Japón
debe 400 % en relación a su PBI pero los intereses representan solo 2 % del PBI
; en cambio en China deben 243 % en relación a su PBI , pero sus intereses representan
el 12 % de su PBI , y el porcentaje de empresas chinas en default es del 19% y EEUU terminara este 2016 mas endeudado que
antes de la crisis del 2008 y la deuda
global fuera de EEUU (hogares, empresas y gobiernos) es del 242 % aunque el pago
de intereses es del 7%
Nota del autor del blog: creo que Japón
esta endeudado en Yenes, lo que hace más manejable su deuda, en cambio en China
están endeudadoz en dólares.
Billones
en deuda, pero poca preocupación… por ahora
http://lat.wsj.com/articles/SB11684676209191343439904582099001153550754?tesla=y
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Por KEN BROWN
lunes,
30 de mayo de 2016 19:17
EDT
Si las
tendencias actuales persisten hasta finales de año, los hogares estadounidenses terminarán 2016 debiendo tanto como debían
durante el cenit del crédito de 2008.
La
deuda global ya ha superado los niveles de 2008 y sigue al alza. Es bastante asombroso que esto
ocurra tan poco tiempo después de unas crisis impulsadas por la deuda en
Estados Unidos y Europa y en medio de grandes preocupaciones por el exceso de
endeudamiento en Japón, China y los mercados emergentes.
Pero a pesar
de la ansiedad, la posibilidad de que estalle una crisis de deuda a corto plazo
es baja. Tasas de interés más bajas implican
pagos mucho más bajos de lo que eran antes de la última crisis.
En
EE.UU., la deuda de los hogares es muy baja cuando se compara con la economía
en general.
Y en el
resto del mundo, los préstamos pueden ser fácilmente refinanciados.
Sin embargo,
incluso con tasas bajas, el ciclo de endeudamiento y refinanciamiento tiene un
costo. Personas, gobiernos y empresas gastan ahora en
lugar de hacerlo más tarde, probablemente
reduciendo así su crecimiento futuro. El ciclo también permite pedir prestado durante años, lo cual puede ser
bueno —por ejemplo, si permite ganar tiempo para afianzar una reforma— o malo, si permite que malas políticas se prolonguen
indefinidamente.
A finales
del primer trimestre de este año, los hogares
estadounidenses debían US$12,25 billones de dólares (millones de millones),
1,1% más de lo que debían a finales de 2015,
según el informe trimestral sobre endeudamiento y crédito de los hogares del
Banco de la Reserva Federal de Nueva York, publicado el martes pasado. Si el
resultado del primer trimestre se repite a lo largo del año, la deuda de los
hogares estadounidenses se acercará al récord de
US$12,68 billones, que alcanzó en el tercer trimestre de 2008.
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Mucha gente recuerda ese trimestre
porque fue cuando el sistema financiero global se cayó al precipicio.
Esta vez es diferente porque las
tasas de interés a corto plazo han estado cerca de cero desde entonces. Para los
consumidores estadounidenses, eso significa que los pagos de deuda medidos como
porcentaje del ingreso personal disponible se encuentran en su nivel más bajo
desde al menos 1980, a pesar de que la carga de deuda
es mucho mayor. Además, una mayor
cantidad de préstamos han sido otorgados a deudores con mayor capacidad de
pago.
En EE.UU.,
la combinación de esta mayor calidad de los prestatarios, la abundancia de
empleos y las bajas tasas de interés hacen que las
tasas de incumplimiento se ubiquen hoy en mínimos históricos.
Las bajas
tasas de interés han tenido un impacto aún más dramático
fuera de EE.UU., donde las economías son más débiles o inestables. La deuda global, incluyendo la de hogares, empresas y
gobiernos, ha aumentado del 221% del PIB global a finales de 2008 a 242% al final del primer trimestre de este año.
Pero el
costo del pago de intereses como porcentaje del PIB
se ha reducido de un máximo de 11% a 7%, según
J.P. Morgan.
Japón es el
mejor ejemplo de cómo las tasas de interés bajas pueden cambiar las reglas del
juego. El nivel de deuda de Japón (400% del PIB) es,
por mucho, el más alto del mundo.
Uno de los
grandes misterios de las finanzas es por qué los
inversionistas siguen prestando dinero al gobierno japonés para obtener rendimientos insignificantes o negativos,
cuando parece imposible que ese país pague su deuda.
Pero la
proporción entre costo del interés y el PIB japonés es
de sólo 2%, una de las proporciones más bajas del mundo, según J.P.
Morgan. En ese nivel y con amplios volúmenes de ahorro interno, ese juego
podría continuar indefinidamente.
El ejemplo
de Japón alivia algunas de las preocupaciones a corto plazo sobre China, en
donde el endeudamiento para impulsar la economía se ha convertido en una
política nacional. La proporción de deuda a PIB ha
pasado de poco más de 140% antes de la crisis financiera a 243% en la actualidad. Pero la proporción costo del interés y PIB es de 12%. Es de las más altas del
mundo, y más alta que la que EE.UU. tenía antes de la crisis. Pero la relación
no ha aumentado en dos años, pese a que la deuda de China ha crecido.
Más
importante aún, China tiene mucho margen para recortar
las tasas de interés. Y los prestamistas también están refinanciando sus
préstamos y extendiendo sus vencimientos. La deuda no puede elevarse siempre,
pero si no hay una crisis en China, hay pocas razones para pensar que el juego
de la deuda no continuará en el futuro previsible.
“En un mundo en el que
refinanciar la deuda no es difícil, la sostenibilidad de la deuda debería ser
impulsada por los costos del interés”, dijo el analista de J.P. Morgan Nikolaos Panigirtzoglou.
El riesgo es
que la creciente inflación lleve a los bancos centrales
a elevar las tasas de interés. Pero la inflación también alivia la carga
de la deuda al permitir que los deudores paguen sus
préstamos con dinero más barato. Ese es el mejor de los escenarios para
que el gobierno japonés pueda pagar su deuda.
En todos
estos escenarios, los perdedores son los ahorradores y los prestamistas; a
quienes casi no se les paga en absoluto por la provisión de capital y que se
arriesgan a perder dinero en términos reales.
Pero también
algunos deudores están preocupados. Los préstamos para
estudiantes universitarios en EE.UU. representan actualmente 10% de la deuda de
los hogares, el doble de lo representaba en 2008. El 11% de esa deuda está en o cerca de default.
En los mercados emergentes, la caída de
precios de las materias primas y la depreciación de las monedas hace que sea
difícil para algunos países pagar la deuda denominada en dólares.
Inevitablemente,
la capacidad de apilar deuda con pocas consecuencias conduce a la complacencia. La calidad de la deuda en EE.UU. es
en general buena, pero este no es el caso en China.
Las
estimaciones de préstamos incobrables en los balances
bancarios llegan hasta 19% frente a una estimación oficial de 1,6%. Standard Chartered estima que en 2020, la deuda
china superará 300% del PIB.
Cualquier
golpe, como por ejemplo una nueva fuga de capitales o
una gran recesión en el extranjero, podría inclinar a China— e incluso Japón— hacia
una crisis.
Las circunstancias que permiten grandes
acumulaciones de deuda pueden continuar por mucho tiempo, pero no son eternas.
Este es el
riesgo con que la economía mundial se enfrentará en algún momento.
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