La lira turca y el peso argentino se hunden un día más contra el dólar
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Nueva jornada de turbulencias en algunas de las divisas emergentes. La lira turca pierde hasta un 5% contra el dólar y se sitúa por debajo de los 0,15 dólares por unidad. Por otro lado, el peso argentino se ha llegado a desplomar hasta un 20% y cae hasta los 0,0246 dólares, marcando así un nuevo mínimo histórico. El resto de grandes divisas emergentes se mantienen prácticamente planas frente al dólar, lo que deja entrever que son Turquía y Argentina los países que presentan mayores debilidades económicas, lo que está provocando una salida de capitales de estos países.
La fortaleza del dólar, consecuencia del buen estado económico de EEUU y del avanzado ciclo monetario (subidas de tipos de la Fed), está llevando a que muchos inversores vean mayor atractivo en los activos de EEUU, que ofrecen rentabilidad a la par que estabilidad. Esto supone un problema para algunos países emergentes que suelen ofrecer grandes rentabilidades en sus activos, pero con un riesgo que suele ser superior ante cambios del entorno financiero.
Según el Instituto Internacional de Finanzas (IIF), Argentina y Turquía muestran una sensibilidad importante a la fortaleza del dólar. Una apreciación del 10% del dólar contra sus divisas aumenta cerca de cinco puntos porcentuales el endeudamiento (corporativo y público) de esos países sobre su PIB. Los agentes de los países emergentes tienden a realizar emisiones de deuda o a pedir préstamos en dólares para cubrir las operaciones que realizan con esa divisa y porque la financiación en divisa dura (dólar, euro o yen) suele requerir un interés inferior.
Reunión de urgencia para subir tipos
Hoy el peso argentino sufre una fuerte volatilidad que ha llevado a la divisa a perder más de un 20% contra el dólar. Esta situación de extrema volatilidad ha obligado al Banco Central de Argentina a subir los tipos de interés en cinco puntos porcentuales hasta el 60% para intentar contener el desplome del peso. La decisión se ha tomado en una reunión de urgencia con el objetivo de frenar la sangría que vive la divisa argentina. No obstante, en lo que va de año el peso acumula una caída de casi el 51% frente al 'billete verde'.
El comunicado emitido por el banco central señala que "en respuesta a la coyuntura cambiaria actual y ante el riesgo de que implique un mayor impacto sobre la inflación doméstica, el Comité de Política Monetaria del Banco Central de la República de Argentina resolvió por unanimidad reunirse fuera de su cronograma preestablecido y aumenta la tasa de política monetaria al 60%".
La fuerte depreciación del peso está disparando la inflación en Argentina que se situó en julio en el 31,2%. El banco central del país está actuando para intentar detener esta situación con poco éxito por el momento. Argentina pidió de forma oficial ayuda (50.000 millones de dólares) al Fondo Monetario Internacional para defender el tipo de cambio del peso y reformar su economía con mayor estabilidad financiera. El banco central está realizando intervenciones directas en el mercado de divisas vendiendo dólares y comprando pesos.
Ante la constante depreciación del peso, ayer el presidente de Argentina, Mauricio Macri, anunció que por la nueva "falta de confianza en los mercados" hacia el país, acordó con el Fondo Monetario Internacional (FMI) adelantar los fondos necesarios del crédito de 50.000 millones de dólares concedido en junio.
Este anuncio se produce después de que en las últimas semanas, por factores externos (y ausencia de medidas internas para reducir los desequilibrios), como la crisis de la lira turca, o internos por el caso de corrupción que afecta a empresarios y funcionarios del anterior Gobierno, haya vuelto a caer el peso argentino, que en lo que va de año ya se ha depreciado más del 50% frente al dólar.
"La última semana hemos tenido nuevas expresiones de falta de confianza en los mercados, específicamente sobre nuestra capacidad de lograr financiamiento para 2019", señala Macri.
En el caso de Turquía la situación es un tanto diferente, ya que el Gobierno otomano se ha negado a pedir ayuda al Fondo Monetario Internacional, pero también ha puesto en marcha grandes reformas de la economía para corregir el vasto déficit por cuenta corriente y los desequilibrios internos que están creando esta desconfianza.
"Este año, las debilidades de Turquía y Argentina se alimentan mutuamente", comenta Richard Segal, analista senior de Manulife Asset Management. "El atractivo fundamental para los mercados emergentes no cambia y, a niveles más bajos, los compradores volverán, como siempre lo hacen cuando las percepciones de volatilidad disminuyen".
Pero ahora mismo la estrategia risk-off está presente en los inversores, que huyen de los países con unas perspectivas más débiles y se refugian en el 'todo poderoso' dólar. Turquía y Argentina están siendo los mercados más afectados, mientras que Brasil, China y Rusia están sorteando con más fortuna los golpes, gracias a una posición exterior más sólida (cuenta corriente y deuda externa) y a una inflación bajo control.
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