¿Hay
diez Mandamientos o son solamente nueve?
Una declaración monoteísta de
aspiración universal
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Mundo_Judio/58221/
Segisfredo Infante, Tegucigalpa
http://antipas.net/faq15spa.htm
Unos autores
dicen que el monte Sinaí estaba en la parte del antiguo Egipto que ahora es el norte de Arabia Saudita
La wikipedia
dice que está por acá.
Una de las
tareas más difíciles para cualquier escritor antiguo, moderno o contemporáneo,
es el abordaje desprejuiciado y sincero de los primeros cinco libros de la
Biblia.
Me refiero a
la Torá o Pentateuco, sobre todo si se trata de
un humilde escritor profano, como el autor de estos renglones, que hoy se
aproxima apenas, con reiterados tanteos tímidos, a una obra antiquísima de fuerte contenido cosmológico, teofánico,
literario, profético, legendario, histórico, reglamentario e incluso
hermenéutico, a sabiendas que hay, y ha habido, especialistas como el
pensador medieval Moshé ben Maimón (Maimónides)
y el sacerdote católico del siglo XX Luis Alonso
Schökel.
Creo que la
figura más llamativa de la Torá o Pentateuco, después del patriarca Abraham,
oriundo de la ciudad mesopotámica de “Ur”, es justamente el profeta teofánico,
hebreo-egipcio, llamado Moisés (o “Moshé”). Quiero detenerme, por consiguiente,
en algunos pasajes del “Éxodo” (o “Shemot”), y del libro Deuteronomio (en
lengua hebrea “Devarim”). Utilizo para este fin dos versiones bilingües de la
Biblia, en hebreo y en castellano, con notables diferencias entre la una y la
otra; y dos ediciones de la Biblia católica de Jerusalén, una de ellas con
interpretaciones de pie de página.
Para
comenzar soy partidario que los sucesos de teofanía o revelación mosaica más
importantes, ocurrieron en el Monte Horeb, en
la península desértica del Sinaí (o “Sinay”).
No en otras montañas más alejadas como sugieren algunos “expertos” de última
hora. Mi intuición de viejo lector y de observador histórico, me conduce hacia
esta conclusión bastante firme.
Moisés
escribió los famosos “diez mandamientos” sobre dos tabletas de piedra labradas
con sus propias manos. Los escribió en ambas caras de cada tableta. Para tal
efecto se reconcentró, durante cuarenta días y cuarenta noches, con posibles
padecimientos de hambre física y falta de agua, sobre las alturas del
mencionado Monte Horeb.
En varias
oportunidades he enumerado la cantidad de mandatos revelados o inspirados, y en
la suma sólo me aparecen “nueve mandamientos”.
Los cuatro textos bíblicos
arriba mencionados coinciden exactamente con esta cantidad sugerida, comenzando
por la respetable versión de “La Torah” del rabino Meir Matzliah Melamed, quien
también añade interpretaciones suyas, y de la tradición talmúdica, a pie de
página.
El problema,
quizás, radica en el primer mandamiento del “Éxodo”, que podría tratarse, más
bien, de una declaración monoteísta de aspiración universal. Literalmente dice:
“Yo soy el
Eterno, tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de
servidumbre”.
Tal
afirmación es diferente de un verdadero mandato para el “Hombre”, que se repite
en “Deuteronomio”.
A partir de
tal declaración se pueden contar los nueve mandamientos que nosotros sugerimos:
unos que se refieren al presente en que fueron dictados, y otros que inducen a
un mejor comportamiento de los seres humanos en cualquier época de la Historia,
al grado que han servido de base para la elaboración posterior de unos
principios éticos de carácter universal como, por ejemplo, “No matarás”, y “No
hablarás contra tu prójimo falso testimonio”.
