Los
bancos de Portugal y España se rebelan al BCE a utilizar tasas negativas en sus
créditos hipotecarios, pues tendrían que pagarles a los deudores hipotecarios
un interés de - 1 % por la tasa flotante del Euribor. Solo Portugal perdería al año US$ 800 ,000,000 (dicen que
pagaran cuando las vacas vuelen)
Las tasas negativas ponen en apuros a los bancos de
España y Portugal
http://lat.wsj.com/articles/SB11500287687080104366704582068974165084072?tesla=y
Carlos
Costa, gobernador del Banco de Portugal. PHOTO: PATRICIA DE MELO
MOREIRA/AFP/GETTY IMAGES
Por Patricia Kowsmann, en Lisboa, y Jeannette Neumann, en Madrid
domingo,
15 de mayo de 2016 20:09
EDT
A medida que
las tasas de interés en Europa caen cerca de cero o incluso cruzan el umbral
hacia el terreno negativo, legisladores y grupos de defensa de los consumidores
en España y Portugal están atacando uno de los
principios más antiguos de las finanzas al insistir que
los prestamistas pueden deberles dinero a los prestatarios.
Los bancos
en los dos países, que luchan por recuperarse de las recesiones que sacudieron
sus sistemas financieros, están respondiendo contra esa nueva idea, una lucha
en la que podrían estar en juego miles de millones de
dólares en intereses sobre créditos hipotecarios.
En contra de
la nueva tendencia, el gobernador del banco central de Portugal ha defendido a
los bancos contra un proyecto de ley que los obligaría a pagar a los deudores
cuando las tasas de interés pasen a ser negativas. Los bancos en ambos países
están modificando la redacción de los nuevos contratos de hipotecas para
advertir a los deudores que nunca podrían lucrarse con las tasas de interés
negativas.
Los bancos en España y Portugal habitualmente vinculan las
tasas de interés de los créditos hipotecarios a la tasa europea de oferta
interbancaria, más conocida como Euribor, que es variable y es usada por los bancos
cuando se prestan entre ellos. Además, las tasas de interés en los dos países
incluyen un porcentaje fijo del préstamo, llamado el diferencial o spread. En gran parte de Europa, en cambio,
predominan las hipotecas de tasa fija.
La
Euribor empezó a volverse negativa el año pasado, luego de que el Banco
Central Europeo redujera las tasas de interés a menos de cero y
comenzara a cobrarle a los bancos por mantener sus depósitos, como una forma de
estimular las economías de la zona euro. Eso ha arrastrado las tasas
hipotecarias a territorio negativo en algunos casos aislados en Portugal.
La gran
mayoría de deudores hipotecarios españoles y portugueses tiene que pagar
interés, dado que la Euribor no ha bajado lo suficiente para eliminar el
diferencial. De todos modos, aunque los bancos consideran que es improbable que
la Euribor vuelva a caer en forma brusca, han tomado medidas para protegerse.
Ya hay un
precedente en Europa: los bancos en Dinamarca están
pagando a miles de deudores interés sobre sus créditos hipotecarios, casi
cuatro años después de que el banco central introdujera tasas negativas. Para
compensar esos pagos, los bancos daneses han subido las tarifas de algunos
servicios, pero nunca plantearon un desafío legal serio.
En
España y Portugal, en
cambio, los bancos han señalado que
pagarán cuando las vacas vuelen.
“En ningún caso se
contempla que el cliente reciba un interés” debido a la naturaleza del contrato,
dijo Carlos Torres Vila, consejero delegado de BBVA S.A. en una reciente
conferencia de prensa para anunciar los resultados del banco. En el caso más
extremo, añadió, el cliente pagaría un interés de cero.
Los
bancos portugueses han
sido igual de tajantes en privado. En unos pocos casos en los que las tasas de
interés se tornaron negativas, los
bancos portugueses subieron la tasa a cero.
Los grupos
de defensa del consumidor dicen que los bancos tienen la obligación de ceñirse
a las condiciones impuestas por el contrato del préstamo de tasa variable, que
por definición sube y baja según los cambios en las tasas de interés. Si caen lo suficiente por debajo de cero,
entonces los bancos deberían pagar interés a los deudores hipotecarios, tal y
como les cobrarían más si las tasas hubiesen aumentado.
