenaza con sacar a Francia de la Unión Europea. Por otro lado, Macron es un fiel defensor de Europa y se ha descrito como lo opuesto a Le Pen.
La contienda sigue sin definirse, ya que el 30 por ciento del electorado francés sigue indeciso y cuatro de los once candidatos, incluido Macron, obtienen en las encuestas una diferencia de tres o cuatro puntos entre sí. Los dos candidatos que más votos obtengan en la primera ronda de la elección se enfrentarán para el voto final el 7 de mayo.
Macron ha comenzado un nuevo movimiento político: En marche!, que significa “En marcha” y se inspira en ambos lados del espectro político. Está apostando a que su filosofía pospartidista concuerde con el ánimo nacional. Sin embargo, el chico más listo del salón no siempre es el que gana; Macron podría ser el tipo de agente de cambio que Francia teme.
En una segunda vuelta —suponiendo que tanto él como Le Pen lleguen a la ronda final— ella sería la apoderada política del voto para conservar o restaurar una visión nostálgica (para los críticos, obsoleta) de Francia, que además revive el nacionalismo y el sentimiento antimusulmán. Ha expandido su movimiento atacando la globalización, así como a la Unión Europea, la pérdida de empleos en Francia y el influjo de inmigrantes.
Macron es el candidato de la clase dirigente que está en contra de la clase dirigente. Tiene en la mira a las vacas sagradas —las prestaciones del retiro, las protecciones a los trabajadores— con la intención de hacer que Francia sea más amigable con los negocios, a la par que declara que conservará sus garantías sociales, y muchos se preguntan si será posible que logre hacer ambas cosas a la vez.
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Macron en un evento electoral celebrado en Pau, al suroeste de Francia Credit Pierre Terdjman para The New York Times
A pesar de los riesgos políticos, Macron ha aceptado con orgullo a la impopular Unión Europea y tiene una postura de tolerancia hacia los inmigrantes y musulmanes que nunca han sido del agrado de Francia y mucho menos a partir de los ataques terroristas de 2015.
Sin embargo, ha logrado hacer eco en muchos votantes, a pesar de ser “un objeto político no identificado”, como lo describe Pascal Perrineau, profesor de Ciencias Políticas en Sciences Po de París. “Es, como dice, de derecha y de izquierda, y ese es un invento que nunca antes se había visto en nuestra clase política”.
Macron nació y creció en Amiens, a unos 112 kilómetros de París, y es el mayor de tres hermanos. Sus padres son médicos. Asistió a una escuela parroquial fundada por jesuitas. Cuando tenía 15 años, conoció a Brigitte Trogneux, maestra de francés y teatro, de quien se enamoró. Ella, veinticuatro años mayor que él, en un principio trató de disuadirlo, pero él estaba decidido y ella terminó cediendo.
Producto de dos escuelas importantes, como la prestigiosa Sciences Po y la École Nationale d’Administration, Macron consiguió un alto cargo en el órgano de auditoría de élite en el Ministerio de Finanzas y después trabajó en el banco de inversiones Rothschild & Company.
Aunque sabía poco de la banca de inversiones, en cuatro años en la empresa, Macron pasó de director a director administrativo. Para 2014, cuando tenía 36 años, fue nombrado ministro de Economía por el actual presidente socialista de Francia, François Hollande, cargo que dejó para iniciar su campaña.
Su único logro importante fue la aprobación de la Ley Macron:
una mezcolanza de políticas económicas diseñada para eliminar las restricciones y hacer que los mercados fueran más flexibles.
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Emmanuel Macron con su esposa, Brigitte, en la campaña presidencial Credit Pierre Terdjman para The New York Times.
Las políticas que propone, aunque numerosas, han sido atacadas por considerarse vagas y difíciles de definir en términos políticos, en especial en un país cuyo pensamiento está conformado por dos extremos: la izquierda y la derecha.
En un acto de campaña reciente en Pau, la gente parecía un poco más entusiasta antes de que comenzara a hablar porque después algunos lucían agobiados ante sus propuestas idealistas. Se le ha criticado por ser tecnócrata, abstracto y algunas veces carente de empatía.
Además, su aceptación del bipartidismo puede resultar en que ninguno de los dos bandos confíe en él. “En cierto sentido, la izquierda no acaba de creerle, y la derecha tampoco”, dijo Frédéric Martel, un conocido escritor de política y cultura.
Sin embargo, hay muchas personas que sí lo hacen, en especial los citadinos, con alto nivel de estudios y que son relativamente jóvenes.
“Tiene una especie de espíritu libre”, comentó Amélie Castera, amiga de Macron que estudió con él en la École Nationale d’Administration y ahora tiene un cargo de alto nivel en AXA, la poderosa aseguradora francesa.
“Tiene una libertad que emana de su confianza en su destino”, agregó.
Aurelien Breeden colaboró con este reportaje desde París.
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