Caerá
el precio del azúcar en 2017 ;Europa se convertirá en exportador neto con 3
millones de toneladas adicionales ; EEUU y la Unión Europea garantizan un
precio mínimo a los productores nacionales, fijan cuotas a los cultivadores y
gravan las importaciones.
Pues bien eso se acabara en 2017 y sufrirán Brasil, Tailandia, África y países del Caribe como Jamaica y
Cuba. Este 2016 más bien subirá el precio del azúcar por las sequias
La
caída de las barreras comerciales estremece a la industria azucarera
http://lat.wsj.com/articles/SB12537817972257693530204582075020242948302?tesla=y
Una
plantación de remolacha azucarera cerca de Diss, Inglaterra. PHOTO: CHRIS
RATCLIFFE/BLOOMBERG NEWS
Por ED BALLARD
miércoles,
18 de mayo de 2016 19:42
EDT
Los cambios
radicales en las barreras comerciales que protegen a la industria del azúcar
están rediseñando el mapa de uno de los
mercados de commodities más protegidos del mundo.
Muchos de
los países productores de azúcar protegen sus industrias nacionales mediante
alguna combinación de precios mínimos garantizados a los
agricultores, restricciones de producción o limitaciones de importaciones.
Sin embargo, la industria se está liberalizando gradualmente a través de una
serie de movimientos que podrían hacer caer el precio del producto. Esto hace
que refinadores y exportadores se estén preguntando qué significará para ellos
la apertura de los mercados.
El mayor
cambio de todos los que se avecinan es la eliminación
en la Unión Europea, a partir de octubre de 2017, de las cuotas de producción y
precios mínimos para los productores de remolacha azucarera. Se espera
que a raíz de esa medida los agricultores orienten gran parte de su oferta
sobrante a la exportación, lo que convertiría a la UE
en un competidor más importante en el mercado global.
Por
separado, la Organización Mundial del Comercio analiza
si Tailandia, el segundo mayor exportador de azúcar, infringió las
reglas comerciales al subvencionar su
producción. Es el resultado de un caso que presentó Brasil, el mayor
productor y una gran voz a favor de la liberalización de los mercados. En
África, las barreras también están bajo la presión de acuerdos comerciales
regionales.
“Todo el mundo del azúcar
va a ser sacudido”,
dice Hartwig Fuchs, presidente ejecutivo de Nordzucker AG, el segundo mayor
productor de Europa. Fuchs estima que ese continente tiene el potencial de
añadir al mercado mundial 3,5 millones de toneladas de azúcar al año, lo que
equivale a poco más de 6% del volumen del comercio mundial previsto para 2016.
Los cambios
inminentes añaden incertidumbre al ya volátil mercado del azúcar. Después de
cinco años de superávit productivo y estancamiento de los precios, el consumo del producto se apresta este año a superar la
oferta. El mercado ha repuntado en los últimos meses gracias a las sequías que golpearon las cosechas en
muchas partes del mundo, pero los analistas creen que en el largo plazo los
precios podrían ser presionados a la baja por la producción adicional que se
volcará al mercado mundial.
La
liberalización de la industria azucarera ha sido más lenta que los cambios en
otros mercados agrícolas. En los países en desarrollo, este retraso refleja la
presión que los gobiernos tienen para proteger a un sector intensivo en mano de
obra.
El
gobierno de EE.UU., que
impone tarifas sobre el azúcar importado desde 1789, actualmente garantiza un precio mínimo a los productores nacionales, fija
cuotas a los cultivadores y grava las importaciones. EE.UU., que es el
sexto mayor productor del mundo, también muestra algunos signos de cambio
inminente. Mientras tanto, la industria azucarera de
Europa y África ya está en camino a una reestructuración.
Europa
se convertirá en uno de los mercados de azúcar más libres del mundo en octubre
de 2017, cuando la UE
elimine las cuotas de producción y los precios mínimos. Estas medidas culminan
un proceso que se inició con la reducción de los subsidios al azúcar tras un fallo de la OMC de 2005 que condenó a
la UE por haber realizado dumping en los mercados mundiales. El caso fue
presentado por Brasil, Tailandia y Australia.
Los
productores de la UE —actualmente el tercer mayor
productor de azúcar del mundo— planean fabricar y exportar más azúcar
como resultado de estas medidas.
ENLARGE
“La UE sin duda se
convertirá en un exportador neto”, dice Olivier Lippens, director gerente de Finasucre SA, un
fabricante belga. Lippens estima que las exportaciones netas podrían alcanzar
hasta tres millones de toneladas al año.