En el
“Deuteronomio” o “Devarim”, hay un agregado posterior a los “nueve
mandamientos”, que aparece en el capítulo quinto, versículos cuatro y cinco,
que literalmente expresa:
“Oye, Israel: el Eterno,
nuestro Dios, el Eterno es uno. Y amarás al Eterno, tu Dios, con todo tu
corazón y con toda tu alma y con todo tu poder”.
(En la Biblia de Jerusalén en vez del concepto
“Eterno” aparece el concepto “Yahveh”, de igual
o análogo contenido filosófico, según lo sugiriera Schökel y algunos de mis
versos poéticos en “De Jericó, el relámpago” y en “Correo de Mr. Job”).
Más que un
mandato el agregado del texto deuteronómico sugiere una profunda exhortación,
de libre arbitrio, de unos sabios monoteístas convencidos. Por eso en algunas
tradiciones el amor supremo hacia Dios se convierte en el primer mandamiento,
porque entonces se completa el “Decálogo”, un poquito diferente al revelado o
inspirado en las cumbres del Monte Horeb (o “Joreb”), lo que repercute en la
tradición bíblica cristiano-occidental.
Desde mi
punto de vista los sucesos legendarios e históricos de Moisés ocurrieron unos
mil doscientos treinta y dos años (1,232) aproximados, antes de Jesucristo, en
los tiempos en que gobernaba el faraón “Merenptah”,
hijo de Ramsés Segundo, quien se enfrentó a las tribus hebreas del
desierto, según consta en una estela de guerra de ese mismo año.
Y aunque el
“Código” del rey babilónico Hammurabi es del año 1,760 antes de nuestra era
occidental, es casi imposible que el desértico Moisés, o sus escribanos, lo
hayan conocido en forma directa, en tanto que ese “Código” se extravió unos mil
doscientos años antes de Cristo, y fue descubierto en el año 1901, de nuestra
era actual. Su estela, con inscripciones cuneiformes en lengua acadia, se
encuentra en Louvre, París.
...........................................
Más
información de la Wikipedia.
http://es.wikipedia.org/wiki/Monte_Sina%C3%AD#mediaviewer/Archivo:MountSinaiView.jpg
Jabal
Musa
La parte de
la sierra, un precipicio bajo sobresaliente, conocida como el Ras Sasafeh (Sufsafeh), se eleva casi
perpendicularmente del llano, y es identificada por algunos como el Sinaí
histórico. Grupos turísticos y religiosos locales anuncian esta montaña como el
mismo monte Sinaí descrito en el Tanaj (Biblia Hebrea,
Antiguo Testamento). Historiadores y arqueólogos apuntan que no hay una
tradición aceptada acerca de qué montaña es el "verdadero" monte
Sinaí y de hecho hay varios otros montes en la zona que algunos grupos
mantienen que es el verdadero.
Otros
lugares
Hay un peso
considerable de contra-pruebas históricas para apoyar la opinión de que Jabal Musa y el monte Sinaí Bíblico no representan en
el mismo lugar.
Han sido
sugeridos otros lugares. El libro The Gold of Exodus de Howard Blum opta por Jabal al-Lawz en Arabia Saudi. El profesor Colin
Humphreys ha argüido a favor del volcán Hala-'l Badr,
más al sur, en Arabia, narrado en su libro The Miracles of Exodus, asegurando
que la erupción de un volcán explicaría muchos
de los fenómenos descritos en el Éxodo. Hay evidencias que indican que el monte
Sinaí bíblico se encuentra en Hashesh el Talif,
un monte más cercano a Israel que el que se piensa normalmente, ubicado al este
de Egipto; el cual aparentemente tiene más parecido a las descripciones
bíblicas. FP acepta esta descripción.
Nota del autor del blog :
Si el viaje de Moises duro 40 años ¿porque no hay vestigios arqueológicos o
campamentos entre Egipto y la tierra
prometida a través del Sinaí? digamos ollas de barro rotas, vasos, piezas de cobre,
lanzas, etc .
Hermenéutica es el arte de interpretar textos
antiguos
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