Filipinas ordena a trabajadores extranjeros de centros de juego en el extranjero que abandonen el país en dos meses
Filipinas ha ordenado a los extranjeros que trabajan en empresas de juego offshore que abandonen el país en dos meses, según informó el miércoles su oficina de inmigración, tras la decisión del presidente Ferdinand Marcos Jr. de acabar con los operadores.
Marcos ha prohibido a los Operadores de Juego Offshore Filipinos (POGOs, por sus siglas en inglés) por sus presuntos vínculos con delitos, tráfico de personas y estafas financieras, y ha dado al regulador del juego hasta finales de año para cerrar estos negocios.
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El jefe de inmigración de Filipinas, Norman Tansingco, dijo en un comunicado que los trabajadores extranjeros tenían 59 días para abandonar el país. Se espera que alrededor de 20.000 personas se vean afectadas por la orden, la mayoría de ellos ciudadanos chinos.
Los trabajadores que permanezcan en el país más allá del período de dos meses serán deportados, agregó.
La embajada china en Manila no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Las POGO surgieron en 2016 y prosperaron en solo unos años a medida que las empresas capitalizaron las leyes liberales para atraer a los clientes en China, donde el juego está prohibido.
En su apogeo, unas 300 POGO operaban en Filipinas, pero la pandemia de coronavirus y las normas fiscales más estrictas obligaron a muchas a reubicarse o pasar a la clandestinidad. Solo 42 empresas, en su mayoría chinas, han mantenido sus licencias, empleando directa e indirectamente a unos 63.000 trabajadores filipinos y extranjeros.
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