El Bloque de
Izquierda, un aliado del gobierno socialista de Portugal, presentó en enero un proyecto de ley que obligaría a los prestamistas en estos
casos a pagar. Mientras el parlamento debate la iniciativa, el grupo de
defensa de los derechos del consumidor Deco, de Lisboa, ha instruido a los
clientes a revisar los contratos de sus créditos y quejarse si no se han
beneficiado de las tasas negativas.
“Fueron los bancos los que
decidieron fijar las tasas de los préstamos siguiendo la Euribor, no los
clientes”,
puntualizó Paulino Ascenção, legislador de Bloque de Izquierda. “Seguir las
reglas de los contratos es cuestión de principio y confianza”.
El
gobernador del banco central de Portugal, Carlos Costa, entró al ruedo el mes pasado al
cambiar de postura y simpatizar con los bancos. Costa había emitido el año
pasado una recomendación de que los bancos usaran la tasa Euribor negativa para
calcular el interés del préstamo, como lo estipulan los contratos. En ese
momento no podía imaginar que la Euribor seguiría bajando, confesó Costa en una
aparición en el Congreso el mes pasado. La caída más
pronunciada de la Euribor, agregó, pone en riesgo el sistema bancario.
Los bancos portugueses absorberían un golpe de 700
millones de euros al año, US$796 millones, a sus
márgenes de intereses si la tasa Euribor a seis meses del país, que llega a
-0,144%, cayera a -1%, estima el banco central.
Incluso si los bancos lograran limitar las tasas de interés a cero, perderían
500 millones de euros de la diferencia entre lo que les pagan a los
depositantes y lo que cobran por prestar el dinero, indicó el banco central.
“Tenemos que hallar un justo equilibrio entre las expectativas de los deudores
y la necesidad de resguardar la estabilidad del sistema financiero”, dijo Costa
a los legisladores.
El
gobernador es partidario de establecer un piso de interés cero a los actuales
créditos. En el caso de las nuevas hipotecas, propone calcular una tasa Euribor
de cero, lo que le permitiría a los bancos aprovechar el spread. El gobierno
aún no ha adoptado esta postura, pero los bancos ya han dado pasos para
implementarla.
En
España, la mayoría de
las hipotecas está vinculada a la tasa Euribor a 12
meses, que se ubica en -0,012%. Ese nivel tendría que caer bastante para
contrarrestar el spread de los créditos hipotecarios, que llegaron a un
promedio de entre 0,5% y 0,75% durante el auge inmobiliario de hace una década.
En ese caso,
los bancos españoles tienen como referencia dos fallos judiciales, uno de un
juez madrileño en 2014 y otros de un tribunal provincial de Madrid del año
pasado. Ambos justifican legalmente su rechazo a pagar interés a los deudores.
Bankinter
S.A., un banco español
de tamaño mediano, pagó interés el año pasado sobre créditos hipotecarios
relacionados con los movimientos del franco suizo en la tasa interbancaria
ofrecida en Londres, Libor. Un portavoz de la entidad catalogó los pagos como
una concesión única y extraordinaria a un grupo reducido de clientes y que no
constituía una obligación legal.
Dos grupos
españoles de defensa del consumidor, OCU y Adicae,
contradicen la interpretación que han hecho los bancos de los fallos
judiciales. Ambos sostienen que la esencia de un préstamo de tasa variable es
ajustarse a la dirección de los intereses tanto cuando suben como cuando
descienden a territorio negativo.
Si la ley
española favorece a los bancos, preguntan estos grupos, ¿entonces por qué
algunas entidades les empiezan a exigir a los nuevos clientes una declaración
de su puño y letra de que entienden que jamás recibirán el pago de intereses?
Un abogado
de un banco español importante dijo que las entidades financieras no han
escatimado esfuerzos para evitar cualquier confusión luego de que jueces
dictaminaran, en casos que no estaban relacionados con las tasas negativas, que
algunos contratos de hipotecas no decían claramente que el banco había fijado
un piso bajo el cual la tasa de interés no podía caer.
Juan Ignacio
Sanz, profesor de banca y mercado de valores de la escuela de negocios Esade,
dijo que “los bancos incluyen estas cláusulas porque tienen dudas”.
—Charles Duxbury, en Estocolmo, contribuyó a este
artículo.
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