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viernes, 7 de julio de 2023

La ilusión del teletrabajo se desvanece .. En realidad, no es más productivo que estar en la oficina

 

La ilusión del teletrabajo se desvanece

LIBRE INTERCAMBIO

En realidad, no es más productivo que estar en la oficina

La situación del teletrabajo en España en 2023: ¿Adiós a la oficina para siempre?

La situación del teletrabajo en España en 2023: ¿adiós a la oficina para siempre?

 Getty Images

Asistimos a una paulatina migración inversa desde el Zoom hasta la sala de conferencias. Las empresas de Wall Street han sido algunas de las más enérgicas a la hora de volver a llamar a los empleados a los despachos, pero en los últimos meses incluso muchos titanes tecnológicos (Apple, Google, Meta y otros) han exigido al personal acudir a la oficina al menos tres días a la semana. A los partidarios del teletrabajo, eso les parece la venganza de los cascarrabias corporativos. ¿No demostró un aluvión de estudios durante la pandemia de la covid-19 que el trabajo a distancia era a menudo más productivo que el realizado en la oficina?

Por desgracia para los más convencidos, las nuevas investigaciones contradicen en su mayoría esa teoría y demuestran que las oficinas, pese a todos sus defectos, siguen siendo esenciales. Un buen punto de partida es un documento de trabajo que fue objeto de gran atención cuando lo publicaron en 2020 Natalia Emanuel y Emma Harrington, entonces estudiantes de doctorado en la Universidad Harvard. Las investigadoras detectaron un aumento del 8% en el número de llamadas atendidas por hora por parte de los empleados de un establecimiento online que se había pasado al teletrabajo. Mucha menos repercusión ha tenido una versión revisada de ese mismo trabajo publicada en mayo pasado por el Banco de la Reserva Federal de Nueva York. El aumento de la eficiencia se ha convertido ahora en un descenso del 4%.

Las investigadoras no se habían equivocado. Ocurrió que ahora han recibido datos más precisos, incluidos unos horarios de trabajo detallados. Resultó que los empleados no sólo contestaban menos llamadas desde casa, sino que también se resentía la calidad de sus interacciones. Dejaban a los clientes en espera durante más tiempo. Y también eran más las rellamadas, un indicio de la existencia de problemas no resueltos.

La revisión se publica en la estela de otros estudios que han llegado a conclusiones similares. David Atkin y Antoinette Schoar, del Instituto Tecnológico de Massachusetts, y Sumit Shinde, de la Universidad de California en Los Ángeles, asignaron aleatoriamente operar desde casa o desde la oficina a trabajadores de la India encargados de introducir datos. Los que trabajaron en casa fueron un 18% menos productivos que sus compañeros en la oficina. Michael Gibbs, de la Universidad de Chicago, y Friederike Mengel y Christoph Siemroth, de la Universidad de Essex, descubrieron un déficit de productividad, en relación con el rendimiento previo en la oficina, de hasta el 19% en el caso de los teletrabajadores de una gran compañía informática asiática. Según otro estudio, incluso los profesionales del ajedrez juegan peor en línea que de forma presencial. Y otro estudio más utilizó un experimento de laboratorio para demostrar que las videoconferencias inhiben el pensamiento creativo.

Es probable que las razones de tales hallazgos no sorprenda a nadie que se haya pasado una buena parte de los últimos años trabajando desde la mesa del comedor. El trabajo en colaboración es más difícil desde casa. Los empleados que participaron en el estudio de la Reserva Federal mencionaron que haber notado la ausencia de “compañeros de trabajo a los que acudir en busca de ayuda”. Otros investigadores que analizaron los registros de comunicación de casi 62.000 empleados de Microsoft observaron que las redes profesionales dentro de la empresa se volvían más estáticas y aisladas. Las teleconferencias son una pálida imitación de las reuniones presenciales: los investigadores de la Escuela de Negocios Harvard, por ejemplo, llegaron a la conclusión de que los “dispensadores de agua virtuales” (unos espacios creados por muchas empresas durante la pandemia para remedar las charlas en torno al dispensador de agua real) a menudo invadían horarios muy apretados con beneficios limitados. Por utilizar la terminología de Ronald Coase, un economista que se centró en la estructura de las compañías, todos esos problemas representan un aumento de los costes de coordinación y hacen que la empresa colectiva sea más difícil de manejar

Es razonable esperar que algunos de los costes de coordinación del teletrabajo disminuyan a medida que la gente se acostumbre a él. Desde 2020, muchos se habrán vuelto expertos en el uso de Zoom, Webex, Teams o Slack; pero hay otro coste que puede aumentar con el tiempo: el subdesarrollo del capital humano. En un estudio sobre ingenieros de software publicado en abril, las ya doctoras Emanuel y Harrington, junto con Amanda Pallais, también de Harvard, descubrieron que la retroalimentación entre colegas disminuía drásticamente tras el paso al trabajo remoto. Atkin, Schoar y Shinde documentaron un descenso relativo del aprendizaje de los teletrabajadores. Quienes trabajaban en la oficina adquirían conocimientos más rápidamente.

Los orígenes de la opinión según la cual, en contra de todo lo anterior, el trabajo a distancia aumenta la productividad se remontan a un experimento realizado casi una década antes de la pandemia y del que informaron en 2013 Nicholas Bloom, de Stanford, y otros. Los trabajadores del centro de atención telefónica de una agencia de viajes online china (que hoy se llama Trip.com) aumentaron su rendimiento en un 13% trabajando a distancia, una cifra que sigue apareciendo hoy en los medios de comunicación. Sin embargo, a menudo se pasan por alto dos aspectos importantes: en primer lugar, más de dos tercios de la mejora del rendimiento se explican porque los empleados trabajaron más horas, no de forma más eficiente; en segundo lugar, la empresa china acabó interrumpiendo el teletrabajo porque quienes no trabajaban en la oficina tenían dificultades para ascender. En 2022, Bloom visitó Trip.com de nuevo, esa vez para investigar los efectos de un ensayo de trabajo híbrido. Los resultados de ese experimento fueron menos sorprendentes: tuvo un impacto mínimo en la productividad, por más que los trabajadores hicieran jornadas más largas y escribieran más código que en la oficina.

El precio de la felicidad

Hay en el trabajo (y la vida) mucho más que productividad. Quizás la mayor virtud del teletrabajo sea que hace más felices a los empleados. Las personas pasan menos tiempo desplazándose, lo que desde su punto de vista puede parecer un

continuar leyendo en la edición impresa de gestión , lo estaba leyendo del diario la vanguardia pero hay que pagar. 

https://www.lavanguardia.com/economia/20230705/9085717/ilusion-teletrabajo-desvanece.html






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