México devuelve a Estados Unidos el arancel sobre el acero y el aluminio
El Gobierno de Enrique Peña Nieto "lamenta" la decisión de Trump y grava un abanico de productos que va desde los aceros planos hasta varios alimentos
México
México responde a Estados Unidos con la misma moneda. El Gobierno mexicano ha lamentado "profundamente" la decisión de la Administración Trump de imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio provenientes de México, Canadá y la Unión Europea por razones de seguridad nacional, y ha fijado una medida arancelaria equivalente sobre un abanico de productos de origen estadounidense: aceros planos, lámparas y varios alimentos (piernas y paletas de puerco, embutidos y preparaciones alimenticias, manzanas, uvas, arándanos, diversos quesos) por un monto equivalente. La disposición de la Administración Trump, con la que ya había amenazado a principios de marzo, enturbia aún más la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), sin avances en las últimas semanas y que ya mira a 2019 como fecha probable de conclusión. Dos horas después de que Washington hiciese público el arancel, el peso -uno de los mejores termómetros de riesgo de la economía mexicana- se depreciaba casi un 1,5% frente al billete verde.
"México reitera su postura en contra de medidas proteccionistas que afectan y distorsionan el comercio internacional de mercancías", incide el Ejecutivo mexicano en el comunicado hecho público apenas una hora después de que la Casa Blanca confirmase este nuevo paso en su agenda proteccionista. El arancel espejo mexicano estará vigente "en tanto el gobierno estadounidense no elimine" los suyos, que entran en vigor mañana, 1 de junio. "México", agrega el comunicado, "reitera su apertura al diálogo constructivo con EE UU, su apoyo al sistema comercial internacional y su rechazo a las medidas proteccionistas unilaterales". La respuesta mexicana es, según José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico "una señal de que ya no va a ceder más". "Durante más de un año, México ha tratado de ser diplomático, pero se ha dado cuenta de que eso no funciona con Trump", agrega. "Ya estamos en guerra comercial: Trump ha amenazado e impuesto aranceles, tanto en aluminio y en acero como en paneles solares y lavadoras. Las vías de negociación se están agotando".
Esta medida estará vigente hasta en tanto el gobierno estadounidense no elimine los aranceles impuestos— SE México (@SE_mx) May 31, 2018
Tras conocer las medidas arancelarias, Francisco Orduña, vocero de Altos Hornos de México (AHMSA) ha aplaudido la decisión de Economía en un momento de máxima incertidumbre comercial- "Qué bueno que adoptaron esa posición [aranceles equivalentes en respuesta a EE UU]. No hay que ser timorato: la situación es muy grave. Estamos en el inicio de un proceso muy serio del que no se pueden visualizar en este momento todo su alcance", subraya. AHMSA, presidida por Alonso Ancira, es una de las principales siderúrgicas mexicanas con una producción de más de seis millones de toneladas anuales de acero y una plantilla de 6.500 trabajadores. En la misma línea, Juan Antonio Reboulen, presidente de la comisión de enlace legislativo de la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero), cree que los aranceles estadounidenses carecen de racionalidad, al romper las cadenas regionales de América del Norte. “Aquí lo que se está haciendo es generar una medida de presión muy fuerte al Gobierno mexicano tal vez para que ceda en otros temas donde la negociación del TLC no ha podido avanzar” subraya el también representante de la acerera Deacero.
Las siderúrgicas instaladas en México produjeron casi 20 millones de toneladas de acero crudo en 2017. De esa cifra, 3,3 millones de toneladas de acero acaban en EE UU, aproximadamente las dos terceras partes de las exportaciones siderúrgicas nacionales. Tanto el acero como el aluminio tienen un papel esencial en dos de las mayor industrias transfronterizas: la automotriz y la electrónica.
"Era algo que ya anticipábamos", apunta una fuente del Gobierno mexicano bajo condición de anonimato por la sensibilidad del asunto. "Nos tenían amenazados y la amenaza se cumplió. Siempre fuimos muy claros en que México tenía que estar excluido permanentemente y no temporalmente, y que nuestra iba a ser la que ha sido. No es una buena noticia, pero sabíamos que se podía dar este escenario".
La decisión de Trump llega en un momento crítico para la renegociación del TLC, que une a EE UU con México y Canadá desde hace casi un cuarto de siglo. Sin apenas avances en ese frente y con la delegación estadounidense muy poco dispuesta a ceder respecto a sus exigencias iniciales, inaceptables para sus dos socios, el arancel sobre el acero y el aluminio contribuye a enrarecer aún más el ambiente. "La negociación se cocina aparte, pero claro que afecta", apunta, en declaraciones a EL PAÍS, un alto negociador mexicano para el TLC. "El ambiente ya estaba viciado, con pocos avances y añade un punto más de incertidumbre". "Otra cosa no, pero Trump está demostrando que cumple sus amenazas", valora Luz María de la Mora, eex jefa de unidad de Negociaciones Comerciales Internacionales en la Secretaría de Economía mexicana, que augura una dura batalla legal entre EE UU y sus socios tanto en el seno del TLC como en la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Ahora, el mayor temor de las autoridades mexicanas es que Trump también siga adelante con su arancel sobre los coches y sus componentes, una medida que golpearía a su mayor industria exportadora -que suma la tercera parte de las ventas exteriores totales, casi 100.000 millones de dólares al año- y que sería un duro golpe sobre el corazón mismo de su economía. México saldrá de dudas a mediados de 2019, cuando vence el plazo que se ha dado a sí misma la Administración estadounidense. Solo hay una cosa clara en la Ciudad de México: Trump va en serio y está dispuesto a todo.
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