Donald
Trump predica el evangelio de la prosperidad
http://internacional.elpais.com/internacional/2016/05/11/estados_unidos/1462986579_761402.html
El líder republicano lleva a la
política la tradición que ve en el cristianismo un método de autoayuda
Nota del autor del blog : para los
que son árabes o de otras religiones en el catolicismo solo
nuestra fe en Dios nos salvara , luego
en la biblia en los nuevos testamentos que fueron recopilados y redactados por
san Agustín de Hipona se sostiene que hay que ser pobres para entrar al cielo ,
“” en verdad os digo que más fácil es que entre un camello por el hueco de una
aguja a que un rico entre al reino de los cielos “ así la religión católica predica el atraso y la pobreza muy útil
para a las sociedades feudales de Europa , pero surgió Calvino y Lutero y dijeron
que no; que eso era falso que el hombre ha nacido par air al cielo o al
infierno haga lo que haga : y ante la pregunta de ¿ cómo saber quien irá al
cielo? los antiguos reformadores dijeron , “ si te va bien en la vida, si tienes una buena salud
sin hijos sin Zika , si triunfas en los negocios como el sr Trump y si tienes
una esposa linda como Temer en Brasil, y si tienes súper poderes como los 4 fantásticos
numero 1 esa es una señal divina que iras
al cielo , así que uno se empeña en ir
al cielo triunfando en la vida de este mundo
MARC
BASSETS
Washington
14 MAY 2016 - 13:47 CEST
El candidato
republicano Donald Trump llega a la sede del comité de su partido en el
Capitolio, el pasado 12 de mayo. NICHOLAS KAMM AFP
Donald
Trump, candidato del Partido Republicano a las elecciones presidenciales de noviembre, frecuenta poco
la iglesia. No es conocido por sus inclinaciones religiosas.
Pero entre sus seguidores despierta una
fascinación que presenta rasgos religiosos.
Su mensaje se asemeja al del llamado
evangelio de la prosperidad: las iglesias cristianas que prometen dinero y
salud a cambio de fe. Uno de los apóstoles de esta escuela, el pastor metodista Norman Vincent Peale, autor del superventas El poder del pensamiento positivo, fue uno de los
mentores de Trump.
“Trump es impío, pero
no rechaza la fe”, escribe el periodista Jeff Sharlett en The New
York Times Magazine. Una parte del movimiento evangélico, que constituye
una de las clientelas electorales más fieles del Partido Republicano, recela de
él: por su estilo de vida, su retórica ofensiva y malsonante, y sus posiciones
pasadas sobre el aborto, el divorcio o el matrimonio homosexual, contrarias a
la ortodoxia conservadora. La fe de Trump —nominalmente, miembro de la iglesia presbiteriana— es la del
evangelio de la prosperidad, del “cristianismo aplicado”, escribe Sharlett: la
religión como método de autoayuda.
La
religiosidad del fenómeno Trump bebe de la tradición que arranca en libros como
Cómo ganar amigos e influir a la gente, de Dale
Carnegie, publicado en 1936, o Piensa y hazte
rico, de Napoleon Hill, publicado en 1938. El propio Trump es uno de los
continuadores más ilustres de esta tradición: desde El arte de la negociación,
su primer libro, publicado en 1987, hasta Cómo hacerse rico, Piensa como un
multimillonario y toda la serie de libros que mezclan autobiografía con consejos
para el éxito empresarial y vital.
La otra
fuente de Trump es el reverendo Peale (1898-1993). Peale fue el pastor de la Marble Collegiate Church, en Manhattan, una iglesia
que la familia Trump frecuentaba. Casó a Donald Trump con su primera esposa,
Ivana Zelnickova. La prensa local dijo en su momento que conoció a su segunda
esposa, Mara Maples, en la iglesia Marble Collegiate. El constructor y showman
ha reconocido a Peale como una de las mayores influencias en la vida. “El gran Norman Vincent Peale”, dice Trump para
referirse a él. En una entrevista con The Washington Post recordó el impacto
que le habían causado sus sermones y su talento para hablar una hora y media
seguida sin aburrir. “Él pensaba que yo era el mejor alumno que jamás había tenido”,
dijo.
