DETECTADA EN MARZO DE 2020
La variante N439K es más virulenta y elude el sistema inmunitario: "Es la punta del iceberg"
Un grupo de investigadores del MRC-University of Glasgow Centre for Virus Research ha determinado que los virus que portan esta mutación muestran más virulencia
Aunque la variante británica, denominada B.1.1.7, y la surafricana, B.1.351, han recibido más atención, la variante N439K es la segunda más común en el dominio de unión al receptor (RBD), es decir, el fragmento inmunogenético de un virus que entra en las células del huésped. Se detectó por primera vez en Escocia en marzo de 2020 y, desde entonces, ha surgido de forma independiente un segundo linaje (B.1.258) por toda Europa, llegando a estar presente en más de 30 países de todo el mundo en enero de 2021. Ahora, un grupo de investigadores del MRC-University of Glasgow Centre for Virus Research ha determinado que los virus que portan esta mutación muestran más virulencia en su capacidad de diseminarse, por lo que pueden unirse al receptor con más fuerza.
Según un estudio publicado en la revista 'Cell' y revisado por pares, un equipo internacional de científicos ha caracterizado el efecto y los mecanismos moleculares de un cambio de aminoácido en la proteína de espiga de la N439K del SARS-CoV-2 y han descubierto que esta mutación confiere más resistencia a los anticuerpos séricos de algunas personas y contra muchos anticuerpos.
"Esto significa que el virus tiene muchas formas de alterar el dominio inmunodominante para evadir la inmunidad mientras conserva la capacidad de infectar y causar enfermedades", ha expresado el autor principal Gyorgy Snell, director de biología en Vir Biotechnology. "Un hallazgo significativo es el grado de variabilidad que se encuentra en el motivo de unión al receptor inmunodominante en la proteína de espiga".
El informe muestra, además, la estructura cristalina de rayos X del N439K y Snell explica que "este análisis demuestra que la nueva mutación introduce una interacción adicional entre el virus y el receptor ACE2". "Un solo cambio de aminoácido permite la formación de un nuevo punto de contacto con el receptor ACE2. Por tanto, la mutación mejora la interacción con el receptor viral ACE2 y evade la inmunidad mediada por anticuerpos", continúa.
Una vez que los investigadores determinaron que esta variante no cambiaba la replicación del virus, estudiaron si permitía la evasión de la inmunidad mediada por anticuerpos al analizar la unión de más de 440 muestras de sueros policlonales y más de 140 anticuerpos monoclonales de pacientes recuperados. Así han hallado que la unión de una proporción de anticuerpos monoclonales y de muestras de suero disminuyó significativamente con la N439K.
Señala Snell que uno de los desafíos al estudiar las variantes del SARS-CoV-2 es la cantidad limitada de secuenciación que se está realizando actualmente en general, ya que se han registrado más de 90 millones de casos de covid-19 y solo se han secuenciado unas 350.000 variantes del virus.
"Eso es solo el 0,4%, solo la punta del iceberg", dice y añade que pone en evidencia "la necesidad de una vigilancia amplia, una comprensión detallada de los mecanismos moleculares de las mutaciones y el desarrollo de terapias con una alta barrera de resistencia contra las variantes que circulan hoy y las que surgirán en el futuro".
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