La UE, sin
embargo, mantendrá las restricciones a las importaciones de caña de azúcar.
Esta combinación de medidas presionará a importadores como Tate & Lyle
Sugars, cuya refinería de Londres ha venido transformando caña de azúcar en
edulcorante desde hace 138 años. “El reloj está corriendo para nosotros”, dice
Gerald Mason, vicepresidente de Tate & Lyle, mientras observa una grúa que
descarga un cargamento de 35.000 toneladas de azúcar. “No vamos a ser
competitivos después de 2017 a menos que se modifique la regulación”.
Muchos
productores de azúcar en el Caribe y África
dependen de las ventas a las refinerías europeas. “Las víctimas son quienes han
estado suministrando azúcar a Europa durante más de un siglo, por desgracia”, dice
Karl James, gerente de Jamaica Cane Products Sales Ltd., un exportador de
Jamaica.
Brasil es otra de las posibles víctimas, ya
que las reformas europeas pueden reducir el acceso del azúcar brasileño a ese
mercado y crearle un nuevo competidor en el mercado internacional, dice
Geraldine Kutas, asesora sénior de la presidencia de asuntos internacionales de
Unica (la Unión de la Industria de la Caña de Azúcar de Brasil).
“Con la abolición de las
cuotas de producción, los países más competitivos de la UE, como Francia y
Alemania, aumentarán su oferta y reducirán las necesidades de importación del
bloque en hasta 50%”,
vaticina Kutas. El azúcar que importe la
UE procederá de países con los que tenga acuerdos comerciales o cuotas sin
impuestos. Brasil exporta hoy 600.000 toneladas de
azúcar al año a la UE a través de un sistema de cuotas por el cual paga
un impuesto de 98 euros por tonelada, sobre un precio medio de 350 euros. Como el país sudamericano no tiene un
acuerdo de libre comercio con la UE, esa exportación
puede desaparecer a partir de 2017, advierte Kutas.
El cambio
también podría llegar a los productores de relativamente
alto costo del Caribe, a los que puede resultarles difícil competir en
Europa una vez que los precios caigan tras la eliminación de las cuotas.
En
anticipación de la reforma de 2017, los productores europeos de remolacha
azucarera han reducido los precios para ganar cuota de mercado. El impacto se
hace sentir en toda la industria del azúcar de caña. La refinería que Tate
& Lyle posee a orillas del río Támesis ya funciona a capacidad reducida y
el pasado octubre, Jamaica Cane Productos Sales acordó prorrogar por un año un
contrato de suministro de caña a esta firma a alrededor de US$370 la tonelada, muy por debajo de los US$770 por
tonelada que habían acordado en su anterior contrato a tres años.
Nota del autor del
blog creo hay un error ;ese dato de US$ 370 la tonelada de caña es casi lo mismo de 350 euros por tonelada de azúcar
y la caña no tiene un 99 % de azúcar sino
solo un 7 % aproximadamente
Los productores africanos probablemente también sufrirán
cuando sus tradicionales mercados europeos sean más autosuficientes.
Illovo
Sugar Ltd., la firma sudafricana que es la mayor azucarera del
continente africano, se está preparando para vender más en África, donde las
barreras comerciales también se tambalean.
Los acuerdos
bilaterales entre algunos países de África y la presión del bloque regional de
comercio Comesa (siglas en inglés de Mercado Común de
Africa Oriental y Meridional) para reducir las restricciones hacen que
ese mercado luzca más atractivo, dice John Bason, director financiero de
Associated British Foods PLC, la matriz de Illovo.
En un giro
respecto de la decisión de la OMC de 2005 que comenzó a
derribar las barreras europeas, Brasil está
apuntando contra su ex aliado, Tailandia, a quien acusa de haber
aumentado su participación en el mercado mundial mediante
la subvención de sus exportaciones. En
una compleja maniobra, el gobierno tailandés fija los precios internos del
azúcar, establece impuestos sobre las ventas y utiliza estos ingresos fiscales
para subvencionar a los cultivadores de caña. Brasil dice que esto es una
violación de las normas de la OMC que cuesta a sus exportadores
alrededor de US$1.000 millones al año. “Buscan un resultado similar al
que consiguieron cuando demandaron a la Unión Europea”, dice João Botelho,
analista de la firma de corretaje INTL FCStone Inc.
—Eduardo Magossi, en São Paulo, contribuyó a este
artículo.
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