Norman
Vicent Peale, apóstol de religión como método práctico y útil, fue uno de los
maestros del magnate neoyorquino
El
poder del pensamiento positivo, la obra más conocida de Peale, ha vendido millones de ejemplares. En la
introducción el autor define el libro como un manual de “cristiandad aplicada”
escrito con el objetivo de que el lector alcance una vida “feliz, satisfactoria
y útil”. Uno de los mensajes centrales de Peale era la
necesidad de confiar en uno mismo: aquí empieza el círculo virtuoso que
lleva al éxito. “Formula y sella de forma indeleble en tu mente la imagen mental de ti
mismo teniendo éxito”, es uno de los consejos. Otro dice: “Diez veces
al día repite estas palabras dinámicas: “Si Dios está a
favor nuestro, ¿quién puede estar en contra? (Romanos
8,31)”.
Michael
D’Antonio, biógrafo de Trump, define a Peale como el predicador de la América corporativa de mediados del siglo XX.
Apelaba tanto a los empleados que soñaban con prosperar como a los directivos. Era una mezcla de teología, psicología divulgativa y fórmula
de éxito en los negocios. D’Antonio explica que Peale se inspiró en los
métodos del hipnotista francés Émile Coué (1857-1926), que recomendaba a sus
pacientes el método de la autosugestión. Traducido al estilo Trump: si repites cien veces ganaré, ganarás.
“Su
religión”, escribe D’Antonio, “era por encima de todo práctica y útil en la
búsqueda del poder y la eficiencia. Peale raramente
abordaba conceptos cristianos como pecado, sufrimiento o redención.
Prefería predicar que sus seguidores estuvieran libres de sentimiento de culpa
sobre sus faltas”.
El teólogo
Reinhold Niebuhr, contemporáneo de Peale, consideraba que las organizaciones de
Peale tenían un aire sectario. En el ensayo La religión americana, el crítico
Harold Bloom colocó a Peale en la tradición del new age y lo que llama las "religiones armónicas". En estas religiones
“se
entiende que la compostura espiritual, la salud física e incluso el bienestar
económico fluyen del vínculo de la persona con el cosmos”, dice Bloom
citando al historiador Sydney Ahlstrom.
Según la teóloga Kate Bowler, historiadora del evangelio de la
prosperidad, este fenómeno puede entenderse mediante varias etapas. En
la primera, la fe actúa como activador de la fuerza
espiritual. Después, la fe se manifiesta en
salud y riqueza. La etapa final es la victoria, una palabra habitual en
Peale y en Trump. En su libro sobre el evangelio de la prosperidad, Bowler cita
un sondeo según el cual casi uno de cada cinco cristianos en EE UU se identifican
con este movimiento.
Algunos de
los nombres más ilustres del movimiento hoy son
predicadores como el pastor de Georgia Creflo Dollar (nombre real), que
hace unos años pidió fondos a sus feligreses para comprar un avión privado
Gulfstream G650, o Joel Osteen, el pastor sonriente, al frente de la mayor
mega-iglesia de EE UU, en Houston, estrella televisiva y autor de manuales de
autoayuda espiritual.
“Ha sido un
amigo de nuestro ministerio. Es un hombre bueno”, dijo Osteen de Trump en un
programa de radio, en octubre. Después aclaró que esta declaración no equivalía
a un apoyo electoral. Los últimos libros de Osteen se
titulan El poder del yo soy o Usted puede, y lo hará.
Como los
evangelistas de la prosperidad, la fuerza de Trump es él mismo. No importan los
detalles del programa electoral, ni la ideología: Trump es el mensaje. Si los votantes se convencen de que con él Estados Unidos
“volverá a ser grande”, así será.
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